Propuestas de Chile y El Salvador se destacaron como ejemplos positivos en un seminario para el fortalecimiento de los aspectos de género en los proyectos del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que concluyó hoy en esta ciudad.
El programa de capacitación en aspectos de género llevado a cabo por el Proyecto de Apoyo a la Producción (Prodap) de El Salvador y la producción de cítricos para la exportación en el norte de Chile fueron mencionados por la Directora de la división de América Latina y Caribe de FIDA, Raquel Peña-Montenegro.
El Seminario-Taller, que comenzó el día 21, tuvo un balance positivo, según la funcionaria, quien también participó en otras tres reuniones anteriores, realizadas en Guatemala, República Dominicana y en la isla caribeña de Santa Lucía.
Durante una semana, cerca de un centenar de expertos de 14 países de América Latina intercambiaron en La Serena sus experiencias en proyectos de desarrollo rural, destacando aquellas que buscan la equidad de género con el objetivo de superar la "invisibilidad" del trabajo femenino en el campo.
"Hay países más avanzados que otros y por eso el diálogo horizontal fue positivo. Además, hubo actividades del Centro de documentación itinerante, especializado en capacitación sobre género", dijo a IPS Peña-Montenegro.
La experiencia de Prodap en El Salvador fue compartida con 130 estudiantes de pedagogía de la Universidad de La Serena y profesores rurales de la Región de Coquimbo, cuya capital es La Serena.
El trabajo de la Sociedad Agrícola y Comercial Siglo XXI, en la comuna de Ovalle, a 80 kilómetros de La Serena, cuya producción de limones alcanzará a 65.000 kilogramos en la actual temporada (abril-septiembre) y se proyecta a la exportación en el 2000, fue conocido en el lugar por los expertos.
Ambos proyectos tienen aportes parciales del FIDA, en forma de inversiones productivas.
Peña-Montenegro subrayó que una de las debilidades comunes del trabajo realizado hasta ahora es la falta de vínculos entre la producción y el mercado, ya que los "pobres siguen produciendo para pobres", sin romper el círculo de pobreza.
Se producen granos básicos, como frijoles o maíz, que son de autoconsumo o vendidos sin que representen un ingreso extra significativo, lo que se podría lograr produciendo hortalizas, por ejemplo.
Otra debilidad común en América Latina es que los proyectos no cuentan con sistemas de seguimiento y evaluación para medir específicamente cuestiones de género, añadió la directora regional del FIDA.
"La pregunta puede ser si estamos haciendo correctamente el proyecto o si estamos haciendo el proyecto correcto. Por eso es fundamental evaluar antes del fin del programa", sostuvo Sergio Jellinek, consultor de FIDA, al presentar en el seminario un modelo integral de planificación denominado Marco Lógico.
Además de indicadores específicos, que cada proyecto definirá, se deben realizar evaluaciones con el objetivo de superar algunas de las carencias más comunes en proyectos de desarrollo de la región, como costos inadecuados, cronogramas muy optimistas y objetivos poco claros, incumplimiento de los objetivos, añadió.
Al concluir este cuarto Seminario Taller, Peña-Montenegro señaló que las perspectivas consisten en que cada país ejecute los planes de acción hasta ahora definidos para lograr la equidad de género en los proyectos que buscan superar la pobreza rural en América Latina.
"Ratificamos la importancia de poner en la agenda los temas de género y de la mujer rural y esperamos que junto a los recursos que el FIDA pueda aportar haya políticas de los gobiernos locales que ayuden a implementar estos programas", sostuvo.
Fundado en 1977 como organismo especializado de la Organización de las Naciones Unidas, el FIDA ha beneficiado hasta 1998 a cerca de 200 millones de personas, entre las más pobres del mundo, con préstamos superiores a los 6.000 millones de dólares, a través de más 500 proyectos realizados en 113 países.
El Seminario Taller de La Serena forma parte del Programa para el Fortalecimiento de los aspectos de género en los proyectos FIDA, financiado por el gobierno japonés y organizado por el Proyecto de desarrollo para comunidades campesinas y pequeños productores, dependiente del Ministerio de Agricultura de Chile. (FIN/IPS/gc/ag/dv/99