Los países del Mercado Común del Sur (Mercosur) comenzarán un proceso de convergencia macroeconómica que en un plazo mediato podría derivar en la adopción de una moneda única de la región, dijo una fuente del gobierno de Uruguay.
El primer paso en busca de esa convergencia, una iniciativa de Argentina y Brasil, lo darán los ministros de Economía y los presidentes de los bancos centrales del bloque, que se reunirán el domingo en Asunción.
Los aspectos técnicos que se definan en esa cita deberán ser ratificados por los mandatarios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay los días 14 y 15, también en la capital paraguaya.
Así mismo, los jefes de Estado acordarán en Asunción las bases de la posición que el Mercosur llevará el 28 y 29 de este mes a Río de Janeiro, a la primera cumbre América Latina y el Caribe- Unión Europea (UE).
Los presidentes Carlos Menem, de Argentina, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, coincidieron el lunes en Buenos Aires en la necesidad de mantener una estricta disciplina fiscal como forma de "combatir los ataques especulativos".
"Impulsamos un pacto de responsabilidad fiscal semejante al de Maastricht" para "llegar a un acuerdo sobre el déficit fiscal, deuda externa y tasa de interés, entre otras cosas", dijo Menem tras su entrevista con Cardoso.
"Esto no pueden ser sólo palabras, deben ser hechos concretos, y el hecho concreto es que los dos países están discutiendo una ley de resposabilidad fiscal", apuntó Cardoso.
Menem señaló que, con el punto de partida del acuerdo para encarar la coordinación macroeconómica, dialogó con Cardoso sobre "la creación de una moneda común si es que queremos hacer algo similar a Maastricht".
La UE, cuya trayectoria sirve de guía en ciertos aspectos al Mercosur, comenzó hacia 1992 en la ciudad holandesa de Maastricht un proceso de convergencia macroeconómica que este año dio lugar a una moneda única, el euro.
Menem, el más entusiasta de los mandatarios de la región para crear una moneda común, encontró una actitud prudente de Cardoso, quien destacó que para alcanzar ese objetivo, los países del Mercosur deben lograr el orden fiscal.
Según Menem, el acuerdo podría lograrse en dos o tres años. Pero Argentina, y también Uruguay, tendrá nuevo presidente a partir del 2000.
El presidente uruguayo Julio María Sanguinetti respaldó de inmediato la decisión de los dos socios mayores del Mercosur y recordó que desde hace mucho tiempo, Uruguay "insiste" en definir acuerdos macroeconómicos como la mejor forma de evitar la instabilidad regional.
La voluntad política de acordar en el Mercosur una unidad macroeconómica está contenida en las cláusulas del Tratado de Asunción, que el 26 de marzo de 1991 creó el bloque regional.
Los cuatro países han mantenido duros enfrentamientos por violaciones a los principios de ese tratado y a convenios posteriores, pero nunca se aplicaron sanciones, debido a que no existen previsiones en tal sentido.
Sanguinetti hizo notar que Uruguay "tiene sus indicadores macroeconómicos practicamente en los niveles que se exigían en el Tratado de Maastricht para la adopción de una moneda común europea. Estamos entonces en el camino".
Ahora, "esta la expectativa de que Argentina y Brasil acompañen esta realidad", añadió.
"Eso es lo que venimos soseniendo desde hace varios meses, tanto aquí como en el exterior, convencidos de que la solidez de la situación fiscal es lo único que puede poner a la región a salvo de las turbulencias de los flujos financieros", dijo Sanguinetti.
Al finalizar su reunión en Buenos Aires, Menem y Cardoso advirtieron que la cumbre de Río de Janeiro tendrá un resultado positivo si la Unión Europea elimina los subsidios que perjudican la producción del Mercosur.
Los cuatro países sudamericanos destinan a la UE 27 por ciento de sus exportaciones.
En el caso de Argentina los productos agropecuarios representan más de 80 por ciento del total de sus ventas al mercado europeo.
"No es posible que desde Europa se nos perjudique con subsidios que nos dificultan la colocación de nuestros productos y nos desplazan de mercados con productos subvencionados", dijo Menem.
"Si no tenemos éxito con nuestra propuesta en nombre de los cuatro países del Mercosur, la reunión de Río será muy bonita pero no creo que tenga resultados muy positivos", agregó.
"En Río vamos a exigir el levantamiento de los subsidios agrícolas", agregó Cardoso.
Brasil realiza más de un tercio de las exportaciones totales de América Latina a la UE, y es el segundo destinatario de las ventas de la UE a la región, después de México.
Esta postura enfrenta sin ambages a la UE, que ha anunciado que en Río de Janeiro no está dispuesta ni siquiera a dialogar sobre los subsidios agrícolas. (FIN/IPS/rr/ff/ip if/99