El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió hoy a los ministros del Grupo de los Ocho (G-8) reunidos en Colonia, Alemania, que reduzcan la deuda externa de Africa que niega a mujeres y niños sus derechos básicos.
"Los niños y las mujeres tienen un derecho absoluto a la educación y la salud básicas. Las naciones libres de la carga excesiva de la deuda están preparadas para hacer esos derechos una realidad, y sus acreedores tienen la obligación moral de ayudarlos", declaró la directora ejecutiva de Unicef, Carole Bellamy.
"Ya no se puede tolerar, en las vísperas del nuevo milenio, que cientos de millones de personas estén atadas por la deuda a los países ricos del mundo", dijo Bellamy, como parte del aporte de Unicef al día del Niño Africano, celebrado el 16 de junio.
"Los ministros del G-8 pueden tomar la delantera para asegurar que incontables millones de niños y mujeres ya no sean víctimas, sino participantes del sistema económico mundial de hoy", agregó.
El G-8 comprende a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, los siete países más ricos del mundo, y Rusia.
Africa subsahariana debe más de 200.000 millones de dólares, según datos de Unicef, y aunque en 1996 se lanzó la iniciativa de los Países Pobres Altamente Endeudados (PPAE) para reducir la deuda de 41 estados, la misma no actuó con la "rapidez ni el alcance suficientes para lograr sus modestos objetivos".
"Africa subsahariana está atrapada en la deuda que crea un vaciamiento imposible en las frágiles economías de la región", dijo Bellamy.
El resultado es que mientras la mortalidad infantil de Africa subsahariana es en promedio un tercio más elevada que en otras zonas del mundo, la región debe gastar más en el servicio de su deuda externa que en la salud y la educación para sus 306 millones de niños, dijo.
Países como Ruanda y Tanzania gastan hasta seis veces más en la deuda externa que en la educación luego de haber aplicado los Programas de Ajuste Estructural que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional exigen para entregarles ayuda financiera.
Más de un tercio de los niños de la región no están inmunizados y la mitad de la población es analfabeta, indicó Unicef.
La disminución de los servicios sociales también significó el aumento del trabajo infantil y mayores tasas de desnutrición entre los niños.
Una sexta parte de los 600 millones de niños que trabajan en el mundo se encuentran en Africa.
La Organización de la Unidad Africana fijó el Día del Niño Africano para recordar las masacres que el régimen racista del apartheid en Sudáfrica perpetró contra niños de escuela que protestaban por la injusticia del gobierno en la localidad negra de Soweto.
El día también se fijó para que los gobiernos renueven sus promesas a los niños y para que revisen los recursos destinados a ellos.
El tema de este año, Violencia contra los Niños y la Amenaza de la Pandemia de VIH/Sida, se concentra en los efectos de la creciente pobreza como consecuencia de la aplicación de las fuertes reformas económicas que agravan la vulnerabilidad de la infancia frente a la violencia.
"Los asalariados se encuentran cada vez más impotentes y sin medios para sustentar a sus familias", declaró este miércoles el ministro de información de Kenia, Joseph Njagah, ante más de 1.500 niños en Nairobi.
"Las consecuencias psicológicas causadas por la pobreza tuvieron un impacto muy negativo en los niños", agregó.
El VIH/sida (virus de inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida) también se sumó a la carga de la deuda externa y se convirtió en una de las peores formas de violencia contra la infancia ya que entre 60 y 80 por ciento de las camas de hospital de la región son ocupadas por estos casos, explicó Hellena Eversole, de Unicef.
Sólo en Kenia, más de 600.000 niños quedaron huérfanos por la epidemia, de los cuales 240.000 murieron. Esa cifra se podría duplicar a fines de este año cuando se calcula que habrá más de 200.000 muertes de adultos.
"La carga en la familia, la comunidad y la nación es sobrecogedora", expresó Eversole.
"Ya que nosotros, los niños de Africa, somos quienes sufrimos el mayor peso del sida, pedimos a las autoridades a cargo que adopten medidas que aseguren que nos mantengamos unidos", dijo el alumno de 10 años de edad Faith Wambui, presente en los actos de este miércoles.
Unicef hizo tres recomendaciones para mejorar los servicios sociales y aliviar la pobreza de mujeres y niños.
La agencia pidió a los acreedores que el servicio de la deuda no represente más de un quinto del presupuesto nacional, que la reducción de la misma beneficie directamente servicios sociales básicos como la salud y la educación, y que los países deudores no deban esperar seis años para recibir ayuda en la PPAE, como es en la actualidad.
"Ningún país alcanzó sus metas de desarrollo cuando la mayoría de la población sufre la profunda pobreza que padecen cientos de millones en el mundo de hoy", aseguró Bellamy.
Varios grupos, entre ellos el movimiento Jubileo 2000, integrado por instituciones religiosas, organizaciones no gubernamentales y sindicatos, se formaron desde 1996 para exigir la cancelación de la deuda de los países pobres para el año 2000.
Entre los integrantes africanos de Jubileo 2000 se encuentran el ex presidente sudafricano Nelson Mandela y el arzobispo anglicano de ese país Desmond Tutu, el presidente de Ghana, Jerry Rawlings, y el ambientalista de Kenia Wangari Maathai. (FIN/IPS/tra-en/ja/man/aq/dv-pr/99