El canciller (jefe de gobierno) de Alemania, Gerhard Schroeder, viajará a China este martes para impedir que Beijing rechace el plan de paz para Yugoslavia acordado por Estados Unidos, sus aliados y Rusia, reunidos en el Grupo de los Ocho (G-8).
Ese objetivo parece más difícil después de que el viernes aviones de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) bombardearan por error la embajada china en Belgrado y provocaron tres muertes.
No es probable que China acepte un plan para Yugoslavia que no comience por cesar los bombardeos de la OTAN, algo que no está previsto en el acuerdo alcanzado el jueves por el G-8.
A pedido de China, la visita de Schroeder se limitará a un día y no a los cuatro previstos inicialmente, anunciaron funcionarios alemanes este lunes.
Un grupo de industriales y empresarios que acompañarían a Schroeder tampoco viajarán. China "dejó en claro que, bajo estas circunstancias, no sería adecuado que viaje una gran delegación empresarial", declaró este lunes el principal asesor de relaciones exteriores del gobierno, Michael Steiner.
A la vez, China canceló negociaciones comerciales con la Unión Europea que estaban previstas para esta semana en Beijing, lo que indicaría que este no es el momento para que Occidente le pida favores al país más poblado del mundo.
Los diplomáticos preparan al público para una reacción negativa de Beijing. El comisario comercial de la Unión Europea (UE), Leon Brittan, dijo este lunes en una reunión de ministros de comercio en Berlín que es evidente que no existe el ambiente adecuado para celebrar una cumbre entre Europa y China.
Brittan y el presidente del consejo de comercio de la UE, el ministro de Economía alemán Werner Mueller, no pudieron precisar cuándo se celebrará la cumbre con China que tendrá como tema principal el ingreso del país a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Pero Brittan dijo que no cree que el bombardeo de la embajada china obligue a Occidente a hacer concesiones adicionales a Beijing en las negociaciones por el ingreso chino a la institución.
"Tanto China y Europa siempre dijeron que la cuestión del ingreso chino a la OMC debe estar divorciada de toda consideración política", declaró.
"No es que no tengamos consideraciones políticas, yo mismo he discutido sobre derechos humanos con el canciller de China, pero dijimos que las discusiones sobre la OMC no deben ser afectadas por factores políticos", aclaró.
Pero este lunes la atención se dirigió a la visita de Schroeder, que originalmente se iba a concentrar en cuestiones comerciales y no en política exterior.
Sin embargo, funcionarios en Bonn dijeron que el bombardeo de la embajada convirtió a Kosovo en el principal punto a tratar por Schroeder.
China podría emplear el poder de veto que le confiere su calidad de miembro permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para frustrar una iniciativa basada en el acuerdo del G-8, y la tarea de Schroeder es impedir que ello ocurra.
"Quizá sea mejor que… Schroeder y los líderes chinos se concentren en despejar el ambiente con respecto de Kosovo. Definitivamente existe la necesidad de 'tender puentes' después del bombardeo" de la embajada, dijo un funcionario de Bonn.
"Otros temas bilaterales importantes se pueden encarar después, pero no hay duda de que la cuestión de Kosovo es de la máxima importancia para Europa y Asia", dijo en referencia al brote de protestas contra la OTAN en varias ciudades asiáticas.
"Tanto Europa como Asia deben ver que el único camino es la paz", precisó.
Schroeder solicitará el apoyo de China para el acuerdo del G-8, que incluye la formación en Kosovo de una administración internacional dirigida por la ONU, el desarme de los rebeldes albano-kosovares y la instalación de una fuerza de seguridad del foro mundial que supervise el retorno de los refugiados.
La prioridad es que la iniciativa de paz no se frustre, aunque el precio a pagar por ello sea que se demore, aseguraron funcionarios en Berlín.
Schroeder, el enviado de Rusia, el ex primer ministro Viktor Chernomyrdin, el enviado especial de la ONU, Carl Bildt, y el líder de los albaneses de Kosovo, Ibrahim Rugova, se reunieron el sábado en Bonn.
La frenética actividad diplomática que tuvo lugar en Bonn este fin de semana estuvo concentrada en la iniciativa de paz. Alemania y Rusia siguieron presionando para obtener un acuerdo diplomático a pesar del bombardeo a la embajada china.
Diplomáticos alemanes anunciaron con alivio este lunes que las conversaciones entre Rusia y Occidente no se suspenderán por el bombardeo de la embajada, y que ambas partes acordaron continuar trabajando en pos de una solución diplomática.
"Los intentos por encontrar una solución política deben continuar en forma muy dinámica", declaró Schroeder luego de las conversaciones con Chernomyrdin. El canciller alemán aclaró que el acuerdo del G-8 seguirá siendo la base de las negociaciones.
El centro de las conversaciones fue encontrar el modo de dominar al gobierno yugoslavo de Slobodan Milosevic y aplacar la furia de China. Pero, en lo inmediato, lo más importante fue asegurarse de que Rusia no se desligue del acuerdo del G-8, como forma de reaccionar contra el bombardeo.
Igor Ivanov, el canciller de Rusia, canceló su viaje a Londres para conversar sobre la fórmula de paz para Kosovo, pero Chernomyrdin dijo en Bonn que Moscú seguirá actuando como mediador, aunque también él canceló un viaje a Yugoslavia.
Los funcionarios creen que este no es momento de ventilar detalles, puesto que el sentimiento público no está del lado de la OTAN.
"Si continúa el bombardeo, es imposible que el Consejo de Seguridad de la ONU pueda discutir alguna solución al problema (de Kosovo), y cualquier plan que se elabore deberá ser aceptado por Yugoslavia", declaró este lunes el presidente de China, Jiang Zemin, citado por la agencia de noticias Xinhua.
El canciller chino Tang Jiaxuan exigió al embajador de Estados Unidos en Beijing la disculpa oficial de Washington, la realización de una investigación completa y profunda del bombardeo, la divulgación pública de los resultados y el castigo de los responsables.
Los aliados de la OTAN, sobre todo Alemania, se apuraron a cumplir con los pedidos de China presentando numerosas disculpas.
El ministro de Defensa, Rudolf Scharping, dijo este lunes que el bombardeo había sido un "error trágico y terrible". La oficina de Schroeder y el ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, también presentaron sus disculpas.
Entretanto, Schroeder pidió este lunes que se haga una investigación completa del bombardeo.
"Alemania hace todo lo posible para mostrar su sinceridad", dijo un funcionario de la cancillería. Pero incluso él admitió que nadie sabe cuál será el efecto real del bombardeo sobre el proceso de paz. (FIN/IPS/tra-en/ys/ak/ceb/aq/ip/99