El Movimiento Revolucionario Tupac Amaru de Perú (MRTA) estableció hoy desde la prisión de alta seguridad de Yanamayo un enlace con Santiago de Chile para brindar una entrevista, en una singular operación periodística y de telecomunicaciones.
Periodistas de las radios Tierra y Bíobio y de la agencia Inter Press Service (IPS) fueron los interlocutores de José Gabriel, nombre con que se identificó el dirigente del MRTA que respondió las preguntas desde la cárcel situada en los helados parajes del Puno, a 3.200 metros sobre el nivel del mar.
Los presos del MRTA "hemos desarrollado de manera creadora y revolucionaria" formas de comunicación para romper el aislamiento al que los somete el gobierno de Alberto Fujimori, dijo José Gabriel.
"En nuestra apreciación, las posibilidades de que Fujimori vuelva a ser reelegido el 2000 son reales", señaló el portavoz insurgente, que acusó al mandatario de maniobras para controlar al Poder Judicial y a los organismos electorales.
El MRTA concitó la atención mundial con la ocupación y toma de rehenes en la residencia del embajador de Japón en Lima, escenario en abril de 1997 del cruento rescate efectuado por fuerzas militares peruanas, que dieron muerte a todos los guerrilleros.
Gabriel sostuvo que pese a ese y otros golpes, el MRTA "no está exterminado" y se encuentra en una labor de recomposición y reactivación. "Vemos con optimismo los próximos años para una propuesta revolucionaria como la nuestra", agregó.
Desde la perspectiva marxista del MRTA, la prevista reelección de Fujimori acentuará la crisis política, económica y social del Perú, donde más de 50 por ciento de la población vive en condiciones de extrema pobreza, afirmó el dirigente.
Añadió que "los sectores de la burguesía y los partidos que los representan políticamente" carecen de una respuesta válida a la crisis, por lo cual el MRTA estima que habrá condiciones para una propuesta revolucionaria.
Los paros nacionales de septiembre de 1998 y abril de este año son un síntoma de recomposición del movimiento popular dentro de la crisis, sostuvo el portavoz de la organización izquierdista.
José Gabriel descartó la posibilidad de que su agrupación acepte dejar las armas y convertirse en un movimiento político a cambio de la libertad de sus miles de presos, aunque señaló que la dirigencia analiza el tipo de acciones insurgentes que puede realizar en las actuales condiciones.
"El MRTA jamás va a abandonar su decisión de hacer las transformaciones profundas que se necesitan en nuestra patria con las armas en la mano", dijo.
El dirigente calificó de dictatorial al gobierno de Fujimori y sostuvo que su apoyo fundamental está en los organismos de seguridad del Estado, lo cual le permite sucesivos "atropellos" de las normas legales y constitucionales.
En ese sentido, dijo que el gobierno impidió que se llevara a cabo un referéndum, solicitado con más de un millón de firmas de respaldo, para resolver si el actual mandatario tiene o no derecho a una nueva reelección.
Afirmó que la toma de la embajada japonesa permitió que el mundo conociera las condiciones "inhumanas" en que estaban unos 5.000 presos políticos en Perú y posibilitó un mejoramiento mínimo del regímen carcelario.
Tanto en Yanamayo como en la base militar de El Callao, donde están internados Víctor Polay y otros altos dirigentes del MRTA, imperan condiciones de aislamiento tanto al interior de las cárceles, como en el acceso a medios de información, dijo.
En Yanamayo, los presos tienen derecho sólo a una hora diaria fuera de las celdas bipersonales, y aunque en teoría tienen una hora de visita a la semana, es imposible que sus familiares acudan con esa frecuencia por el aislamiento del lugar.
José Gabriel recalcó que no hay relación física con los familiares que los visitan, ya que sólo pueden comunicarse con ellos a través de gruesos vidrios de locutorios y mediante un sistema de micrófonos y parlantes.
De los 5.000 presos políticos, que según el MRTA, había hace un tiempo en Perú, se puso en libertad últimamente a un millar a través de una comisión ad-hoc que revisó sus casos e indultó a quienes consideró inocentes.
El dirigente insistió en la ilegalidad de los procesos con que la mayoría de los internos en Yanamayo fue condenado a prisión perpetua, incluyendo a cuatro chilenos vinculados a esa organización, juzgados por "jueces sin rostro" bajo el cargo de "traición a la patria".
Los cuatro chilenos (Francisco Castillo, Lautaro Mellado, Alejandro Astorga y María Pincheira) confían en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos declare ilegal su condena y que Fujimori acepte ese dictamen, comentó José Gabriel.
Es probable, de acuerdo a informaciones procedentes de San José, sede del organismo interamericano, que el dictamen se registre el próximo lunes. (FIN/IPS/ggr/mj/hd ip/99