El III Festival de Cine y Video de la Primeras Naciones de Abya Yala comenzará este lunes en la capital de Ecuador, pero las películas que integran su programación ya habrán sido estrenadas entonces, ante un público de indígenas.
Este festival tiene la particularidad de que la exhibición de filmes es previa a la inauguración oficial en Quito. En efecto, comenzó el 5 de este mes y se completará el sábado, en 120 comunidades de la Sierra, la Costa y la Amazonia ecuatorianas.
"Abya Yala es nuestro continente americano, la tierra en plena madurez, este gran mundo que lucha día a día por recuperar una armonía perdida hace 500 años", explicó Antonio Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), organizadora del festival.
Cada dos años, días antes del solsticio de verano que abre la celebración del Inti Raymi (Fiesta del Sol) y con la serpiente Amaru como símbolo, se reúnen en Quito realizadores de cine y video convocados por la Conaie. En esta ocasión, asistirán cineastas de 10 países de América y de España.
Así, cineastas y realizadores de video de varios países se trasladaron a distintos rincones de Ecuador para hablar sobre sus películas en las comunidades y conocer como viven sus pobladores.
"No podíamos organizar un Festival de Cine que se exhibiera solamente en la capital. Primero había que llevarlo a las comunidades para que sus integrantes disfrutaran de estas creaciones que hablan de pueblos hermanos de otras geografías", comentó Vargas.
Para Vargas, el Festival que recorre las regiones del país es parte de las acciones diarias de los pueblos indígenas para restituir la armonía a las naciones de Abya Yala.
La organización del Festival costó 38.000 dólares, aportados por la Conaie y organizaciones no gubernamentales que apoyan el desarrollo de las nacionalidades indígenas.
El máximo galardón del Festival es el premio Amaru, la serpiente sagrada, símbolo de la fertilidad y sabiduría milenaria
Para el realizador boliviano Humberto Mancilla Plaza, éste no es un festival cinematográfico más.
"La serpiente nos une y reúne a través de la interculturalidad y la solidaridad entre pueblos. Aquí estamos creadores indígenas y no indígenas del continente para mostrar nuestros videos pero también para intercambiar experiencias y tratar de conocernos mejor", dijo Mancilla a IPS.
Esta semana, las comunidades chachis, tsáchilas y negras de la Costa, las quichuas de la Sierra y el Oriente y las cofán, siona, huaorani y shuar recibieron a los participantes e invitados especiales al Festival.
Seis equipos de producción se trasladaron desde Quito a las distintas regiones para que las proyecciones en las comunidades tuvieran el soporte técnico adecuado, con equipos y proyectores de alta calidad.
Cada comunidad adecuó locales para las proyecciones y para el hospedaje de los visitantes, y también se encargó de programar las exhibiciones y actividades paralelas como charlas e intercambio de experiencias.
Para la peruana Miriam Calle, el paso del Festival por las comunidades fue "una gran fiesta de la imagen y la confraternidad, no solo para ver las producciones, sino para compartir el esfuerzo y la realidad de los indígenas de Ecuador".
Vargas sostuvo que el hecho de que las proyecciones se realicen primero en las comunidades también es un forma de romper con el centralismo existente en el país.
"En cada comunidad, nuestros hermanos han compartido ideas, sueños y espiritualidades. Allí estuvieron niños, mujeres, hombres y nuestros sabios ancianos unidos por la imagen y la palabra", dijo Vargas.
El festival bienal tiene como objetivo principal incentivar la formación de productores indígenas, promover la interculturalidad mediante la imagen y motivar la utilización del video como parte del desarrollo de los pueblos nativos.
"Las proyecciones también procuran difundir la problemática indígena de América en la sociedad blanco-mestiza. Es necesario que conozcan más nuestra visón espiritual con sus fiestas sagradas, nuestra cultura y el testimonio de la lucha de los pueblos ancestrales", comentó Vargas.
El Festival transcurrirá entre este lunes y viernes en las salas de cine de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito, donde se exhibirán 40 videos procedentes de Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, México y Perú cuyos realizadores aspiran al premio Amaru.
Los filmes también serán proyectados en barrios populares de la capital ecuatoriana.
En las Universidades Central y Salesiana de Quito, se realizarán talleres y conferencias paralelas al Festival sobre diferentes asuntos, con la participación de los invitados internacionales y panelistas ecuatorianos.
El realizador español Jesús Bosque, quien realizará una charla sobre los efectos de la globalización en los medios audiovisuales de América del Sur, afirmó que el video es el mejor medio para que los pueblos aprendan a rescatar su cultura.
"Juntar en un Festival realizado en la 'mitad' del mundo poesía e imágenes de pueblos tan diferentes y tan iguales nos ayuda a comprender la variedad, a entender mejor al otro y contrarrestar los efectos hegemonizantes de la globalización", dijo Bosque. (FIN/IPS/kl/mj/cr pr/99