Los presidentes de Colombia y Venezuela, Andrés Pastrana y Hugo Chávez, se encontrarán este martes en la población fronteriza de Ureña, suroeste venezolano, para encarrilar nuevamente la entente política y económica entre los aliados andinos que gobiernan.
La cita es la primera cumbre rigurosamente bilateral desde que Chávez asumió el poder hace tres meses -Pastrana hace nueve- y abrirá un nuevo capítulo en su relación tras clausurar un incidente que abortó una reunión entre ambos mandatarios el 11 de marzo.
"Vamos a compartir con el presidente Chávez los avances del proceso de paz" en Colombia, y a "hacer una reafirmación política de la necesidad que tienen los dos países de fortalecer el comercio y los lazos fronterizos", dijo este lunes el canciller colombiano Guillermo Fernández de Soto.
Su colega venezolano José Vicente Rangel apuntó que la agenda del diálogo de los presidentes es abierta. Se producirá un comunicado que recogerá la intención de relanzar el comercio y las comisiones binacionales de trabajo, dijo el embajador venezolano en Bogotá, Fernando Gerbasi.
Fernández de Soto dijo que el fortalecimiento de la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), cuyo comercio interno se ha visto disminuido por la recesión que afecta a los países socios, será un tema de primer orden en la reunión de Ureña.
Colombia y Venezuela, con un intercambio superior a 2.000 millones de dólares en los últimos años, han sido la locomotora del comercio intra-andino, pero la recesión ha afectado esos niveles los dos últimos años y alejó la meta de rozar siquiera los 3.000 millones de dólares anuales.
En 1998, según cifras de la Secretaría General de la Comunidad Andina, el intercambio bilateral sumó 2.572 millones de dólares, de los cuales 1.429 millones fueron ventas venezolanas y 1.143 millones exportaciones colombianas. La tendencia creciente se desaceleró.
En los dos primeros meses de 1999, recordó Gerbasi, las exportaciones venezolanas al vecino país cayeron 59,6 por ciento, y las colombianas hacia Caracas 52 por ciento. Por añadidura, reapareció el fantasma de las barreras comerciales, como prohibiciones venezolanas a importar carne y cereales.
Otro grupo de temas con tareas comunes es el de los acuerdos y comisiones bilaterales para asuntos de interés común, como el desarrollo de sus zonas fronterizas, intercambio entre instituciones con funciones semejantes, el manejo de cuencas comunes y densificación de la demarcación limítrofe.
Un tema grande en los últimos 30 años de relaciones ha sido la delimitación pendiente de las áreas marinas y submarinas al norte de la frontera terrestre (aguas del Caribe y del Golfo de Venezuela), para lo que funciona una comisión ad hoc integrada por políticos.
Ese diferendo de hecho ha permanecido en el congelador desde 1989, y Rangel reconoció recientemente que "la desgolfización de las relaciones ha sido el acto más inteligente de la clase política" de ambos estados en su relación bilateral.
Finalmente, está el tema que ha dado mayor vistosidad a la relación y aún protagonismo a Chávez dentro de la vida colombiana, pero que paradójicamente también trajo el percance que demoró esta primera cumbre: La oferta del mandatario venezolano de hacer cuanto pueda por la paz en Colombia.
Chávez no sólo dice y repite que esta "dispuesto a ir a donde sea y a hablar con quien sea por la paz en Colombia, que es la de Venezuela", sino que trató el punto en los encuentros que ha tenido con Pastrana, en diferentes escenarios.
Tales han sido su visita a Colombia apenas elegido en diciembre, una cita en La Habana (ambos más el presidente Fidel Castro) para respaldar el proceso de paz, la asistencia de Pastrana a la investidura de Chávez (febrero) y un encuentro en el marco de la cumbre de gobernantes del Caribe (abril).
Chávez anunció que sería "neutral" en el conflicto entre Bogotá y las guerrillas izquierdistas colombianas, y hace dos meses Caracas albergó a Antonio García, dirigente del Ejército de Liberación Nacional, para que éste dialogase con representantes gubernamentales de Colombia.
Rangel explicó en Bogotá que la expresión "neutral" usada por Chávez tenía una acepción coloquial, no la señalada por el derecho internacional como de absoluta equidistancia entre contendientes y con frecuencia previa al reconocimiento de estatus de beligerante para fuerzas rebeldes.
Pero en una rueda de prensa, próxima la cita bilateral del 11 de marzo, Chávez dijo que la beligerancia a la guerrilla la había dado el propio gobierno colombiano al cederle territorios. Se refería al "despeje" de 42.000 kilómetros cuadrados en el sur colombiano.
Ante corresponsales extranjeros, Chávez explicó que su expresión de neutralidad "no tienen el significado protocolario internacional, sino que tú no puedes mediar entre dos si estás de parte de uno". Y las decisiones son consultadas al punto de que "si Andrés está de acuerdo, yo también".
Bogotá produjo un comunicado según el cual la declaraciones de Chávez "no corresponden a una lectura adecuada de la legislación interna de Colombia ni reflejan un conocimiento apropiado de las decisiones de las autoridades colombianas".
Pastrana, a renglón seguido, suspendió su asistencia a la reunión.
Venezuela respondió deplorando pero respetando la decisión colombiana, y advirtió que "se verá obligada a revisar su política de cooperación con el proceso de paz en el vecino país" si sus "manifestaciones de buenos oficios" seguían interpretándose de esa manera.
Bogotá declaró cancelado el incidente, pero cuando propuso una nueva fecha en abril para la cita cumbre, Chávez respondió: "No tengo tiempo".
Pero, mostrando que el tejido de intereses comunes es demasiado fuerte como para que los mandatarios puedan mantener desplantes por largo tiempo, ambas cancillerías se avinieron al encuentro que repasará la extensa agenda bilateral este martes.
Un acontecimiento doloroso dramatizó esa necesidad: entre la fallida cita y la que ahora se concreta, tres misioneros indigenistas estadounidenses fueron asesinados por guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y sus cadáveres abandonados del lado venezolano de la frontera.
El encuentro de este martes, finalmente, abre para Chávez dos meses de intensa actividad hacia el exterior, con viajes a Brasil, Estados Unidos y Asia (China, Japón, Malasia, India y Corea del Sur), y asistencia a la Cumbre América Latina-Unión Europea en junio en Río de Janeiro. (FIN/IPS/jz-eg/la-ip/99