La designación de los miembros del instituto oficial de protección del ahorro abrió las puertas en México a la capitalización y el saneamiento de la banca, que arrastra una pesada cartera de créditos no recuperados.
La aprobación por el Congreso de los candidatos a integrar la Junta de Gobierno del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) permitirá superar escollos al ingreso de capitales en la banca y reanudar el crédito a la actividad productiva, según analistas privados.
Los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN, conservador) nombraron a los cuatro vocales del IPAB en la medianoche del sábado, cuando vencía el período ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados.
La votación determinó una nueva fisura en el bloque opositor. A fines de 1998, el PAN se unió al PRI, que gobierna México desde hace 70 años, dando la espalda al centroizquierdista Partido de los Revolución Democrática (PRD), para aprobar un polémico rescate bancario.
Como resultado del rescate, se transfirieron al presupuesto del Estado los pasivos del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
El PRD y amplios sectores sociales del país se oponen a que el erario público pague una cuenta presuntamente plagada de irregularidades.
El IPAB fue creado para sustituir al Fobaproa, un fondo que asumía todos los riesgos, al cubrir en forma ilimitada los depósitos de los ahorristas y cuyo pasivo asciende a la fecha a unos 70.000 millones de dólares, según fuentes extraoficiales.
La conversión de ese monto en deuda pública, merced al acuerdo entre el PRI y el PAN, polarizó a la sociedad y desacreditó al Congreso, que por primera vez en su existencia presenta una mayoría opositora.
Con la medida aprobada el fin de semana, la banca podrá capitalizarse con el equivalente a unos 36.300 dólares, de los cuales 23.300 procederán de la venta de las garantías en poder del extinto Fobaproa.
Las fuentes de los recursos restantes serán el financiamiento oficial ya comprometido para concluir el saneamiento del sector y fusiones bancarias que se hallan en trámite.
El IPAB proporcionará un seguro limitado al depositante, que ahora deberá medir los riesgos a la hora de elegir el banco al que entregar sus recursos.
Las decisiones tomadas son un paso pequeño pero "positivo" para destrabar "asuntos pendientes que afectan a los dueños de los bancos y a los ahorristas", dijo este lunes el economista Mauricio González.
La banca se enfrentaba a graves riesgos, pues las reformas legales para capitalizarla no se habían podido poner en práctica plenamente.
Los bancos "podrán acudir ahora a una institución (el IPAB) para ver cómo pueden comenzar a resolver sus problemas financieros", indicó González a una radioemisora.
El analista Enrique Quintana afirmó que la medida pone a las instituciones financieras en condiciones de conseguir socios extranjeros y de capitalizarse "para que haya crédito en ventanilla".
González y Quintana advirtieron, sin embargo, que la fragilidad de la banca no se podrá resolver en el corto plazo y que, si bien la medida ahora adoptada "envía señales de certidumbre", debe ser complementada con la aprobación de un marco legal adecuado.
El sector bancario no ha podido recuperarse del colapso económico de diciembre de 1994. Fruto de esa severa crisis fue el crecimiento de los pasivos del Fobaproa hasta niveles que amenazaron con quebrar el sistema financiero en su conjunto.
El Grupo Financiero Serfin, el tercero en importancia en el país y que transfirió al Fobaproa 57 por ciento de su cartera vencida, podría ahora recuperar 30 por ciento de esos créditos, de acuerdo con estimaciones del Dresdner Bank.
Con la instalación del IPAB, las instituciones financieras podrán realizar el canje de las letras de cambio de Fobaproa por nuevos instrumentos, para negociarlos en los llamados mercados secundarios.
Las acciones de las dos principales instituciones financieras del país, Banamex y Bancomer, ganaron en los primeros cuatro meses del año 81,15 por ciento y 50.94 por ciento, respectivamente.
Los bancos nacionales, en general, lograron revertir la severa caída de cotizaciones de 1998, cuando sus acciones retrocedieron entre 40 y 70 por ciento ante el desprestigio acumulado por denuncias de Estados Unidos de lavado de dinero ilegal y por la incertidumbre sobre el futuro de los documentos de pago del Fopabroa.
En la última convención nacional bancaria, hace tres semanas, los banqueros subrayaron que, para reabrir el circuito del crédito a las actividades productivas, es urgente una reforma jurídica que permita ejecutar las garantías por los préstamos otorgados.
Faltan leyes, no dinero, dijeron los banqueros. Mientras, la Ley Federal de Garantías de Crédito para fortalecer el sistema bancario acumula polvo entre los legajos pendientes de revisión de la Cámara de Diputados.
El IPAB, que debió haberse constituido el 6 de marzo pasado, quedará formalmente establecido el último día de este mes. (FIN/IPS/pf/ff/if/99