La ONU busca reforzar las sanciones contra la Unión Nacional por la Independencia Total de Angola (UNITA) debido a la violación de las restricciones ordenadas al comercio de armas y de diamantes con la organización rebelde.
Robert Fowler, presidente del comité de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), quiere que observadores vigilen el cumplimiento de las sanciones en Africa.
Hace un año, el Consejo de Seguridad votó la prohibición de la compra y venta de diamantes con los rebeldes de UNITA.
Fowler, canadiense, presentó un informe al Consejo este lunes en el que indica que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, estudiará en los próximos tres meses la forma de enviar observadores civiles en Africa para investigar las denuncias de violaciones a las sanciones.
"No hablamos de grandes batallones", explicó Fowler a IPS. Los observadores podrían ser "menos de 100".
Fowler explicó que Angola acusó a Zambia de haber ayudado a los rebeldes de UNITA para comprar armas y petróleo a cambio de diamantes.
Varias resoluciones del Consejo de Seguridad prohibieron la venta de armas y petróleo a UNITA y también el tráfico de diamantes con los rebeldes, a quienes se atribuyen la mayor parte de la violencia en Angola.
A pesar de las sanciones, organizaciones de derechos humanos y el gobierno angoleño aseguran que los rebeldes siguen financiando la guerra mediante la venta de diamantes.
El informe de Fowler señala que UNITA recaudó 200 millones de dólares con la venta de diamantes en 1998 y hasta 4.000 millones desde 1992.
Los combates en Angola desatados en la primavera boreal provocaron decenas de miles de muertos, y la violación de las sanciones de la ONU es considerada un gran problema para Africa austral.
Las violaciones causaron una "crisis de solidaridad africana", dijo un ministro a Fowler.
El enviado canadiense viajó en mayo a Angola, Botswana, República Democrática de Congo, Namibia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe para ver la manera de mejorar la aplicación del embargo.
Los gobiernos de la región están dispuestos a mejorar la aplicación de las sanciones, e incluso las compañías diamantíferas accedieron, aseguró Fowler.
El presidente del conglomerado sudafricano De Beers, que controla la mayor parte del comercio diamantífero del mundo, aseguró a Fowler que pretende apoyar las sanciones de la ONU y garantizar que UNITA no comercie en el ramo.
Fowler recibió la misma respuesta de compañías de diamantes de Botswana y Namibia, donde las ventas de las piedras preciosas representan más de dos tercios del producto interno bruto.
Pero las intenciones son difíciles de aplicar. Fowler explicó que países como Botswana y Namibia no pueden vigilar su espacio aéreo para evitar que aviones extranjeros lo utilicen para actividades ilegales.
Una de las recomendaciones de Fowler es que la ONU ayude a los países mediante la vigilancia aérea.
Fowler, quien visitará en julio el Alto Consejo del Diamante, un importante centro de la industria en Amberes, Bélgica, sugirió en su informe que la ONU entable relaciones con grandes vendedores.
Esos contactos ayudarían a diseñar "medidas prácticas para limitar el acceso de UNITA a los mercados legítimos de diamantes", aseguró.
No obstante, los obstáculos persisten. La guerra en la vecina República Democrática de Congo complicó la política regional y envió a refugiados y armas a través de las fronteras.
Mientras, cada vez más de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad se están cansando de las sanciones y apoyan cada vez menos los embargos de la ONU. Las sanciones contra Libia se retiraron en Abril, y crece el impulso para cesar el embargo impuesto a Iraq.
Ese ambiente alentó a UNITA a despreciar las gestiones de paz en Angola y a acusar al gobierno de ser el responsable de la violencia. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip-if/99