Los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte de menores de 35 años en Argentina, un país donde mueren 22 personas por día en la vía pública y alrededor de 8.000 por año.
El total de muertes por accidente -entre ocho y 10 veces mayor que en países industrializados-, ya se constituyó en una preocupación económica, no sólo de las autoridades sino también de los organismos multilaterales de crédito.
El subsecretario de Seguridad Vial, Ernesto Tenembaum, dijo a IPS que el Banco Mundial comenzó a asistir al país en la elaboración de un plan piloto que debería contribuir a bajar en 40 por ciento el número de muertos en accidentes.
Las cifras son alarmantes. Mientras en países como Estados Unidos, Holanda, Italia o Suecia hay entre 160 y 180 accidentes mortales cada un millón de vehículos, en Argentina la cifra supera los 1.300 sólo en un año.
Si se mide el número de peatones arrollados, Argentina lidera las estadísticas mundiales. Del total de muertes por accidentes de tránsito, 25 por ciento son personas de a pie.
De acuerdo a la organización no gubernamental Luchemos por la Vida, dedicada a la educación vial, el impacto económico del tránsito caótico y los accidentes que de él se derivan es superior a los 10.000 millones de dólares al año
A su vez, el Instituto de Seguridad y Educación Vial señala que por cada accidente grave, el país gasta 65.000 dólares, por lo que el presupuesto de prevención resultaría mucho menor de lo que insumió hasta ahora el gasto de atender las secuelas.
Al total de muertes por accidentes -tercera causa de defunciones en el país- hay que sumarle los 120.000 heridos y discapacitados que quedan como saldo de los accidentes de tránsito cada año.
De acuerdo a los expertos del Banco Mundial que visitaron Argentina para participar de la elaboración del plan, 20 por ciento de las camas de hospitales públicos en este país están ocupadas por personas que sufrieron accidentes de tránsito.
Las causas del fenómeno son variadas. Para las autoridades y las organizaciones no gubernamentales que trabajan en seguridad vial la velocidad y el estrés de los conductores en ciudades y rutas son sólo algunas de ellas.
También hay un alto número de infracciones y un escaso control del cumplimiento de normas. En Buenos Aires se cometen 318 millones de faltas graves por mes, de las cuales sólo se multan algo más de 26.000, según Luchemos por la Vida.
Entre las faltas más frecuentes -y a su vez, más ignoradas por la policía de tránsito- está la presencia de niños en asientos delanteros, la falta de uso de cinturón de seguridad, las violaciones a la luz roja y la falta de casco de los motociclistas.
En este sentido, otro récord alarmante de Argentina revela que en ningún otro país mueren tantos conductores de motocicletas – ocho por mes-, casi siempre por falta del casco adecuado.
La motos se multiplicaron en los últimos años entre los jóvenes, que tienen a ese vehículo como medio de trabajo, por el crecimiento de los servicios de entrega a domicilio que ofrecen la mayoría de los comercios.
Los motociclistas van apurados, esquivando automóviles y peatones, y acelerando en curvas e intersecciones, sin respetar frecuentemente los semáforos.
Como base de esta realidad, algunos expertos en vialidad consideran que los conductores argentinos en general son más osados que los de otros países y disfrutan de la velocidad y de violar las reglas.
Pero otros sostienen que no se trata de una "cuestión nacional" y para refutar esa hipótesis muestran que las mujeres son más prudentes a la hora de manejar y menos responsables de accidentes. Se trata, sostienen, de aceptar las normas.
De acuerdo a una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública, el 84 por ciento de los argentinos considera que sus compatriotas manejan mal o regular.
Las medidas de seguridad que se fueron incorporando por ley no son internalizadas por los conductores en general, pero menos por los hombres.
Los cinturones de seguridad en la mayoría de los automóviles siguen "de adorno" junto a los asientos y es común ver a los motociclistas manejar con el casco colgando del antebrazo. El 90 por ciento de las mujeres, en cambio, usan cinturones.
Asimismo, cada vez son más los automovilistas que utilizan el teléfono celular mientras conducen. Luchemos por la Vida detectó esta práctica en 2,1 por ciento de los vehículos en Buenos Aires, lo que representa 30.000 personas por día distraídas al volante. (FIN/IPS/mv/ag/