Un proyecto de ley que aumentaría las inversiones de Estados Unidos en América Central y el Caribe fue aprobado por un comité clave del Congreso estadounidense, pero todavía le queda un largo camino por ambas cámaras legislativas.
La propuesta de Ley de Alivio y Estabilización Económica de América Central y el Caribe, junto a la de Ley de Crecimiento y Oportunidades para Africa, enfrentará los escollos propios de la creciente preocupación por el impacto de la globalización y de la presión en favor de medidas proteccionistas.
En 1997, el proyecto fue vencido en la cámara baja por 234 votos contra 182, y se prevé que de las dos propuestas comerciales es la que enfrentará más dificultades.
El proyecto ampliaría la Iniciativa para la Cuenca del Caribe de 1983 otorgando a las exportaciones de los países miembros (todos los de América Central y el Caribe, excepto Cuba) casi los mismos beneficios que obtuvo México del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Los impulsores de la propuesta en la cámara creen que este año tendrá más posibilidades que en 1997 debido a los huracanes Georges y Mitch, que devastaron América Central el año pasado.
El Congreso ya aprobó un paquete multimillonario de ayuda de emergencia para la reconstrucción de la región.
"Ahora, más que nunca, la región necesita de nuestro apoyo y ayuda", destacó el presidente del Comité de Medios y Arbitrios, el representante texano Bill Archer.
Aun así, al proyecto le aguarda una dura lucha. La representante comercial de Estados Unidos, Charlene Barshefsky, ya advirtió al Comité que la propuesta tiene pocas posibilidades de ser aprobado si no se agregan protecciones para la industria textil nacional y los derechos de los trabajadores.
El gobierno introdujo este año su propia versión del proyecto, el cual, a diferencia del aprobado el jueves, restringía el tratamiento preferencial a los productos textiles y prendas de vestir fabricados con hilos o telas estadounidenses e incluía mayores protecciones a los derechos laborales.
Seguramente la propuesta se enfrentará a la oposición de los sindicatos. Estos consideran las importaciones del Caribe como una amenaza mucho mayor que las de Africa, donde los fabricantes estadounidenses no tienen grandes intereses comerciales.
Los empresarios textiles de Estados Unidos también se oponen al proyecto, en contraste con los fabricantes de ropa, que trasladaron muchos de sus talleres a México y el Caribe en los últimos 15 años.
El año pasado, el proyecto sobre Africa fue aprobado por una cómoda mayoría en la Cámara de Representantes pero se estancó en el Senado debido a la oposición de poderosos intereses de la industria textil.
Sin embargo, Barshefsky elogió la aprobación el jueves de los dos proyectos por el Comité y los consideró "un primer paso muy positivo" hacia una legislación que promueva la política pro- comercial del gobierno. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/mlm/if/99