La concesión del derecho al voto a las mujeres de Kuwait a partir del año 2003 provocó una fuerte oposición del clero musulmán y se transformó en un tema clave de la campaña para las elecciones parlamentarias del próximo julio.
El emir Jaber Al-Ahmad Al-Sabah otorgó a las mujeres el derecho a votar y a presentarse como candidatas en los comicios municipales y parlamentarios a partir del 2003 "en señal de aprecio a su importante papel".
Pero poderosos miembros del clero criticaron el decreto, emitido el día 16, y arguyeron que varios mandatos islámicos prohíben la participación directa de las mujeres en asuntos nacionales.
El decreto todavía debe ser aprobado por el parlamento, que fue disuelto por el emir este mes tras un enfrentamiento de dos años entre su gabinete y legisladores de la oposición.
El líder de la Hermandad Musulmana de Kuwait, Abdulla Al-Ali Al- Mutawa, declaró al periódico Al-Siyassah que la decisión del emir constituye una desobediencia a Dios.
"Sólo debemos obedecer a nuestros gobernantes mientras ellos obedezcan a Dios. De lo contrario, no estamos obligados a acatar sus órdenes", advirtió Al-Mutawa.
Otros líderes religiosos no se oponen al derecho femenino al sufragio, pero sí a postularse para cargos de gobierno. "Eso está prohibido para las mujeres kuwaitíes", afirmó Jalid Al-Madhkur, un clérigo sunita que preside el organismo estatal responsable de la aplicación de la Shariah o ley islámica.
Académicos islámicos fuera de Kuwait se sumaron a la discusión sobre si hay mandatos específicos que prohíban a las mujeres participar más activamente de la vida pública.
Mientras, candidatos para los comicios del 3 de julio convirtieron el decreto en su gran tema de campaña. Uno de ellos, Jalid Al-Sultan, sostuvo que "las mujeres no pueden obtener cargos de gobierno ni nombrar candidatos para la asamblea o cualquier posición política".
Otros candidatos advirtieron que el decreto podría crear nuevas tensiones en una estructura política dominada por hombres y paralizar más las deliberaciones legislativas.
Pero las mujeres que lucharon por su derecho al voto no se dejan amedrentar. Masoumah Al-Mubarak, profesora de ciencia política de la Universidad de Kuwait, consideró al decreto como "una victoria de los derechos humanos, la Constitución y la democracia de Kuwait".
Al-Mubarak espera que el próximo parlamento sea disuelto pronto para acelerar la participación pública de la mujer. "Hemos esperado esto por mucho tiempo, y no podemos esperar cuatro años más", declaró a la prensa.
El día 17, numerosas mujeres marcharon hacia el palacio real para agradecer al emir, y los medios de prensa elogiaron la decisión.
"Fue una decisión correcta. Este es una fecha histórica para la nación, como las de la independencia, la Constitución y la liberación", celebró el diario Al-Qabas en su editorial.
Kuwait es la única monarquía del Golfo que tiene un parlamento elegido casi democráticamente. Unos 113.000 hombres son elegibles para votar en las próximas elecciones y definir 50 escaños parlamentarios.
Aunque las mujeres kuwaitíes aún no tienen derecho al voto, son consideradas como las más liberadas de la región del Golfo. Ellas constituyen 30 por ciento de la fuerza de trabajo, administran negocios y periódicos, encabezan misiones diplomáticas y participan del manejo de la industria petrolera.
Las activistas subrayan que la Constitución nacional garantiza iguales derechos para ambos sexos y no contiene disposición alguna que les prohíba votar. Señalan además que la ley electoral de 1962 las discriminó.
Tras la liberación de la ocupación de Iraq, en 1991, el emir prometió en su primer discurso que otorgaría a las mujeres iguales derechos y obligaciones que a los hombres.
Activistas kuwaitíes y los gobiernos occidentales que encabezaron la coalición internacional contra Iraq presionaron al emir para que cumpliera su promesa, pero bajo presión del clero, el mandatario optó hasta ahora por excluir a las mujeres del proceso político.
El momento del anuncio del emir tomó a muchos por sorpresa. "La decisión fue tomada en base a mi convicción personal sobre la equidad entre hombres y mujeres", declaró el mandatario en el palacio ante una delegación de 100 mujeres.
Sin embargo, algunos analistas interpretaron el decreto como parte del enfrentamiento entre los poderes ejecutivo y legislativo.
"Es posible que el emir haya utilizado la cuestión del sufragio femenino como arma en el enfrentamiento entre su gabinete y el parlamento", opinó un diplomático del Golfo. (FIN/IPS/tra- en/su/an/mlm/hd/99