Las minas de tierra matan o mutilan a dos personas por semana en Mozambique, donde más de 12.000 habitantes quedaron lisiados por esas armas desde fines de los años 70, informó la Campaña Mozambiqueña contra las Minas (CMM).
"Este número podría aumentar debido al éxodo de la ciudad a zonas rurales, porque el campo está sembrado de minas y la gente emigra hacia allí en busca de una vida mejor", advirtió Farida Gulamo, de la CMM, una organización no gubernamental.
Más de 6.000 expertos trabajan en comunidades para educar y difundir información sobre el peligro de las minas antipersonales, que dificultan las actividades económicas en las áreas rurales del país africano, una antigua colonia portuguesa.
El alto costo de la remoción de minas afectó "la reconstrucción de las redes de electricidad, rutas y calles destruidas por la guerra", señaló Gulamo.
La guerra civil estallada en 1975 terminó en 1992 con la firma de un tratado de paz entre el gobierno y los rebeldes de la Resistencia Nacional Mozambiqueña.
La campaña lanzada en septiembre de 1994 limpió de minas 7.370 kilómetros de caminos, 373 de red eléctrica, 90 de vías férreas y 3.500 hectáreas de tierras para propósitos varios, informó Gulamo,quien asistió a la conferencia internacional sobre minas terrestres celebrada del 3 al 7 de este mes en Maputo.
Mediante esa campaña, se hallaron y destruyeron 50.971 minas antipersonales, 371 minas antitanques, 23.667 municiones sin explotar y 41.470 pequeñas armas de fuego.
"La técnica de remoción de minas empleadas en este país es muy lenta. Es necesario usar un método mecánico que simultáneamente prepare el suelo para la agricultura", dijo Gulamo.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que financia la campaña, estimó que serán necesarios casi 10 millones de dólares para remover las minas antes del vencimiento del proyecto, en el año 2000. Desde 1997, el organismo liberó más de 6,8 millones de dólares.
Mozambique anunció una prohibición inmediata del uso, la importación y la exportación de minas antipersonales durante la Cuarta Conferencia Internacional de Organizaciones No Gubernamentales sobre Minas Terrestres, realizada en Maputo en febrero de 1997.
La decisión fue el resultado de una campaña de movilización realizada por la CMM, que juntó 100.000 firmas exhortando a la prohibición del uso de minas de tierra en todo el mundo, declaró en la oportunidad Leonardo Simao, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Mozambique firmó en diciembre de 1997 el tratado de Ottawa, que prohíbe el uso, la importación y la distribución de las minas terrestres, y en agosto de 1998 se transformó en el país número 33 en ratificarlo.
La mayoría de las nuevas minas plantadas desde 1992 fueron colocadas como resultado de conflictos locales o con propósitos de caza, o bien por grupos de delincuentes.
En 1995, Mozambique registró 60 víctimas por mes, y en 1996, el primer año del Programa Nacional de Coordinación de Actividades Educativas para la Prevención de Accidentes por Minas, que cubrió seis provincias del país, se registraron en promedio 16 casos mensuales.
El número de accidentes registrado en siete provincias disminuyó 50 por ciento en 1997, sólo para aumentar a 83 casos mensaules el pasado año.
El tratado de Ottawa fue firmado por 135 países, 77 de ellos africanos. Mauricio, Sudáfrica y Malí anunciaron la destrucción de sus arsenales de minas, informó Daniel Antonio, subsecretario general de la Organización de Unidad Africana.
Mozambique, con una población de 17 millones de personas, tiene cerca de un millón de minas en su territorio, de acuerdo con Gulamo. (FIN/IPS/tra-en/dm/mn/mlm/ip/99