Cinco de los 14 ministros de Venezuela renunciaron 106 días después de instalarse el gobierno de Hugo Chávez, en una estrategia del presidente para impulsar figuras conocidas y de su confianza a la Asamblea Constituyente.
El ministro del Interior, Luis Miquelena, y el de la Secretaría de la Presidencia, Alfredo Peña, dos de los colaboradores más cercanos de Chávez, encabezaron la lista difundida este miércoles por el mismo presidente.
También renunciaron los ministros de Infraestructura, Luis Reyes, Desarrollo Social, Leopoldo Puchi, y Ambiente, Atala Uriana, junto con el viceministro de Agricultura, Efrain Visconti.
El presidente dijo que con el envio a la batalla electoral de sus colaboradores cercanos busca "derrotar a quienes pretenden engañar al pueblo y enmascararse para impedir el cambio", en referencia a los políticos tradicionales que tras adversar la Constituyente ahora se lanzan de candidatos.
El mandatario no anunció los sustitutos de los ministros salientes y adelantó que podrían haber otras renuncias antes del viernes, cuando concluye el plazo para que los funcionarios públicos o legisladores dimitan si quieren ser candidatos a la Asamblea, que será elegida el 25 de julio.
Chávez dijo que desprenderse de sus colaboradores es un gran sacrificio personal, pero sostuvo que la Asamblea es "la primera línea de batalla" para conquistar los radicales cambios en el modelo político, que la población exige.
El presidente aseguró que sin la Constituyente no habrá "una solución real para el drama venezolano", con 80 por ciento de los 23 millones de venezolanos en pobreza, ni para su deterioro social, económico y cultural, o para enfrentar la corrupción.
"Vayan a la batalla, yo desde el puesto de mando seguiré dirigiendo la estrategia y articulando la gran ofensiva porque soy el comandante de esta lucha histórica", dijo el presidente usando su habitual lenguaje militar, al que es afecto como teniente coronel retirado.
"Amigos adversarios, preparense, porque la ofensiva va por todos lados, llegó la hora de los cambios", añadió el carismático presidente de 44 años, que saltó a escena pública en 1992 al encabezar el primero de dos cruentos alzamientos, por lo que estuvo preso 25 meses.
Chávez dijo que su gabinete "no queda desactivado" y que su gobierno ya está estructurado y en marcha, aunque de hecho tres de los renunciantes conducían dos ministerios, por lo que cambian las cabezas de ocho carteras.
Comentaristas políticos y dirigentes opositores analizaron que el presidente aprovechó también la coyuntura para deshacerse de dos colaboradores de criticada actuación, como Uriana, la primera indígena con un cargo ministerial en el país, y Puchi, sin fuerza para atender "la bomba social", como la define el mandatario.
También se desprendió de la que ha sido la figura más polémica de los primeros 100 días de gobierno, Peña, un periodista de denuncia que sostuvo frecuentes roces con otros miembros del gabinete, pero que es muy cercano al gobernante y quien sería "sus oídos y la voz" en la Asamblea.
Miquelana, en cambio, al que Chávez calificó como su padre ideológico, goza de un general aprecio y podría convertirse en el presidente de la Asamblea. Reyes, también con imagen positiva, es amigo de infancia del presidente y antiguo militar golpista, muy consustanciado con su proyecto constituyentista
Chávez tiene en la Asamblea Constituyente su gran lanza para la revolución pacífica y democrática que promete, e impulsó esa salida para relegitimar el denostado sistema político local como su principal bandera electoral.
Los sondeos proyectan que Chávez, cuya popularidad sobrepasa 80 por ciento, contará con mayoría en la Asamblea de 131 miembros, que tendrá seis meses para reescribir la Constitución, de manera que Venezuela se convierta en una democracia social y participativa, según respaldo un referendo el 25 de abril.
La postulación de miembros de su equipo ministerial como candidatos a la Constituyente fue la contundente respuesta de Chávez a la decisión de las autoridades electorales de prohibir que el presidente pueda hacer campaña por los candidatos del Polo Patriótico, la alianza de izquierda que lo respalda.
El anuncio la noche del martes de la postulación como asambleista de Peña y la de este miércoles de los otros cuatro ministros, fue realizado mediante actos transmitidos por radio y televisión, durante los cuales Chávez se explayó en elogios sobre los renunciantes.
La campaña aún no comenzó oficialmente y el Consejo Nacional Electoral (CNE) determinó que el presidente sí podrá hacer campaña por la participación en la elección de los asambleistas y por la promoción de sus ideas para la Constituyente, una línea que los adversarios del mandatario dijeron que sobrepasó ahora.
"Cada quien que asuma su responsabilidad, si me quieren llevar de nuevo a la cárcel que vengan por mí", dijo Chávez.
El CNE también eliminó que haya símbolos, colores o siglas que identifiquen a los candidatos, que sólo serán identificados por sus nombres y apellidos y ubicados por orden alfabético, con un número para facilitar su ubicación.
Esa fórmula fue respaldada por Chávez, pero adversada por su partido, el Movimiento V República, que requiere de que los partidarios del presidente identifiquen a sus candidatos, en general menos conocidos que los adversarios al presidente.
Los miembros del menguado bipartidismo que dominó la escena política durante 40 años, el socialdemocrata Acción Democrática y el socialcristiano Copei, por el contrario, no lanzarán una lista propia de candidatos y presionaron para que no se acompañase a los candidatos con ninguna identificación.
Las bases comiciales que propusó Chávez y fueron respaldadas por 87 por ciento de los electores, fijan que 128 asambleistas serán electos en forma personalizada, pero postulados por tres vías: postulación propia, de la sociedad civil o de los partidos.
Los candidatos deberán presentar 20.000 firmas si aspiran a uno de los 24 puestos nacionales y entre 570 y 13.000 si se postulan por alguno de los 24 circuitos regionales.
Otros tres constituyentes serán lideres indígenas, seleccionados según sus usos y costumbres de las 28 etnias venezolanas, aunque el CNE pretende ahora reglamentar esa escogencia, después que ya fueron decididos. (Fin/IPS/eg/ip la/99
