La frontera de Brasil con Paraguay es, además de una ancha vía para el contrabando, una puerta abierta para la evasión fiscal y la remesa de miles de millones de dólares al exterior, denunciaron autoridades locales.
Una "mafia" opera en la fronteriza ciudad brasileña de Foz de Iguazú, donde cerca de 40 por ciento de las empresas locales son "fantasmas", creadas sólo como fachadas para engañar al fisco, "lavar dinero" de actividades ilícitas y enviarlo al exterior, afirmó el procurador local, Paulo Gomes Junior.
Los procuradores del Ministerio Público y la Policía Federal descubrieron focos de esa actividad en tres ciudades en la frontera con Paraguay: Foz de Iguazú, Cascavel y Ponta Poran.
En Foz de Iguazú, separada de Ciudad del Este, el gran centro comercial paraguayo, solo por el Puente de la Amistad sobre el Río Paraná, se estima que 7.500 millones de reales (suma casi similar en dólares hasta enero) fueron enviados irregularmente al exterior en los úlitmos tres años.
Para esa actividad se utilizan brechas en el sistema bancario brasileño, especialmente las cuentas de extranjeros o nacionales no residentes en el país, por las cuales se puede enviar divisas de manera legal.
"Descubrimos personas muy pobres, desempleadas y viviendo en casuchas, como socias de empresas que facturan muchos millones de reales", dijo Gomes Junior. Son los llamados "naranjas", gente que solo ofrece el nombre para dar una apariencia legal al negocio.
En la vecina Cascavel, otro fiscal, Celso Antonio Tres, identificó 310 "naranjas", por cuyas cuentas bancarias salieron del país cerca de 5.000 millones de dólares en los últimos dos años.
La proximidad de esa ciudad a la frontera (150 kilómetros), facilita que cualquiera se presente como domiciliado en Paraguay y con derecho a abrir una cuenta, conocida como CC-5, que permite la fuga legal de divisas.
"Hubo omisión del Banco Central", ante las visibles irregularidades que indicaban la gran cantidad de cuentas de ese tipo y de remesas de dólares, en una ciudad relativamente pobre de 220.000 habitantes, señaló Tres.
El procurador de Cascavel presentará esa acusación ante la Comisión Parlamentaria que investiga irregularidades del sistema financiero, que lo invitó a prestar testimonio en los próximos días.
La cercanía de Ciudad del Este, visitada diariamente por miles de brasileños que hacen compras para abastecer el inmenso comercio informal de su país, atrae esa actividad ilícita y justifica las abultadas operaciones de cambio y remesas de dinero al exterior.
Pero las sumas exageradas en las cuentas CC-5 eran sospechosas, incluso considerando el intenso comercio fronterizo, que llega hasta los 1.000 millones de dólares mensuales, admitió un alto funcionario del Banco Central.
También en Ponta Poran, en el estado de Mato Groso del Sur, al norte de Paraguay, se registra un exceso de esas cuentas.
La Policía Federal comprobó que 4.000 millones de reales (cifra un poco superior en dólares) pasaron por esas cuentas bancarias en nombre de "naranjas" o de personas inexistentes, entre 1994 y 1996.
El jefe local de la policía supone que tanto dinero es producto del narcotráfico, contrabando de armas y corrupción política.
El lavado de dinero y el tráfico ilegal de armas y drogas por las fronteras del Mercado Común del Sur serán temas de un encuentro de los Ministros de Justicia de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, este jueves en Asunción.
Nuevas reglas bancarias y tributarias para reducir las posibilidades de fraudes "legales" en el sistema financiero, también deben ser sugeridas por la Comisión Parlamentaria de Investigación, cuya creación hace dos meses destapó una ola de denuncias.
El mismo secretario de Recaudación Federal, Everardo Maciel, reveló que el equivalente a 485.000 millones de dólares se mueven de forma ilegal en Brasil cada año, sin pagar ningún tributo.
La mitad de las 530 grandes empresas brasileñas y 28 de los 66 mayores bancos quedan exentos del impuesto de renta, calculado sobre utilidades. Las maniobras contables permitidas por las leyes, como las cuentas CC-5, les permite eludir el pago de tributos, señaló Maciel.
Gran parte de esa evasión fiscal, acompañada de una permanente fuga de capitales del país, ocurre en las ciudades fronterizas. (FIN/IPS/mo/dm/if ip/99