Los gobiernos de América Central esperan que dentro de dos décadas la región deje de tener una fuerza de trabajo poco calificada y, gracias a la inversión, se generen bienes y servicios más sofisticados y con mayor valor agregado.
Esta es la meta que se propone "Centroamérica en el siglo XXI", una agenda de estrategias para el despegue de las economías locales en los próximos dos decenios, que elaboró el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas y el Harvard Institute for International Development.
Los presidentes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua ya avalaron este plan y varios sectores económicos han visto con buenos ojos las medidas propuestas.
Saltar de la ventaja comparativa a la ventaja competitiva, crear la unión aduanera centroamericana, consolidar el libre comercio interno, liberalizar el sector servicios y unificar la política comercial de la región, son algunos de los principales objetivos del proyecto conjunto.
Este plan fue tutelado por los prestigiosos economistas de la Universidad de Harvard Michael Porter y Jeffrey Sachs.
"Estos economistas no vienen a señalarnos una ruta nueva sino a confirmar que lo que ya estamos haciendo es lo correcto", dijo el presidente de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez.
La agenda propone dejar atrás el modelo de las "economías impulsadas por los factores".
En este sentido, se tomaban como prioridades las ventajas comparativas históricas de la región, es decir, las estructuras de producción tradicionales basadas en el patrimonio de los países, la mano de obra barata, los recursos de capital y el patrimonio natural.
Ahora se propone saltar hacia un modelo de "economías impulsadas por la inversión".
En esta fase se propone asumir como prioridad la ventaja competitiva, para competir con una fuerza laboral educada, una infraestructura especializada, inversiones constantes y la innovación en tecnología.
"Muchos economistas estamos viendo complacidos estas medidas, pero no quiere decir que sean suficientes", dijo a IPS Francisco Monge, de la Cámara del Comercio de Costa Rica.
Monge se preguntó de qué serviría una unión aduanera en el istmo si no se impulsa una verdadera ampliación de los mercados y agregó que también son necesarias reformas en el sector financiero y la generación de un sector de telecomunicaciones barato y de alta calidad.
Porter y Sachs han reiterado su optimismo por el futuro cercano de América Central, pues aseguran la región tiene un enorme potencial que debe aprovechar.
"La nueva filosofía requiere atraer empresas extranjeras, pero no a cualquiera, sino a aquellas cuyas inversiones se orientan a explotar los recursos avanzados disponibles", dijo Porter en Costa Rica.
Estos grupos o conglomerados de empresas, llamados "clusters", serían el dinamo del desarrollo local y se prevé que uno de ellos, el de turismo, genere 4.000 millones de dólares para el año 2005.
Además del "cluster" de turismo, el plan contempla el impulso de otros tres: agroindustria, textiles y servicios electrónicos y "software".
Uno de los puntos en que más énfasis pone el plan es en el desarrollo sustentable de la región a través de la promoción del turismo.
También se subraya la importancia de la venta de servicios ambientales, mediante la venta de certificados que permitan conservar los bosques y los beneficios que éstos brindan al planeta al no ser talados.
"El gran problema que vemos algunas personas es que al promoverse el turismo lo que llegarían serían grandes transnacionales, entonces, ¿en manos de quién quedaría el grueso de las ganancias?", se interrogó Javier Baltodano, miembro de la Asociación Ecologista Costarricense.
Otro de los inconvenientes que Baltodano observa a corto plazo es la falta de compromiso que han demostrado los países industrializados para comprar servicios ambientales a las naciones de la región.
Uno de los puntos de la agenda que más ha llamado la atención es el de la creación de un Corredor Logístico Centroamericano, un programa para integrar a los principales puertos, aeropuertos y vías de comunicación del istmo.
Para concretar este corredor logístico se requiere una inversión de 1.500 millones de dólares, dijo Eduardo Doryan, director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible, una dependencia del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas.
Doryan expresó su esperanza de que esta agenda de estrategias permita, de aquí al año 2020, mejorar la productividad y competitividad de la región y reducir sensiblemente la pobreza. (FIN/IPS/nms/ag/dv/99