El juicio por alta traición contra el separatista kurdo Abdulá Ocalan comenzó hoy en Turquía con críticas del líder guerrillero a los gobiernos de Grecia, Italia, Kenia y Rusia por haberle negado asilo político y permitido su captura.
Recluido detrás de una mampara de vidrio, Ocalan parecía errático y sorprendido ante el tribunal. El líder del Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK) solicitó la palabra al juez que preside el proceso, Mehmet Turgut Okyay, inmediatamente después de que se le tomaron sus datos para que constaran en el acta.
La breve alocución de Ocalan sorprendió a muchos por su bajo perfil político. Primero declaró que no fue "golpeado, humillado ni tratado inhumanamente o físicamente torturado" durante su detención.
Luego juró fidelidad a Turquía. "Quiero expresar mi buena disposición y decisión de servir al estado turco, de acuerdo con los principios de la república democrática, para terminar el actual derramamiento de sangre en el país", declaró.
Finalmente criticó a los gobiernos de Grecia, Kenia, Rusia y, "parcialmente", Italia por haber facilitado directa o indirectamente su arresto, haberle negado asilo político o participado en la conspiración para su captura en Nairobi.
"Estos gobiernos, en violación del derecho internacional y nacional, y mediante métodos de piratería, ayudaron a detenerme. Yo los denuncio. En estas circunstancias, mi juicio aquí y mi defensa… no tendrán sentido alguno", afirmó Ocalan.
Pero el líder kurdo no mencionó a Estados Unidos ni Israel, los países directamente involucrados en otorgar información de inteligencia a Turquía, ni a Siria, país donde residía hasta que Damasco lo expulsó en septiembre de 1998 por presión de Ankara.
Algunos analistas creen que las declaraciones de Ocalan evidencian su derrota, pero otros opinan que está desarrollando una estrategia política para transformar al juicio en un debate público sobre la "cuestión kurda", que nunca fue discutida abiertamente en este país.
Un tercer grupo cree que Ocalan es sólo un hombre asustado que fue capturado, expuesto al odio del público, recluido durante meses, acusado de "alta traición" por el fiscal, y al que le espera casi seguramente la pena de muerte.
"El Tribunal ya comenzó y continúa actuando según los dictados del Estado", aseguró el abogado de Ocalan, Ahmet Okcuoglu, quien se negó a asistir al proceso al cual considera una farsa.
"Estoy seguro que a Ocalan se le dice lo que debe atestiguar y actúa en consecuencia. La mampara de vidrio desde la cual puede hablar no tiene el fin de protegerlo de posibles ataques sino de filtrar sus declaraciones", dijo a IPS.
"Lo que Ocalan no dijo es tan importante como lo que sí dijo", comentó el profesor Umit Ozdag, de la Universidad de Gazi, en Ankara.
"El juicio está abierto a todas las posibilidades. Debemos aguardar y ver. Ocalan podría tender hacia la rendición total o, si percibe que llegó a un final sin salida, podría plantear su reclamo por la independencia kurda", opinó.
"Ocalan lo considera un asunto personal y está buscando una salida personal. El, a diferencia de anteriores revolucionarios de la izquierda turca que perdieron sus vidas en el cadalso, no tiene causa y sólo se preocupa por su vida", manifestó el psiquiatra Emre Konuk, de la Universidad de Estambul.
Sin embargo, Ozdag opina que Ocalan realizó una astuta maniobra política al limitar sus críticas a los países donde pidió y se le negó el asilo político.
"Ocalan criticó públicamente a los gobiernos de Grecia, Italia y Rusia, y por tanto arriesgó su apoyo en el futuro, pero evitó criticar a los gobiernos de Estados Unidos, Israel y Siria", observó.
"Tiene buena razón para hacerlo porque su PKK aún tiene poderosas raíces en Siria, mientras espera que Ankara sea más vulnerable a las recomendaciones de Estados Unidos e Israel con respecto de su supervivencia que a las de países europeos", agregó Ozdag.
Sólo se permitió el ingreso de cámaras de la televisión estatal al tribunal, y la mayor parte de la prensa internacional fue excluida del proceso. El abogado de Ocalan criticó la cobertura sesgada de los medios de comunicación turcos, a la que calificó de "máquina de ejecución".
La campaña de los medios contra Ocalan culminó este lunes con la cobertura de la iracunda reacción pública contra el pésame que ofreció el "asesino de bebés", como se refieren al líder guerrillero, a los familiares presentes en el tribunal de soldados muertos en la guerra contra la guerrilla.
"No es sincero, debe morir en la horca", declaró un entrevistado. "Hay que despedazarlo, lincharlo, lapidarlo, entregarlo al pueblo para que lo maten pedazo por pedazo", propuso otro.
"La cobertura sólo provoca a los kurdos. Los oprime e incita a la rebelión en sus corazones. Aquellos que en el pasado permitieron que uno de sus hijos se fuera a pelear en las montañas, ahora enviarán a todos sus hijos a la vez", pronosticó Okcuoglu.
"Turquía juega con fuego. Luego de Kosovo, no puede estar tan segura que no será la segunda en fila para una intervención de la OTAN" (Organización del Tratado del Atlántico Norte), dijo, en referencia a la ofensiva aérea contra Yugoslavia, en la que participan aviones y pilotos turcos.
"Estoy sumamente apenada. Los medios sólo muestran sentimientos de venganza, nadie habla de la hermandad y la paz", declaró a IPS una mujer kurda cuyo esposo, un presunto simpatizante del PKK, desapareció hace cuatro años en Estambul mientras estaba detenido por la policía.
"¿Después de todo esto, cómo haremos los kurdos para seguir viviendo en este país? No lo sé", agregó.
Unos 12 millones de kurdos viven en las montañas del sudeste de Turquía, pero el Estado aún no reconoce sus derechos culturales y políticos. La guerra de guerrillas del PKK por la autoderminación comenzó hace 15 años, y desde entonces 35.000 personas murieron, la mayoría de ellos rebeldes y civiles kurdos.
Seis mil soldados turcos y milicias kurdas pro turcas también murieron en la guerra, y organizaciones de derechos humanos calculan que dos millones de personas debieron abandonar sus hogares y que 6.000 aldeas y pueblos fueron destruidos o evacuados por el ejército.
El gobierno califica a Ocalan de único responsable de la guerra y de la pérdida de vidas y propiedades, como lo señala el documento de 136 páginas leído la mañana de este lunes por el fiscal Cevdet Volkan. (FIN/IPS/tra-en/nm/ak/aq/ip/hd/99