BANGLADESH: Vecinos de zonas marginales reciben dinero para irse

Un banco de Bangladesh presta dinero a los habitantes de los barrios marginales de Dhaka para que regresen a sus pueblos con el fin de descongestionar a la creciente capital de ocho millones de habitantes.

La mayoría de los habitantes de los barrios marginales no autorizados que abundan en Dhaka preferiría regresar a sus pueblos natales si tuviera la opción, según una encuesta realizada el año pasado y citada por el Bangladesh Krishak Bank (BKB, Banco de los Agricultores de Bangladesh).

De las 40.000 personas encuestadas en 12 áreas distintas, 95 por ciento añora los espacios abiertos y los pueblos mucho menos contaminados que se vieron obligados a abandonar por causa de la pobreza.

El mes pasado, el primer ministro Sheikh Hasina Wajed inauguró el plan "Regreso a los pueblos" del BKB.

El Banco espera finalizar, a fines de junio o mediados de julio, un proyecto piloto de rehabilitación de 1.000 habitantes de los barrios marginales en sus respectivas viviendas rurales. Se ofrece a cada persona un préstamo sin necesidad de garantías de entre 125 y 1.000 dólares.

El dinero debe ser devuelto en un período de tres años a un interés de 10 por ciento. Para asegurarse de que el préstamo no será mal utilizado, el Banco lo desembolsará mediante una letra de cambio pagadera en la sucursal bancaria más cercana al pueblo del prestatario.

También se dará prioridad en el procesamiento de las solicitudes de préstamos a las personas que puedan probar que todavía son propietarios de tierras o casas en sus pueblos.

Los funcionarios del Banco son optimistas y destinaron medio millón de dólares al plan, que prevé la reubicación de 5.000 personas de Dhaka en los próximos años.

"Es posible reubicar a todos los habitantes de los barrios marginales en sus propios pueblos en sólo cuatro años, mediante un programa de crédito de unos 125 millones de dólares", calculó Shoiab Ahmed, director general del BKB.

También colaborarán tres bancos del gobierno, ya que el Sonali Bank, el Agrani Bank y el Rupali Bank manifestaron su voluntad a apoyar el plan.

El gobierno afirmó que, dependiendo del éxito del proyecto piloto, lanzará un proyecto similar de cinco años para reubicar a los pobres de las ciudades.

Los estudios muestran que un tercio de las personas que se trasladan a Dhaka buscan mejores empleos, 22 por ciento están desempleados y 12 por ciento se vieron obligados a mudarse porque sus tierras agrícolas fueron cubiertas por las inundaciones anuales.

Los primeros en partir son los agricultores sin tierras o que practican agricultura de subsistencia y que no pueden mantener a sus familias en el pueblo.

Como el trabajo agrícola varía según las estaciones, el endeudamiento rural es una importante causa de migración. Los pobres de las áreas rurales caen invariablemente en manos de los prestamistas, a quienes deben pagar intereses muy altos, para salir de apuros en épocas de crisis.

Además, la fragmentación de la tierra entre los miembros de las familias hizo que las granjas sean insostenibles y que los pobres deban encontrar fuentes de trabajo alternativas.

Los primeros en migrar son los hombres, y luego sus familias los siguen a los pueblos y ciudades más grandes donde deben aceptar empleos en pequeños talleres e industrias, en los que son explotados y se les paga poco.

Construyen viviendas precarias con nailon y cuerdas en la calle, o con barro y paja amontonadas en pequeñas parcelas de tierra que son arrastradas por las lluvias monzónicas que regularmente inundan gran parte de las áreas bajas de Bangladesh.

Se calcula que Dhaka crece un promedio de 4,5 kilómetros cuadrados por año. Setenta por ciento de sus habitantes están clasificados en el grupo de bajos ingresos, que ocupa menos de 20 por ciento del espacio residencial de la ciudad.

En 1991, Dhaka ocupaba el lugar 24 entre las ciudades más pobladas del mundo. En el 2010 será la sexta ciudad más poblada con 18 millones de habitantes, según el informe "Horizonte Móvil – Perspectivas de desarrollo humano para Bangladesh", realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 1997.

Los servicios públicos como el agua potable y la asistencia médica no crecieron al mismo ritmo que los barrios marginales. La diarrea y otras enfermedades relacionadas con el agua son comunes en la ciudad debido a la contaminación del agua provocada por la falta de saneamiento.

Además, la desnutrición entre los niños es un problema muy serio. La mortalidad infantil supera 150 cada 1.000 nacidos en los barrios marginales, en comparación con el promedio nacional de 90 cada 1.000.

Los funcionarios del BKB confían en que las personas querrán cambiar la miseria de las ciudades por una promesa de futuro en los pueblos.

Incluso algunas organizaciones no gubernamentales del país están interesadas en unirse al plan "Regreso a los Pueblos" iniciado por el Banco. (FIN/IPS/tra-en/ti/an/at/aq/dv/99

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