El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, advirtió a los líderes de los países más poderosos que la obsesión por Yugoslavia no debe restar atención a los efectos de la crisis económica mundial que afectan al Sur.
En una carta al canciller (jefe del gobierno) alemán, Gerhard Schroeder, presidente del Consejo Europeo y de la próxima cumbre del Grupo de los Ocho (G-8), Annan señaló que los problemas de la pobreza, la ayuda al desarrollo y la deuda externa han ido "de mal en desastrosamente peor" en los últimos años.
El G-8 está integrado por Canadá, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Japón, Estados Unidos y Rusia.
El secretario general afirmó que los bombardeos contra Yugoslavia por aviones de la Organización del Tratado del Atlantico Norte (OTAN) acaparan los esfuerzos de las naciones más industrializadas, en perjuicio de las que tienen graves problemas económicos.
Desde 1995, la cantidad de personas que viven en la indigencia aumentó en 300 millones y alcanzó un total de 3.300 millones.
La Asistencia Oficial al Desarrollo (ODA, por su sigla en inglés), concedida anualmente a los países pobres por los ricos, cayó de 63.000 millones de dólares en 1992 a 49.600 millones en 1997.
Las naciones africanas, abrumadas por el peso del endeudamiento externo, pagaron 36.000 millones de dólares en 1998 para amortizarlo, lo cual representó un incremento de 16 por ciento en relación con los 31.000 millones pagados en 1996.
La carta de Annan fue enviada anticipando la cumbre del G-8 que tendrá lugar entre el 18 y el 20 de junio, en la ciudad alemana de Colonia y alertó sobre el peligro de que la persistencia de la crisis económica que afecta a muchos países sea desatendida a causa de la preocupación por Yugoslavia.
"La crisis financiera que se propagó en países del este de Asia, la Federación Rusa y Brasil revirtió en pocos meses los beneficios sociales y económicos logrados en muchas décadas, y amenaza el proceso de reformas políticas y económicas iniciado por muchos de esos países", indicó.
Annan recordó que los promedios de la calidad de vida han caído dramáticamente en las naciones asiáticas más afectadas por la crisis, incluyendo a Corea del Sur, Indonesia y Tailandia.
"América Latina experimentó una recesión, Africa es apenas capaz de sostener su bajo nivel de ingresos, y las perspectivas para muchas economías en transición son inciertas", añadió.
El secretario general enfatizó que los objetivos acordados internacionalmente sobre erradicación de la pobreza y progreso social en los países en desarrollo "simplemente no se podrán lograr mientras la economía mundial siga creciendo con la lentitud con que lo hace actualmente".
Según cifras dadas a conocer por la Organización de las Naciones Unidas el miércoles, se estima que el crecimiento de la economía mundial en 1998 fue 1,9 por ciento, muy poco más de la mitad del 3,6 por ciento alcanzado en 1996, y no se prevé el ritmo de crecimiento aumente en 1999.
"Esto ha tenido como consecuencia un descenso en los precios internacionales de los productos básicos, que siguen siendo la principal fuente de ingresos de exportación para muchos países en desarrollo, y especialmente para los más pobres de ellos", acotó Annan.
"Insto a los gobiernos de los principales países industrializados a que adopten medidas para contribuir al logro de un mayor equilibrio y de niveles más altos de crecimiento, que aumenten el mercado para las exportaciones y ayuden a la recuperación de las naciones en desarrollo", agregó.
Conciente de que la ayuda al desarrollo por parte del Norte ha declinado, el secretario general pidió "medidas audaces" para aliviar el peso de la deuda en los países en desarrollo, especialmente en los 48 menos favorecidos a los que se considera "los más pobres entre los pobres".
Annan incluyó entre sus propuestas la condonación de la deuda a los países más pobres, pero advirtió a Schroeder que "el alivio de la deuda no debe darse a expensas de la ODA".
"Espero que usted y sus colegas se comprometan en Colonia a revertir la declinación de ODA y exploren nuevas movilizaciones de recursos para el desarrollo", añadió.
El Banco Mundial estimó que más de 2,3 millones de personas se incorporarán a las filas de los pobres en Tailandia, mientras 500.000 lo harán en Malasia y 665.000 en Filipinas.
La pobreza en esos países aumentó hasta ubicarse en los niveles registrados a comienzos de los años 90, barriendo con los efectos de una década de crecimiento, señaló el banco.
En Africa, cuatro de cada diez personas viven en condiciones de pobreza absoluta, y hay indicios de que la situación está empeorando.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 51 por ciento de los habitantes del Africa subsahariana viven bajo el umbral de pobreza, con ingresos que no superan el equivalente a un dólar por día. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/ego/mp/dv/99)