YUGOSLAVIA: Recuperación económica llevará 10 años

La economía serbia tardaría hoy 10 años en volver al estado en que se encontraba el 24 de marzo, cuando comenzaron los bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia, según cálculos de economistas independientes.

"Debido a los ataques de la OTAN, que ya llevan ocho semanas, necesitaremos diez años para volver al nivel en el que estábamos el 24 de marzo", aseguró Mladjan Dinkic, de Grupo 17, una organización de economistas independientes.

El análisis de Dinkic coincidió con los cálculos oficiales de los daños causados por los ataques de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) a las instalaciones e infraestructura industrial de este país.

Economistas oficiales e independientes temen que el ataque de la OTAN haga retroceder deliberadamente a Yugoslavia, un país industrial de mediano tamaño, a una economía de subsistencia.

Los datos del Ministerio de Relaciones Exteriores muestran que más de 40 puentes carreteros o ferroviarios fueron destruidos por misiles, bloqueando el tránsito en el Danubio, una de las principales vías fluviales de la región y uno de los dos ríos importantes de este país, que cuenta con una decena de ríos más.

La destrucción de infraestructura fue seguida por la devastación sistemática de industrias químicas, petroleras y de procesamiento de metales.

"El bloqueo del Danubio, una de las principales arterias de la economía europea, provoca pérdidas diarias de 20 millones de marcos alemanes (10,8 millones de dólares), no sólo en Yugoslavia, sino en toda la región", declaró esta semana a la prensa el canciller Zivadin Jovanovic.

Según las estadísticas oficiales, más de 500.000 trabajadores, con aproximadamente 1,5 millones de personas a su cargo, quedaron sin empleo a partir del 24 de marzo, cuando fueron destruidos sus lugares de trabajo.

La tasa oficial de desempleo ascendía a 27 por ciento antes de que comenzaran los ataques, en este país de 10 millones de habitantes donde los problemas económicos comenzaron mucho antes que la ofensiva de la OTAN.

Sólo 1,9 millones de habitantes tenían pleno empleo en marzo. La mayoría de las empresas en las que trabajaban están ahora en ruinas, inclusive Zastava, la única fábrica de automoviles de Yugoslavia, otra de electrodomésticos y otras que producían desde fertilizantes hasta tabaco e impresoras.

"Hasta el 24 de marzo, la mayoría de nuestros expertos advertían que, debido a la mala situación económica del país, Yugoslavia tardaría otros 15 años en alcanzar el nivel económico de 1989", dijo Mladen Dinkic.

Los expertos toman como referencia a 1989 porque precedió a la desintegración de la federación yugoslava integrada por seis miembros y a las subsiguientes guerras en Croacia (1991) y Bosnia- Herzegovina (1992-95), por las que Yugoslavia fue objeto de sanciones económicas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Las sanciones de la ONU se levantaron formalmente en 1995, pero Estados Unidos mantuvo "sanciones exteriores" informales, bloqueando el acceso a acuerdos comerciales preferenciales así como a la financiación e inversión extranjeras.

"Cualquiera haya sido la excusa de la OTAN para los ataques aéreos, continúa siendo un secreto para los expertos en economía la razón de semejante nivel de destrucción", dijo Dinkic.

"La destrucción de las fábricas, puentes e infraestructura no causó ningún daño al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. El no trabajaba en esas fábricas ni utilizaba los puentes diariamente. El daño sólo fue causado a la gente. Todos necesitarán ayuda humanitaria si el bombardeo continúa", agregó.

Grupo 17, conocido por sus críticas a la política económica de Milosevic y su renuencia a realizar reformas de mercado, hizo varios llamados para que cese la destrucción de la economía yugoslava.

"Dirigimos la atención de la comunidad internacional al hecho de que la agresión de la OTAN a Yugoslavia representa un acto de venganza contra toda la nación y no un castigo a la maquinaria de guerra de Milosevic", afirmó Grupo 17.

"Es terrible que los países de la OTAN, cuyas principales tradiciones son la democracia y las instituciones civiles, decidieran enseñarle una lección a un pequeño país europeo enviándole un mensaje político con bombas y agresión, en lugar de apoyar sus reformas económicas y avances democráticos", agregó.

Grupo 17 destacó que el daño económico causado por los ataques de la OTAN, medido en relación al producto interno bruto (PIB), probablemente excederá el daño causado en la segunda guerra mundial por la ocupación de la Alemania nazi, y advirtió que el ingreso por habitante caerá de 1.650 dólares a menos de 1.000.

"Yugoslavia no podrá mantener los niveles actuales de salud, seguridad social y educación", advirtieron los economistas.

"El PIB podría caer 50 por ciento, dependiendo de la duración del conflicto. Ya está claro que sin una inmensa ayuda extranjera no podemos esperar recuperación económica alguna", comentó el economista Srboljub Antic.

"Sin duda las personas se volcarán a la agricultura para no morir de hambre, algo más propio de la Edad Media que de fines del siglo XX", agregó.

El gobierno estima los costos de la reconstrucción, de acuerdo con la destrucción actual, en unos 100.000 millones de dólares, pero funcionarios de Occidente dejaron en claro que no brindarán ayuda si Milosevic continúa en el poder.

La guerra cuesta a los países de la OTAN unos 50 millones de dólares por día, sólo en gastos militares. Hasta ahora se prometieron 160 millones de dólares en ayuda humanitaria, pero destinada exclusivamente a los refugiados kosovares albaneses.

Milosevic fue elegido presidente de Serbia en 1993. Su Partido Socialista ganó por un margen muy pequeño las elecciones generales de 1997, que lo llevó a la presidencia de la federación yugoslava (Serbia y Montenegro), actualmente gobernada por una coalición de socialistas, neocomunistas y nacionalistas.

El ataque de la OTAN obligó a la mayoría de los serbios a aplazar sus reivindicaciones políticas. Las voces discrepantes están aisladas, según analistas independientes locales.

El gobierno serbio lanzó un plan de subsistencia de emergencia para 50.000 trabajadores de las nueve fábricas más grandes de Serbia, que fueron totalmente destruidas, ofreciéndoles empleos en proyectos agrícolas. Sin embargo, la respuesta hasta ahora es insignificante.

Las autoridades yugoslavas anunciaron la creación de "brigadas de trabajo" masivas para reconstruir el país una vez que finalicen los ataques aéreos.

Tomislav Banovic, jefe de los Sindicatos de Serbia a favor del gobierno, dijo que toda la fuerza de trabajo del país deberá participar en ese esfuerzo.

"De una forma u otra, la gente sobrevivirá. Por lo menos no pasarán hambre, aunque en realidad no quedará nada más si los ataques aéreos de la OTAN continúan por mucho más tiempo", advirtió Dinkic. (FIN/IPS/tra-en/vpz/ak/at/aq/ip-if/99

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