Hospitales de Benín obligan a mujeres que se internaron para dar a luz a permanecer en la institución hasta pagar sus cuentas, aunque no tengan los medios para hacerlo.
Una mujer que oculta su identidad tras el nombre de Jane Doe dijo que lleva tres semanas en el Laguna de Cotonou, el principal hospital de maternidad de este país africano, porque no puede pagar los 30.000 francos CFA (53 dólares) que debe.
Su marido, que trabaja como chofer, se quedó sin ahorros luego de pagar los medicamentos y exámenes médicos. La propia Doe trabaja a veces como vendedora callejera. Un familiar prometió ayudarles, pero la promesa no se tradujo en los hechos.
"Hace tres semanas que mi marido y yo intentamos reunir los 30.000 francos para poder salir junto con mi hijo. Ya no soporto la mirada de los visitantes. A veces se compadecen, pero otras se burlan de nosotros, me siento tan avergonzada", explicó la mujer, al borde de las lágrimas.
Todas las semanas hay entre cinco y seis madres sin recursos que esperan que el hospital les perdone la deuda.
Las mujeres se ingresan "sin exigir formalidades y nos ocupamos de cuidar su salud, al igual que la de sus bebés antes de nacer", explicó Julienne Dossouvi, directora del Hospital Laguna de Cotonou.
Una vez que nacen los niños, las mujeres se dan cuenta de que no pueden pagar la cuenta, que varía entre 21.000 y 50.000 francos CFA (de 37 a 88 dólares).
"Después de esperar dos o tres días, la dirección del hospital se ve obligada a pedirles que dejen libres sus camas para otros pacientes", explicó Dossouvi.
Las mujeres pueden quedarse en unas cabañas de paja destinadas a los visitantes o en los corredores del hospital mientras esperan que sus maridos o sus padres reúnan el dinero para cancelar la deuda.
No se les permite salir del hospital. Los guardias tienen órdenes estrictas de impedirles la salida.
"Antes, muchas se iban con sus bebés sin pagar la cuenta. Ahora instalamos un centro de control en la puerta, así nadie se puede escapar", indicó Dossouvi.
Pero Dossouvi dijo que las mujeres no son prisioneras. "Tuvimos que adoptar esas medidas para lograr que sus familias paguen la cuenta del parto", explicó.
La directora del hospital señaló que la institución está subsidiada por el gobierno pero los fondos no son suficientes para cubrir el presupuesto. Por ese motivo, la dirección decidió cobrar una modesta cantidad, para evitar el cierre del hospital.
"Pedimos a las pacientas una contribución de sólo un tercio del verdadero costo de los cuidados que les brindamos. Después de todo, el embarazo dura nueve meses. Estas mujeres podrían haber ahorrado algo durante ese tiempo para pagar el hospital", dijo.
El Laguna de Cotonou también tiene pacientes de Ghana, Nigeria y Togo.
Sophie Agbidi, una trabajadora social del hospital, sostuvo que sólo tienen un bajísimo presupuesto para las necesitadas y las pobres. "El departamento de servicio social del hospital decide a quién ayudar luego de hacer algunas investigaciones. Pero no podemos hacerlo para todas", explicó.
Jerome Loko, otro funcionario, declaró que el presupuesto anual previsto para asistir a los pobres es de sólo 500.000 francos CFA (880 dólares) por año.
Dossouvi está cansada del problema de las mujeres sin recursos, así que planea crear una sociedad de ayuda llamada "Asociación de Amigos del Hospital", a fin de asistir a las madres pobres.
"Pediremos contribuciones para esta causa noble a la gente de buena voluntad y que tenga algo de dinero sobrante, ya sean de Benín o de otros lugares", comentó.
Sólo 22 por ciento de los ingresos del país fueron destinados a las mujeres en 1996, a pesar de que ellas representan más de la mitad de los 5,7 millones de habitantes del país, según el Informe de Desarrollo Humano de 1997, publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Los autores del informe indicaron que la pobreza afecta más a las mujeres de Benín que a los hombres.
Jonas Gbetognon, un empleado público retirado de Cotonou, dijo que "los pobres de Benín no tienen seguro de salud, los costos (de la atención médica) son muy altos, y la seguridad social es casi inexistente".
Gbetognon puso como ejemplo al Hospital Nacional y Centro Universitario de Cotonou, el principal hospital de Benín, dónde se cobra un boleto en la puerta para ingresar, como en las salas de cine.
"El gobierno debe tener más en cuenta a los pobres y poner en marcha un sistema de seguridad social más eficaz", sostuvo Gbetognon.
"Si no lo hace, situaciones como la del hospital de maternidad se repetirán en los próximos cinco años, y sería una pena, además de una vergüenza para todo el país", sentenció. (FIN/IPS/tra- en/mb/nrn/sz/mn/ceb/aq/hd/99