Marisa Segovia, una chilena de unos 40 años, viuda con cuatro hijos, que desde pequeña se dedicó a la crianza caprina, ahora integra una sociedad campesina que se dedica a la exportación agrícola.
Segovia forma parte de la sociedad agrícola comercial Siglo XXI, creada en enero por un grupo de pequeños agricultores de la región de Limarí, en el árido Norte Chico de Chile.
La iniciativa se inscribió en el marco de un proyecto del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), agencia de Naciones Unidas que tiene su sede en Roma.
Las 76 familias campesinas que integran esta sociedad, en la que la tenencia de la tierra es de carácter comunitario, exportan limones a Japón y a Estados Unidos, a donde esperan llegar con más de 250 toneladas en el 2000, de las mil toneladas de producción previstas para el próximo año.
La producción durante la actual temporada de abril a septiembre alcanzará a las 65 toneladas, llevando los ingresos de la comunidad de los actuales 676 dólares por persona al año a 8.800 dólares en el 2003.
Siglo XXI es una de las siete sociedades que integran del Proyecto de Desarrollo para Comunidades Campesinas y Pequeños Productores de la IV Región (Coquimbo), mientras otras tres están en formación.
El proyecto, que se inició en 1996 y concluirá en el 2003, tiene un costo total de 16 millones de dólares, financiados parcialmente por el Fondo, y beneficiará de manera directa a 7.400 familias campesinas.
La zona del proyecto está ubicada en la parte centroseptentrional de Chile, a unos 500 kilómetros al norte de Santiago e incluye las provincias de Elqui, Limarí y Choapa, divididas en 15 comunas que abarcan una superficie total de 40.656 kilómetros cuadrados.
Los cien delegados que participan en un encuentro internacional que celebra el FIDA en La Serena desde el lunes pasado y hasta este sábado para promover el papel de la mujer en los proyectos en América Latina y el Caribe, visitaron la sociedad Siglo XXI.
Las huellas profundas marcadas a fuego por el sol aumentan los 40 años de Marisa Segovia, quien antes se dedicaba al cultivo de cebada, papas, trigo y maíz y a la crianza de caprinos, lo único que permitía la carencia de agua de esa región chilena.
A través del proyecto se estableció un sistema de riego automático que le permitió cambiar de actividad y dedicarse al cultivo de limones que vende en el mercado nacional e internacional.
"Esta iniciativa ha mejorado mi vida, pero será sobre todo fundamental para mis hijos, que tendrán una vida menos dura que la mía y no tendrán que emigrar, como han tenido que hacer muchos, para obtener un trabajo", declaró.
Víctor Araya, presidente de la Sociedad Siglo XXI, destacó el aporte de las mujeres. "Sin ellas no podríamos haber hecho nada. Son mas ordenadas que nosotros e incluso más trabajadoras", señaló.
"Al inicio, cuando comenzaron a participar en la dirección de nuestra organización, algunos hombres tenían cierta desconfianza, pero ahora eso ya desapareció y todos estamos orgullosos que estén trabajando codo a codo con nosotros'o, afirmó.
El presidente del FIDA, Klemens van de Sand, se declaró muy satisfecho de los logros obtenidos hasta ahora por el proyecto.
"Me ha impresionado mucho lo que se ha hecho: hace tres años eran sólo tierras desérticas y no crecía nada, mientras ahora están surgiendo huertos con limoneros, paltas y hortalizas", expresó.
"No ha cambiado únicamente el nivel de la gente que vive aquí, sino también su medio ambiente", expresó van de Sand.
Los delegados latinoamericanos asistieron en La Serena al cuarto Seminario-Taller sobre el Fortalecimiento de los Aspectos de Género en los Proyectos del FIDA de América Latina y el Caribe (PROFAGEP).
La reunión fue la cuarta reunión de este tipo tras las realizadas en Guatemala, República Dominicana y en la isla de Santa Lucía, en el Caribe angloparlante.
El FIDA se fundó en 1977 como organismo especializado de las Naciones Unidas para financiar programas destinados a la lucha contra la pobreza rural en los países en desarrollo.
Hasta 1998 benefició directamente a cerca de 200 millones de personas, entre las más pobres del mundo, con préstamos de más de 6.200 millones de dólares en 518 proyectos realizados en 113 países. (FIN/IPS/jp/dg/if/99)