El ex presidente colombiano César Gaviria fue reelegido para otro período al frente de la OEA, en el 29 Período Ordinario de Sesiones del foro continental, en el que también se aprobaron dos Convenciones y más de 70 resoluciones.
Gaviria, quien se hará cargo de la Secretaría General de la OEA por otros cinco años, tenía la reelección asegurada por ser el único candidato tras el retiro de la postulación del ex presidente de Costa Rica Rafael Calderón.
Las dos convenciones interamericanas firmadas en el período de sesiones concluido el martes postulan la eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas discapacitadas y la transparencia en la compra de armas convencionales.
Guatemala logró la aceptación de Marta Altolaguirre como miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En los últimos años, este país había procurado sin éxito un puesto en ese organismo.
También fueron elegidos para integrar la CIDH el argentino Juan Méndez, el ecuatoriano Julio Prado y el estadounidense Robert Goldman.
Mario Polanco, dirigente del Grupo de Acuerdo Mutuo, que nuclea a familiares de detenidos-desaparecidos en los últimos regímenes militares de Guatemala, dijo a IPS que la elección de Altolaguirre les parece "positivo por un lado y preocupante por otro".
Según Polanco, Altolaguirre, como profesional, se ha destacado en la lucha por los derechos humanos, pero, por tratarse de una funcionaria del gobierno, temen que su labor pueda desarrollarse en forma parcial.
Sin embargo, la secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú, Sofía Macher, sostuvo que la CIDH resultará fortalecida con sus cuatro nuevos miembros.
"Fueron elegidos los mejores", dijo Macher, quien consideró muy importante que la OEA hubiera rechazado la candidatura de un funcionario vinculado a una dictadura militar a la CIDH.
Delegados de más de 300 organizaciones no guernamentales del continente rechazaron la candidatura del uruguayo Augusto Durán, asesor de la presidencia de su país entre 1977 y 1981, cuando regía una dictadura militar. Tras las críticas recibidas, Durán retiró su postulación.
Mientras, la discusión de la propuesta de Estados Unidos para facultar al Consejo Permanente de la OEA a intervenir en países cuyo régimen democrático atraviesa riesgos deberá esperar hasta el año próximo en Canadá.
La propuesta de Estados Unidos fue rechazada por la mayoría de países, que la consideraron "intervencionista".
La iniciativa contemplaba la formación de un grupo de países que procuren el fin de las crisis, pero las delegaciones latinoamericanas consideraron que se abre así una puerta a intervenciones extranjeras.
"Washington desea un diálogo sobre la necesidad de aplicar un mecanismo de diplomacia preventiva, con la idea de fortalecer las instituciones democráticas, el debate y la libre expresión antes de que se desate una crisis" explicó el subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos, PeterRomero.
Tras varias horas de deliberación se decidió que el asunto será analizado por el Consejo Permanente de la OEA, que deberá presentar conclusiones y recomendaciones sobre las instituciones democráticas en el hemisferio durante el 30 Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la OEA el año próximo.
La decisión de dejar de lado el asunto fue bien recibido por la mayoría de los delegados, que manifestaron, a propuesta de Venezuela, respaldo a todo proceso de fortalecimiento de la democracia mediante la erradicación de la pobreza.
El canciller venezolano José Vicente Rangel destacó que "es importante consagrar los principios e ideales de libertad y paz" y que "no hay que dejar de lado la justicia social y el desarrollo integral de la población".
Rangel agregó que un reflejo de la vulnerabilidad de las democracias es el precario funcionamiento de la justicia. "No es posible hablar de democracia sin una administración de justicia que independiente, simple, accesible, ágil y equitativa en sus decisiones", señaló el diplomático.
"Tampoco se puede hablar de respeto a los derechos humanos cuando millones de seres carecen de vivienda, salud, educación y alimentación, y mucho menos cuando se asesina, tortura, desaparece e incomunica a personas, como sucede sistemáticamente en la región", señaló.
La readmisión de Cuba en la OEA continuará pendiente. La isla fue excluida de la OEA en 1962, tras el triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro, y es el único país del hemisferio que no forma parte de la organización.
La Asamblea de la OEA concluyó sin que ningún país hubiera planteado el problema.
El embajador de Cuba en Guatemala, Freddy Torres, dijo al diario local Siglo Veintiuno que, aunque su país no forma parte de la OEA desde hace 37 años, "hoy estamos mejor acompañados que nunca, pese a la política aislacionista de Estados Unidos, desde hace casi cuatro décadas".
Como ejemplo destacó que El Salvador es la única nación de América con la que no tienen ningún tipo de relación diplomática. En el resto, agregó, funcionarios cubanos desarrollan su labor en embajadas, consulados y oficina de intereses, como la ubicada en Washington.
"Por eso, no nos quiebra la cabeza estar en el foro, pues sin estar adentro hemos impulsado la integración regional" y muestra de ello es que La Habana será sede en noviembre de la Cumbre Iberoamericana, agregó Torres.
También agregó que Cuba regresará a la OEA sin condiciones como las planteadas por el gobierno de Bill Clinton. "Cuba retornará cuando se democratice y se respeten los derechos humanos", había afirmado Romero.
El venezolano Rangel, por su parte, dijo a IPS que en torno a Cuba "hay mucha hipocresía" y que toda la política que se ha aplicado tanto en la OEA como por parte de Estados Unidos "no ha servido absolutamente para nada, ha sido un verdadero fracaso".
Agregó que el ingreso de la isla a la OEA pasa por una decisión de la misma Cuba y hasta ahora no lo ha planteado porque se le ponen una serie de condiciones.
"Cuba subyace como el gran tema en la OEA y ojalá llegara el momento en que se abordara verdaderamente el tema", porque se les exigen elecciones democráticas y respeto a los derechos humanos, que si se les hubiese exigido a otros países hace unos años, no hubieran calificado ni remotamente, concluyó Rangel. (FIN/IPS/cz/mj/ip/99