Fuerzas rebeldes de Sierra Leona asesinaron, mutilaron y violaron a miles de civiles de Freetown durante la última ofensiva sobre la capital en enero, denunció la organización estadounidense Human Rights Watch (HRW).
El informe de HRW "Asesinatos, mutilaciones y violaciones impunes" ofrece testimonios de víctimas y testigos de la ofensiva rebelde en la capital del país africano.
Miles de habitantes fueron asesinados o mutilados hasta que Ecomog, las fuerzas de paz de Africa occidental dirigidas por Nigeria, expulsaron a los insurgentes de la ciudad.
"La batalla por Freetown y la consiguiente ocupación durante tres semanas de la capital por los rebeldes se caracterizó por la perpetración sistemática y generalizada de toda clase de atrocidades contra la población civil", denunció el informe divulgado el jueves.
Fue "el período más intensivo y concentrado de las violaciones de los derechos humanos en los ocho años de guerra civil de Sierra Leona", aseguró el informe.
Basado en entrevistas celebradas por HRW en abril, mayo y junio, el informe se divulgó mientras diplomáticos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Sudáfrica llegaban a Lomé para tomar parte en las negociaciones de paz entre el gobierno de Ahmad Tejan Kabbah y el rebelde Frente Revolucionario Unido (FRU).
El canciller de Togo, Joseph Koffigoh, actúa como mediador para acordar cuántos ministerios ocupará el FRU en un futuro gobierno de coalición y en el papel que tendrá Ecomog, que recuperó a Freetown en enero tras feroces combates.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, llegará a Sierra Leona este jueves para apoyar el proceso de paz, que comenzó con un acuerdo de cese del fuego el 19 de mayo, y para promover el respeto de los derechos humanos.
HRW envió una carta a Robinson la semana pasada en la que le pide que abogue por un acuerdo que no incluya la impunidad de los graves violadores de los derechos humanos.
Pero la debilidad del sistema judicial y de la fuerza policial de Sierra Leona no pueden asegurar que todos los violadores de los derechos humanos comparezcan ante la justicia, reconoció HRW.
En la misma carta, el grupo también exhortó a la comunidad internacional a prestar mayor atención y apoyo a Sierra Leona, sobre todo en virtud de la prioridad concedida a la situación en la provincia yugoslava de Kosovo.
"La respuesta internacional a los abusos de los derechos humanos en Kosovo contrasta con la forma en que se ignoraron en gran medida las terribles atrocidades cometidas en Sierra Leona", escribió HRW a Robinson.
"Su visita a Sierra Leona ofrece una oportunidad para que la comunidad internacional fuera de Africa demuestre que los derechos humanos de todos los seres humanos son igualmente valiosos", agregó.
Con casi cinco millones de habitantes, Sierra Leona padece la guerra civil desde hace casi nueve años. Los cálculos sobre la cantidad de muertos varían de entre 15.000 a 50.000, la cifra manejada por HRW.
Así mismo, casi la mitad de la población se vio desplazada por el conflicto, y cientos de miles tuvieron que huir a Guinea y otros países vecinos.
La guerra, que se limitó principalmente al interior del país hasta este año, se caracterizó por su brutalidad, sobre todo desde febrero de 1998, cuando la dictadura militar, junto al FRU, entregó el poder a Kabbah.
Las fuerzas conjuntas de la dictadura y el FRU mataron a miles de civiles el año pasado, y secuestraron o mutilaron a miles más, amputándoles las extremidades en lo que pareció ser una campaña intencional de terror.
Las mismas tácticas se utilizaron en enero cuando el FRU lanzó su ofensiva sobre Freetown. A fines del mes, fuentes independientes y del gobierno calcularon que las fuerzas insurgentes habían matado a miles de civiles.
"Los rebeldes expulsaron a familias enteras de sus hogares y los asesinaron, cortaron las manos de niños y adultos, quemaron personas vivas en sus casas, y juntaron a cientos de mujeres jóvenes, las llevaron a bases rebeldes urbanas, y abusaron sexualmente de ellas", según el informe.
Varios cientos de personas, en su mayoría hombres, pero también mujeres y niños, fueron víctimas de amputaciones, agregó.
Esos actos parecían bien organizados e incluso premeditados, según los datos de HRW, cuyos documentos evidencian que algunas unidades del FRU se especializaban en ciertas formas de atrocidades, como la mutilación.
A medida que las fuerzas de Ecomog contraatacaban, y el FRU se retiraba de la capital, los rebeldes incendiaban vecindarios enteros, obligando a más de 50.000 personas a abandonar sus casas, y secuestrando a miles de niños y mujeres jóvenes, indicó HRW.
En algunos casos, el FRU usó civiles como "escudos" contra Ecomog, obligándolos a situarse en posiciones ubicadas entre las dos fuerzas armadas.
"Esta es una guerra en que los objetivos son los civiles. Los crímenes contra la humanidad descritos en este informe son indeciblemente brutales, y el mundo no se debe limitar a alejar su atención de la crisis", exhortó Peter Takirambudde, director de HRW Africa.
El FRU fue responsable de la gran mayoría de las atrocidades, pero Ecomog y la policía también cometieron serios abusos, en gran parte ejecuciones sumarias de presuntos prisioneros rebeldes, precisó el informe de HRW. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq/hd-ip/99