La comunidad internacional adoptó un convenio para la prohibición de las peores formas de trabajo infantil, que puede redimir a la mayoría de los 250 millones de niños de entre cinco y 14 años que se desempeñan en el mercado laboral de los países en desarrollo.
La Conferencia Internacional del Trabajo aprobó el jueves por unanimidad el texto del convenio, que deberá ser ratificado por los 174 estados miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los firmante del acuerdo implantarán medidas inmediatas y eficaces para conseguir la prohibición y la eliminación con carácter de urgencia de las peores formas de trabajo infantil.
Juan Somavía, director general de la OIT, dijo al saludar la decisión que los estados miembros recurrieron a su "determinación moral" para votar el convenio, que se aplicará a todos los menores de 18 años.
Las autoridades de la OIT deberán informar a la Conferencia a realizarse en el 2002 la marcha del proceso de ratificación y de aplicación del convenio.
Las organizaciones no gubernamentales que bregaron por la sanción del tratado, estimaron que en el 2005 se tendría que registrar avances notorios en la reducción del trabajo infantil.
"No hay excusa alguna para que el problema no sea resuelto en el año 2005", declaró Rosslyn Noonan, coordinadora de derechos humanos y sindicales de Internacional de la Educación, una organización no gubernamental (ONG) con sede en Bruselas.
Pero las ratificaciones sólo se lograrán si hay suficiente movilización del público y persiste la presión sobre los gobiernos, advirtió Asha de Souza, portavoz de Marcha Mundial contra el Trabajo Infantil, que organizó a comienzos de este mes el arribo a Ginebra de centenares de niños de todo el mundo.
El texto aprobado incluye entre las peores formas de trabajo infantil la esclavitud y prácticas análogas, como le venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo.
La definición abarca también el trabajo forzoso u obligatorio, "incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados".
En el tema del empleo de los niños en las fuerzas armadas predominó el criterio de Estados Unidos y de otros países industrializados, que reclamaban una excepción para el caso de alistamiento voluntario de menores de 18 anos.
La organización Marcha Mundial dijo que el texto aprobado sobre niños soldados resultó "inferior a nuestras expectativas.
Por ese motivo, el movimiento continuará trabajando hasta conseguir la prohibición completa del empleo de niños menores de 18 anos en conflictos armados, anticipó De Souza.
Entre las peores formas figuran asimismo la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas.
Otro punto condena la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes.
La protección del convenio se extiende al trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moral de los niños.
El tema del acceso a la educación, que demandó un arduo debate en la Conferencia, quedó excluido de la definición de las peores formas de trabajo infantil.
Sin embargo, la importancia de la educación básica gratuita en la erradicación del trabajo infantil quedó manifestada en el texto del preámbulo del convenio, observó Noonan.
El proyecto de convenio presentado en 1998 "era débil, pues no contenía referencia alguna a la educación". En los debates de la Conferencia pasada, el texto salió fortalecido, dijo la activista neocelandesa.
Las ONG destacaron que parte de la importancia del convenio reside en que no solo requiere el compromiso de los gobiernos, sino también de las organizaciones internacionales.
Un punto específico del tratado establece que los programas de acción para eliminar las peores formas de trabajo infantil deberán elaborarse y aplicarse "tomando en consideración las opiniones de otros grupos interesados", en referencia a las ONG.
Noolan evaluó que el convenio "es un documento que nadie podrá rechazar y que ha sido asumido como propio por todas las partes integrantes de la OIT": gobiernos, empleadores y sindicalistas.
La representante de Internacional de la Educación destacó que "países como Noruega y Holanda jugaron un papel decisivo" en el proceso de negociación del convenio,
En una caracterización de los alcances reales del tratado, Noolan dijo que "establece las prioridades en el proceso de eliminación del trabajo infantil" y complementa el convenio número 138 sobre la edad mínima para el trabajo.
Somavía estimó que con el convenio, la OIT dispone de poderes para convertir la eliminación de las peores formas de trabajo infantil en "una nueva causa universal".
La OIT calculó que unos 120 millones de los 250 millones de niños de entre cinco y 14 años que trabajan en los países en desarrollo lo hacen a tiempo completo, mientras que los otros combinan el trabajo con la educación. (FIN/IPS/pc/ff/hd lb/99