El Mar del Norte ofrece la posibilidad de establecer un nuevo vínculo comercial entre Europa y el norte de Asia, pero aún faltan superar obstáculos como las difíciles condiciones climáticas del océano Artico y las crisis económicas rusa y asiática.
Los defensores del proyecto señalan la posibilidad de que la ruta se convierta en un servicio de transporte de carga regular que uniría a Canadá, Japón y otros puertos del Pacífico con el sector occidental del océano Artico de Rusia.
"Rusia podría convertirse en un importante agente del mercado del transporte marítimo de mercadería, y esto se debería en buena medida a la ruta del Mar del Norte", aseguró a IPS el ministro de transporte ruso Sergei Frank.
La ruta del Mar del Norte plantea un desafío grande debido a las duras condiciones climáticas. Los barcos que pretendan utilizarla deberán trasladarse por hielos de 1,5 metros de grosor, y soportar temperaturas inferiores a menos 50 grados centígrados.
Habría que atravesar incluso pasajes muy estrechos, donde el hielo puede estar bajo gran presión.
La ruta tiene unos 5.600 kilómetros de largo por el océano Artico de Rusia, desde el Mar de Barents al oeste hasta el estrecho de Bering al este.
El primero que probó esa ruta fue el navegante holandés Willem Barents (1550-1597), que hizo tres viajes desde Holanda para buscar un paso por el nordeste de Asia.
La ruta del Mar del Norte fue utilizada en dos ocasiones por una expedición sueca en 1878 y 1879, y por un barco rompehielos ruso que hizo un único viaje en 1932.
La ruta está llena de hielo la mayor parte del año, y se vuelve navegable sólo en agosto y septiembre. Los principales puertos son Dikson, Dudinka, Igarka, Tiksy y Pevek.
"El desarrollo del transporte marítimo por el Artico durante las tres últimas décadas es un logro extraordinario de la ex Unión Soviética y actual Rusia", según Lawson Brigham, investigador estadounidense experto en estudios sobre el Artico.
En los últimos años la ruta del Mar del Norte se volvió navegable desde mediados de julio hasta octubre gracias a los barcos rompehielos polares que se instalaron en los estrechos y en otras zonas de tránsito difícil.
Más de 70 barcos especialmente diseñados para romper hielos pueden atravesar el océano Artico. Las estaciones portuarias de combustible están muy espaciadas a lo largo de la ruta, así que esos barcos deben tener grandes depósito de combustible y capacidad para cargarlo de los rompehielos soviéticos.
Esos requisitos llevaron a considerar a la energía nuclear como una alternativa atractiva.
En 1960, el rompehielos polar nuclear "Lenin", el primer barco impulsado por energía nuclear, inició su tarea de buque escolta.
El barco rompehielos nuclear "Arktika", el más poderoso del mundo, con 75.000 caballos de potencia, fue el primer barco que llegó al Polo Norte en 1977.
Desde 1978, los barcos rompehielos y los reforzados para romper el hielo hacen viajes de ida y vuelta anuales hasta Dudinka, la ciudad puerto del complejo industrial de Norilsk.
Por lo tanto, los barcos navegan en invierno por las aguas cubiertas de hielo de los mares de Barent y Kara, algo que rara vez ocurre en Alaska y en el Artico canadiense.
"Hacemos lo mejor que podemos para garantizar la cobertura de los requisitos logísticos indispensables para atravesar la ruta del Mar del Norte, es decir, mantenemos los rompehielos para asegurar la seguridad de la navegación", declaró Frank.
La ex Unión Soviética presentó en 1987 las llamadas Iniciativas de Murmansk, y declaró oficialmente que estaba todo pronto para abrir la ruta del Mar del Norte.
El futuro del transporte por el océano Artico parecía seguro entonces, ya que el desarrollo de Siberia era visto como un factor clave para atraer inversiones en barcos y en infraestructura de base para la ruta.
Las Iniciativas condujeron a un Programa Internacional de la Ruta del Mar del Norte, un proyecto de investigación multilateral encargado de "crear una fundación basada en el conocimiento científico, que vaya a la par de los aspectos relevantes de la Ruta del Mar del Norte".
La ruta podría brindar soluciones logísticas eficaces y fortalecer el eje Oriente-Occidente, según el Programa, que sugiere que la Ruta del Mar del Norte podría ser un sustituto del canal de Suez, competitivo en precios.
La ruta también está conectada con los ríos del norte, en el Artico ruso, una importante red de vías fluviales para el transporte de carga y pasajeros por el interior de Siberia. Esos ríos son el principal vínculo entre la ruta y las principales vías férreas hacia el sur.
Sin embargo, es importante tener en cuenta la rivalidad interna que existe entre la ruta del Mar del Norte y el Ferrocarril Transiberiano respecto del transporte de mercadería.
"La ruta funciona bien. Rusia la usa para transportar cargas de hasta un millón de toneladas por año, sobre todo hacia Norilsk", alegó Frank.
Sin embargo, disminuyó mucho el volumen de los fletes. Hace una década, se realizaban cerca de 600 viajes por año, para transportar un total seis millones de toneladas de mercaderías.
Pero Frank sostiene que la ruta del Mar del Norte podría convertirse en una línea de tránsito "apenas tengamos acceso a una masa crítica". Los países escandinavos y Canadá manifestaron interés en esta ruta, alegó.
Aún subsiste el obstáculo de que los viajes por la ruta del Mar del Norte no son regulares. Los barcos rompehielos escoltaron a los buques de carga en varios viajes experimentales. A mediados de 1980, los buques de carga fueron desde Vancouver y Japón hasta los puertos de la zona occidental de la ruta del Mar del Norte.
Los medios de comunicación sostuvieron que el tránsito internacional podría significar 15.000 millones de dólares de ganancias anuales para Rusia, pero Frank parece menos optimista.
La mercadería que transita por la región de Asia-Pacífico podría reportarle 2.000 millones de dólares por año a Rusia, dado que el volumen de dicha mercadería disminuyó debido a la crisis económica de Asia y Rusia.
La ruta del Mar del Norte todavía no es la principal vía de transporte entre el Océano Pacífico y el puerto ruso de Murmansk, cerca de Noruega y de Finlandia.
Sin embargo, los funcionarios rusos se mostraron confiados al alegar que el tránsito internacional de barcos polares por la ruta del Mar del Norte podría inaugurarse junto con el inicio del próximo siglo. (FIN/IPS/tra-en/sb/js/ceb/aq/if/99