El primer civil al frente del Ministerio de Defensa en la historia de Honduras, Edgardo Dumas, aseguró que en sus cinco meses de gestión muchas cosas cambiaron entre los militares, acostumbrados a una "cultura del temor y no al respeto y el diálogo".
"Estos meses no han sido fáciles, porque muchos oficiales creyeron que mi nombramiento era decorativo y que las fiestas y francachelas seguirían igual. Pero yo tengo un arma muy efectiva: la Constitución de la República y las facultades que me asigna", dijo Dumas, entrevistado por IPS.
El ministro investiga ahora a un sector conservador de oficiales que provocaron una crisis dentro del Ejército.
Esa insubordinación, encabezada por los coroneles Rodolfo Interiano Portillo y Eugenio Romero Euceda, respondió a las drásticas reformas a que serán sometida las leyes que rigen el ejército y a la revisión del presupuesto militar.
El presidente Carlos Flores respaldó a Dumas al reunirse el martes a puertas cerradas con Portillo y Romero, a quienes recordó que el gobierno civil tiene ahora el poder y les advirtió que deben obediencia a la ley y la Constitución.
Mientras, Dumas dijo que las investigaciones avanzan y que no descarta cambios en la cúpula castrense. La intención es dejar en "claro" que "quien manda en este organismo soy yo", afirmó.
Dumas definió desde el principio de su gestión su posición ante los militares al instalar su oficina en el edificio del Estado Mayor Conjunto, y no lejos de ese centro de mando, como había sido la costumbre.
El ministro explicó que la próxima etapa será crítica, pues intentará "reordenar el presupuesto" de las Fuerzas Armadas, calculado en 40 millones de dólares, para "darle un uso racional y justo".
Para Dumas, es necesario fiscalizar la ejecución del presupuesto para crear una "cultura" de buen manejo de los recursos públicos en el ámbito militar.
"Me acaban de mandar ese presupuesto y voy a revisar planilla por planilla, gasto por gasto y puedo asegurar que no va ser cualquier fulano quien hará lo que le venga en gana con estos fondos", afirmó.
"La institución armada como tal, particularmente la tropa y sus instalaciones, ha estado abandonada y no voy a permitir más injusticias en ese sentido", agregó.
En reiteradas ocasiones se denunciaron desvíos de los fondos presupuestales de las Fuerzas Armadas, al punto que la Fiscalía investiga la existencia de planillas fantasmas en los cuarteles. Dumas no descartó las sospechas de la Fiscalía.
"Vamos a chequear (controlar). Antes, la Pagaduría de las Fuerzas Armadas manejaba (los fondos), pero con las reformas hechas a la Constitución, esa obligación me corresponde a mí, aunque al principio (los militares) no estaban muy de acuerdo", dijo.
El parlamento aprobó en enero una reforma constitucional que eliminaba la autonomía de la que gozó el ejército durante más de tres decenios y también el cargo de jefe de las Fuerzas Armadas. Estas funciones dependen ahora del Ministerio de Defensa, cuyo titular debe ser un civil.
Dumas, un abogado vinculado con la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), es calificado entre los jefes militares de "señor quisquilloso" que los obliga a madrugar, a recorrer los batallones y a mejorar las relaciones entre los soldados y los oficiales.
Llamado por la prensa "el hombre del bastón", Dumas goza de un amplio respaldo de la sociedad civil, de las organizaciones de derechos humanos y del propio presidente Flores. Los críticos del gobierno suelen considerarlo el mejor ministro del gabinete.
Dumas manifestó a IPS su aspiración a mejorar el prestigio de las Fuerzas Armadas, redefinir la política de seguridad nacional y fortalecer las relaciones cívico-militares, a fin de que desaparezcan "de una vez por todas" las "alergias mutuas que han existido".
Dumas contó, con picardía, que algunos militares se quejaban de la falta de dinero para pagar a periodistas y medios de prensa favorables a ellos. "Les he insistido que eso aquí ya acabó, que deben dar el ejemplo internamente y adecentar la profesión", afirmó.
"Imagínese, como van a hablar de imagen si las cocinas en las academias y algunos batallones están sucias, llenas de moscas. Yo los sorprendí cuando fui a visitarlas y miré aquella negrura. Yo creo que ellos deben aprender a quererse a sí mismos, y no jugar dobles discursos a lo externo", dijo.
Ramón Custodio, presidente del no gubernamental Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), dijo a IPS que el ministro Dumas ha impuesto un "ritmo muy civil a los militares".
"Le han querido botar del cargo e incluso tenderle uno que otro atentado, pero todo ha sido abortado, porque estos señores cabeza caliente no entienden que la guerra fría ya terminó", señaló Custodio.
"Los militares deben estar dispuestos a una mayor apertura con la sociedad, limpiar su historial de violadores de derechos humanos, y aceptar que por primera vez en este país tienen el deber constitucional de cumplir la ley y ser subordinados del poder civil", agregó.
El ministro de Defensa tiene el propósito de investigar, en su momento, los negocios y empresas que permanecen en manos de los militares.
Pero Dumas sostuvo que es consciente, que va despacio porque tiene prisa y que está empecinado en realizar en su ministerio una revolución con la verdad. (FIN/IPS/tm/mj/ip hd/99