YUGOSLAVIA: Vínculo de Europa con mundo en desarrollo se debilita

La guerra de Yugoslavia debilitará la relación de la Unión Europea (UE) con Asia, Africa y América Latina y fortalecerá el papel de Estados Unidos en la política mundial, observaron economistas, políticos, filósofos e intelectuales europeos.

Los expertos plantean que, aun en el caso de que el cese de los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia se produzca pronto, la reconstrucción de los Balcanes demandará fondos que en gran medida se restarán de los destinados a la cooperación con el mundo en desarrollo.

El ex secretario general de las Naciones Unidas Boutros Boutros- Ghali señaló que los gastos de reconstrucción tras una guerra representan diez veces lo gastado en la contienda.

La idea de lanzar un segundo "plan Marshall" orientado a los Balcanes se planteó en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los Siete países más industrializados y Rusia el día 6, y también desde Belgrado lo hizo Zsoran Djindjic, ex alcalde de esa ciudad y líder de la oposición liberal.

El filósofo Ralf Dahrendorf recuerda que para el primer plan Marshall, destinado a reconstruir Europa occidental tras la segunda guerra mundial, Estados Unidos destinó dos por ciento de su producto interno bruto.

Ahora, Washington soporta la mayor parte del gasto bélico en Yugoslavia y dejará a la UE los esfuerzos de la reconstrucción.

A su vez, el recién nombrado presidente de la UE, el italiano Romano Prodi advirtió, al comparecer ante el Parlamento Europeo, que este continente "se ha comprometido en una guerra que tendrá duras consecuencias en sus fronteras durante años". La primera será una reducción del crecimiento económico, dijo.

La "otanización" de Europa, con su dependencia militar de Washington, se debe a una lucha por la hegemonía económica, según el escritor Michel Deutsch, quien recordó que la UE produce 32 por ciento del producto interno bruto mundial, tres puntos más que Estados Unidos.

Y, sostuvo Deutsch, la presión de la industria estadounidense de armamentos es decisiva. Esa presión llevó a la ampliación de la OTAN, con la incorporación de Hungría, Polonia y República Checa, países que en los próximos tres años firmarán contratos de 60.000 millones a 100.000 millones de dólares con el sector.

Un ex vicepresidente de la UE, el belga Etienne Davignon, presidente de la Société Générale, el mayor banco de Bélgica, subrayó que "a Estados Unidos le conviene una UE débil" y que "Kosovo demuestra la ambigüedad de algunos gobiernos europeos".

Esta actitud alimenta la debilidad de la política exterior europea, según Davignon.

En términos más duros se pronunció Augusto Zamora, profesor de derecho internacional en la Universidad Autónoma de Madrid, para quien Europa era un modelo a seguir, una fuente de confianza y de equilibrio "ante la prepotencia norteamericana", pero esa imagen se ha derrumbado con los ataques a Yugeslavia.

El filósofo Jean Baudrillard también sostuvo que ni Estados Unidos ni Europa tienen interés en proteger a los albaneses de Kosovo, como tampoco les preocupan Bosnia-Herzegovina o Kurdistán.

"Lo que está en juego es la necesidad de Estados Unidos de convertirse en un policía mundial, a través de la OTAN. Después de neutralizar a Japón mediante la desestabilización financiera, quiere desunir a Europa para que no se convierta en un rival amenazador", dijo Baudrillard.

Los mercados financieros internacionales acusan los vaivenes de la guerra en las alzas y bajas de Wall Street y de las bolsas europeas y en las cotizaciones del dólar y el euro, la recién nacida moneda única europea.

La Bolsa de Nueva York ha batido dos marcas históricas desde que comenzaron los bombardeos a Yugoslavia el 24 de marzo, el de los 10.000 y el de los 11.000 puntos.

El euro, que registró una baja sensible al comenzar el conflicto, se recuperó casi instantáneamente cuando los ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los Siete y Rusia acordaron lo que parecía un plan de paz viable para el conflicto balcánico.

Esa guerra afecta de manera muy negativa a la economía y al papel de Europa en el mundo. El escritor y semiólogo italiano Umberto Eco dijo que era necesario intervenir contra los crímenes del nacionalismo serbio, "pero quizá la guerra sea un arma desgastada".

Porque la "neoguerra", en vez de enriquecer a los comerciantes de cañones permite vender el superávit de armamentos antes de que queden obsoletos.

Pero, a la vez, pone en crisis al transporte aéreo, el turismo y en general a toda la industria de los servicios, tan importantes para el desarrollo europeo.

La reducción del ritmo de crecimiento de la economía de Europa y la disposición de fondos para el "segundo plan Marshall" se reflejarán en una reducción de los aportes financieros para la cooperación del continente con Asia, Africa y América Latina.

Además, el menor crecimiento económico hará que mermen sus importaciones. En suma, y como balance, aumentará el papel de los Estados Unidos. (FIN/IPS/td/mj/ip dv/99

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