YUGOSLAVIA: Errores de la OTAN endurecen posición de China

El impacto de misiles de la OTAN en la embajada china en Belgrado, y el bombardeo de instalaciones civiles en el centro de la ciudad yugoslava de Nis, han hecho más difícil el proceso de negociaciones diplomáticas sobre Kosovo.

Ante esta situación, es probable que el gobierno yugoslavo postergue su respuesta a la iniciativa planteada el jueves en Bonn por el Grupo de los Ocho (G-8), integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

El G-8 dio a conocer el jueves bases para un plan de paz para Kosovo que no incluyeron referencias a las condiciones que podrían determinar el fin de los bombardeos.

El hecho de que por lo menos tres misiles de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hayan alcanzado la embajada de China en Belgrado, en la noche del viernes, hace aun más probable que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) exija un inmediato cese del fuego.

Tras acordar con Rusia las bases para un plan de paz anunciadas en Bonn, los esfuerzos diplomáticos de la OTAN se habían concentrado en el objetivo de que China (miembro permanente, con derecho a veto, en el Consejo de Seguridad) se sumara al entendimiento.

Ningún integrante del gobierno yugoslavo ha realizado aún comentarios sobre ese plan, que propone la presencia de una fuerza de seguridad aprobada por la ONU en Kosovo, la retirada de las tropas yugoslavas de esa provincia y el regreso a sus hogares de los kosovares que se han refugiado en el exterior.

Los misiles que hicieron impacto en la embajada china y las bombas arrojadas sobre instalaciones civiles de Nis se suman a una larga lista de "errores" que han causado la destrucción de trenes, ómnibus y edificios sin importancia militar, con numerosas víctimas civiles, incluyendo a refugiados kosovares.

Dos personas resultaron muertas, otras dos está desaparecidas y más de 20 fueron heridas como consecuencia de la destrucción de la embajada de China, según el gobierno de ese país.

Las autoridades yugoslavas afirmaron que los muertos fueron por lo menos cuatro, y que entre los heridos de gravedad hay cinco diplomáticos chinos.

El ataque "fue una grosera violación de la soberanía de China, las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y las normas de las relaciones internacionales", afirmó una declaración de Beijing.

"La OTAN, liderada por Estados Unidos, deberá asumir las responsabilidades correspondientes. El gobierno chino se reserva el derecho de tomar acciones futuras al respecto", añadió.

Una manifestación multitudinaria apedreó la embajada de Estados Unidos en Beijing en protesta por el ataque.

La OTAN pidió disculpas a las autoridades chinas y declaró que la embajada fue confundida con un "blanco militar legítimo" por el uso de datos anticuados, en lo que constituyó "un trágico error".

En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad convocada en la madrugada del sábado, China criticó duramente lo que calificó como un "acto de barbarie" de la OTAN, con el apoyo de Rusia, y demandó una investigación del incidente.

"Reclamamos que la OTAN cese de inmediato sus acciones militares para evitar nuevos desastres humanitarios", dijo Qin Huasan, embajador de China ante la ONU.

Rusia también codenó el ataque, y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, declaró que estaba "conmovido y angustiado".

El presidente ruso Boris Yeltsin declaró que el bombardeo fue un "acto de vandalismo", y el mediador ruso para la cuestión de Kosovo, Viktor Chernomyrdin señaló que "si la OTAN va a comportarse de este modo no contribuirá al logro de la paz".

Por lo menos 11 personas murieron y docenas fueron heridas en la noche del viernes durante el ataque a Nis, a 185 kilómetros al sudeste de Belgrado, donde cayeron bombas sobre un hospital y un mercado al aire libre, según informaron portavoces de la OTAN y la agencia de noticias yugoslava Tanjug.

Funcionarios del gobierno yugoslavo señalaron que uso del tipo de bombas que arrojó la OTAN está prohibido por acuerdos internacionales.

Parece cada vez más difícil que la OTAN pueda lograr la aprobación de un plan de paz para Kosovo que no incluya el cese de los bombardeos, pero los portavoces de la alianza afirmaron que los ataques aéreos continuarán y se harán aun más intensos, pese a las nuevas tragedias que afectaron a civiles.

El presidente estadounidense Bill Clinton pidió disculpas y envió sus condolencias al pueblo chino, pero agregó que los bombardeos deben continuar.

Los medios de comunicación yugoslavos, controlados por el gobierno, brindaron información detallada acerca de la reunión del G-8, sin realizar comentarios sobre sus resultados, y Tanjug emitió el viernes una noticia de cautelosa redacción sobre las reacciones internacionales ante el plan anunciado en Bonn.

"Es obvio que la propuesta del G-8 para lograr la paz no significa que las ataques aéreos criminales que se han realizado durante seis semanas contra Yugoslavia vayan a cesar", señaló la agencia.

El presidente Slobodan Milosevic y todos los funcionarios yugoslavos que han mantenido conversaciones con visitantes extranjeros subrayaron que el fin de los bombardeos es una condición previa para la negociación de cualquier acuerdo de paz.

Hace ya semanas que los funcionarios yugoslavos venían insistiendo en que la solución del conflicto debía ser encomendada a la ONU. El propio Milosevic dijo a la agencia UPI que sólo aceptaría en Kosovo una fuerza de mantenimiento de paz de la ONU sin armamento pesado ni fuerzas de la OTAN.

Milosevic afirmó durante un encuentro con una delegación del parlamento de Grecia, el viernes, que cualquier solución política deberá incluir "la preservación de la soberanía y la integridad territorial de Serbia y de Yugoslavia", y esta exigencia fue contemplada por la propuesta del g-8, destacó Tanjug.

Se informó que Milosevic había dicho en esa reunión que "una solución justa para todas las cuestiones pendientes puede ser alcanzada mediante un proceso político de diálogo directo, que implique el cese de la agresión y el regreso de todos los ciudadanos yugoslavos a sus hogares"

El análisis de Tajug también elogió "el regreso de Rusia a una posición de igualdad con las otras grandes potencias en el terreno de las relaciones internacionales", destacando que "el mundo ha alcanzado un punto de inflexión y se ha roto el monopolio del 'policía internacional' (Estados Unidos)".

El único partido político que comentó la reunión del G-8 fue el Movimiento de Renovación Serbia (MRS), del ex viceprimer ministro Vuk Draskovic, destituido el 28 de abril después de exhortar a que se realizaran mayores concesiones en la negociación con la OTAN.

"Yugoslavia debería aceptar las propuestas del G-8, no deberíamos perder esta oportunidad", enfatizó la declaración del MRS.

"El pueblo quiere que las bombas y la muerte sean reemplazadas por la paz y la reconstrucción. Nuestra soberanía no sería violada por la presencia de tropas de la ONU en Kosovo, porque Yugoslavia fue uno de los fundadores" del foro mundial, añadió.

Ningún medio de comunicación yugoslavo reprodujo la entrevista de la cadena de televisión estadounidense CNN con el embajador de Yugoslavia ante la ONU, en la cual el diplomático afirmó que las propuestas del G-8 son "inaceptables, porque no prevén el cese de los bombardeos y la retirada de las tropas de la OTAN de la región".

La mayor parte de los analistas independientes en Belgrado parecen estar de acuerdo en que es demasiado pronto para que el gobierno de Milosevic dé una respuesta a la iniciativa del G-8, porque tomará algún tiempo preparar a la población para un viraje en la política mantenida hasta ahora.

"Preparar a la gente para la aceptación de un acuerdo llevará tiempo, porque hasta ahora se ha dicho diariamente que debían estar dispuestos a la muerte antes que a rendirse", comentó una analista que no quiso ser identificada. (END/IPS/tra- en/vpz/ak/mp/ip99

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