YUGOSLAVIA: China no aceptará plan de paz sin cese de bombardeos

La reacción de China por el ataque involuntario con misiles de la OTAN contra su embajada en Belgrado, el viernes, fortaleció la exigencia de que cualquier plan de paz para Kosovo incluya el cese de los bombardeos.

El presidente de China, Jiang Zemin, afirmó el lunes, durante una conversación telefónica con el presidente de Rusia, Boris Yeltsin, que el Consejo de Seguridad de la ONU no puede discutir ningún plan de paz hasta que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) interrumpa sus ataques aéreos.

El mediador ruso para la crisis de Kosovo, Viktor Chernomyrdin, fue enviado a Beijing para realizar gestiones urgentes.

China suspendió además, hasta nuevo aviso, su participación en negociaciones con Estados Unidos sobre derechos humanos, restricción del desarrollo de armas nucleares, control de armamentos en general y otras cuestiones de seguridad internacional.

Estas decisiones se adoptaron pese a que el presidente estadounidense Bill Clinton pidió formalmente disculpas a Jiang por el bombardeo de la embajada.

La intensidad de los ataques aéreos de la OTAN se redujo considerablemente el domingo, pero la versión oficial de la alianza es que esto no fue consecuencia de las protestas chinas sino de las condiciones climáticas desfavorables.

El ataque por error hizo que la disputa entre Beijing, la OTAN y Estados Unidos sobre la cuestión de Kosovo, que hasta ahora se refería a un problema ubicado a medio mundo de distancia de China, haya pasado a tener una relación directa con ese país.

Hubo importantes manifestaciones en las calles de la capital luego de que se conociera la noticia del impacto de los misiles en la embajada, que la OTAN y Estados Unidos llamaron un «trágico accidente», pidiendo disculpas.

El ataque, que mató a por lo menos tres personas, hirió a una veintena y destruyó el edificio de la embajada en Belgrado, provocó inmediatamente la furia de muchos chinos que ya consideraban que los bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia son un ejemplo del «hegemonismo» estadounidense.

Desde el sábado, y durante tres días consecutivos, miles de furiosos estudiantes universitarios de Beijing han protestado frente a la embajada de Estados Unidos. Los manifestantes arrojaron piedras contra el edificio, rompiendo algunas ventanas y lámparas.

La policía cercó la embajada estadounidense para evitar más daños. El embajador estadounidense en China, James Sasser, dijo que el personal diplomático de su país ha quedado prisionero en el edificio desde que comenzaron las manifestaciones.

También hubo protestas ante el edificio de la embajada británica en Beijing, que fue apedreada por estudiantes.

En la medianoche del sábado, unos 1.000 manifestantes, principalmente estudiantes, realizaron una manifestación fuera de la Universidad del Pueblo, una de las más prestigiosas de China, coreando «no más hegemonismo» y «queremos paz».

«Queremos que el gobierno haga algo al respecto. China fue abiertamente atacada y hay intereses detrás de ese ataque», dijo un manifestante a IPS.

Los medios de comunicación realizaron una amplia cobertura sobre el ataque contra la embajada en Belgrado, y la televisión estatal transmitió el sábado un debate al respecto entre periodistas y analistas, en un programa especial llamado «Hoy China dice no».

La prensa china ha criticado a la OTAN desde que comenzaron los bombardeos contra Yugoslavia, el 24 de marzo, comparando al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic con el mariscal Tito, fallecido héroe nacional y presidente de ese país, y al presidente estadounidense Bill Clinton con Adolf Hitler.

Pero Beijing no había manifestado una oposición tan fuerte como la de Moscú a los bombardeos, ni se había involucrado profundamente, hasta ahora, en las negociaciones diplomáticas sobre Kosovo.

De hecho, China era considerado el próximo país que se sumaría a la propuesta del Grupo de los 8 (G-8), anunciada el 6 de mayo en Bonn, para lograr «una presencia internacional eficaz, civil y de seguridad, aceptada y adoptada por las Naciones Unidas» en Kosovo.

El G-8 incluye a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

China es el único miembro permanente (y, por lo tanto, con derecho a veto) del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que no integra el G-8, cuyos miembros debían convencer a Beijing de aceptar esa iniciativa, para que fuera posible su aprobación.

El Consejo fue convocado a reunión de emergencia en la madrugada del sábado para considerar el ataque contra la embajada china en Belgrado.

Ese mismo día el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yingfan, convocó al embajador de Estados Unidos en ese país, James Sasser, para comunicarle oficialmente su protesta.

Wang dijo a Sasser que el bombardeo violó la Carta de la ONU y pisoteó la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y la Convención sobre la Prevención y el Castigo de Crímenes contra Personas Protegidas Internacionalmente, como los diplomáticos, así como las reglas básicas de las relaciones internacionales.

El embajador estadounidense recibió de la cancillería china cuatro demandas de Beijing a la OTAN: un pedido oficial de disculpas, una «investigación profunda y completa» de lo ocurrido, la divulgación detalada de sus conclusiones, y el severo castigo de los responsables del ataque.

La semana pasada el Colegio de Relaciones Internacionales de la Universidad de Beijing había emitido un documento luego de realizar un seminario sobre los ataques de la OTAN contra Yugoslavia.

En ese documento se afirmó que el objetivo de los ataques de la OTAN era derrocar al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic y desmantelar Yugoslavia para abrir camino a la expansión de la alianza atlántica hacia el Este y el Sur.

También se aseguró que la OTAN había hecho de Kosovo un terrenos de prueba para su nueva estrategia, en un intento de controlar los Balcanes y eliminar la tradicional presencia rusa en la península.

Yang Su Lin, profesor de Ciencias Políticas, dijo que los ataques militares de la OTAN contra Yugoslavia aplastaban una serie de principios básicos de las relaciones internacionales, incluyendo el respeto a la soberanía.

«El bombardeo de la embajada china en Belgrado empujó indirectamente a China al conflicto, y esto puede haber sido un acto deliberado», añadió.

Las relaciones entre Beijing y Washington ya eran tensas, por diferencias en relación con el comercio y con el respeto de los derechos humanos.

El viaje del primer ministro Zhu Rongji a Washington había mejorado las relaciones en ciertos aspectos, pero el ataque del viernes debilitó nuevamente los vínculos bilaterales.

Zhang Xu, graduado de la Universidad del Pueblo, dijo que durante mucho tiempo Estados Unidos intentó atacar a China en distintos frentes y que esta vez «los cobardes atacaron nuestra misión diplomática, algo imperdonable».

Los observadores señalaron la policía china podría seguir tolerando las manifestaciones de protesta contra Estados Unidos durante bastante tiempo.

Pero un miembro del Partido Comunista, que pidió no ser identificado, observó que «las autoridades deberán evitar que los estudiantes se vuelvan violentos porque puede ocurrir cualquier cosa, ahora que se aproxima el 4 de junio (aniversario de la masacre de Tiananmen)». (FIN/IPS/tra-en/pa-js/js/at/mp/ip/99

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