El cambio de imagen del primer ministro de Japón, Keizo Obuchi, podría ser el mayor logro de su actual visita a Estados Unidos, señalaron observadores japoneses.
"Su proyección como un líder japonés amistoso y relajado ayuda a borrar la imagen de una nación desesperada, incapaz de superar sus dificultades económicas", comentó el analista político Minoru Tada.
La gira de tres días de Obuchi, que comenzó por Los Angeles y siguió por Chicago y Washington, marcó la primera visita oficial de un mandatario japonés a Estados Unidos en 12 años. El lunes, Obuchi se reunió en la Casa Blanca con el presidente estadounidense Bill Clinton.
La visita, en la que Obuchi se reunió con diversos sectores de la sociedad estadounidense, contribuyó a cambiar la imagen tradicional de las cumbres Japón-Estados Unidos como encuentros amables pero marcados por disputas comerciales y severas advertencias de Washington.
"Tokio desea que el siglo XXI marque una nueva relación con Estados Unidos, basada en una sociedad equitativa, y la visita de Obuchi refleja ese deseo", comentó Yoshio Okawara, ex embajador ante Estados Unidos.
Japón demostró su buena voluntad cuando la Dieta (parlamento), en la víspera del viaje de Obuchi, aprobó nuevas pautas de defensa que prepararán el camino para un papel más activo del país asiático en el mantenimiento de la seguridad del continente.
Medios locales consideraron la medida como un "regalo" de Obuchi a Washington que reflejó el propósito de Tokio de no permitir que la cumbre se atascara por cuestiones comerciales.
Un grupo de importantes empresarios acompañan a Obuchi en su gira, marcando un debut en la diplomacia japonesa. Entre ellos está Nobuyuki Idei, presidente de Sony Corp., admirado por sus drásticas reformas estructurales que contribuyeron a resucitar a la compañía.
El mensaje es claro. Japón pretende que su socio más importante sepa que está dispuesto a cambiar y por eso se aleja de la manufactura pesada hacia sectores como las telecomunicaciones y las cámaras digitales, observó Tada.
Sin embargo, persisten las cuestiones más difíciles en las relaciones bilaterales, aunque no opacan la visita de Obuchi.
Washington culpa a la burocracia japonesa por bloquear importantes reformas necesarias para que el país asiático supere su recesión económica, que ya lleva siete años.
Pese a la nueva imagen proyectada por esta cumbre entre las dos mayores economías del mundo, Clinton urgió a Obuchi el lunes a asumir una carga mayor en la recuperación de la economía mundial.
Tokio "adopta todas las medidas necesarias" para recuperar su economía", destacó Obuchi en una conferencia de prensa conjunta con Clinton.
Ambos mandatarios hicieron público un acuerdo destinado a incrementar el comercio y la inversión entre ambos países.
El paquete incluye acuerdos sobre el sector farmacéutico y el de la vivienda, y promete promover fusiones y adquisiciones entre empresas japonesas y estadounidenses, además de mejorar sus sistemas tributarios.
Consciente de la presión que hay sobre él, Obuchi aceptó flexibilizar las normas sobre transacciones agrarias, lo que atraerá inversiones extranjeras, según se prevé.
Obuchi destacó el domingo en un almuerzo con representantes de grandes empresas estadounidenses que las reformas económicas de Japón incluyen "una reforma de la mentalidad del pueblo japonés".
Así mismo, el mandatario intentó proyectar una imagen de estabilidad política en su país como resultado de su habilidad para gobernar y abrirse paso entre la burocracia para impulsar las reformas que promete.
Por ejemplo, resaltó el incremento de la cooperación entre su gobierno de dos partidos y Komeito, el tercer grupo político del país, en una declaración destinada a promover la aprobación legislativa de un proyecto destinado a reducir la burocracia central para descentralizar el poder.
"La apariencia de estabilidad es crucial para Japón, que debe convencer al mundo de que hace lo correcto para mejorar su economía", explicó Tada.
Mientras, la salud económica de Japón sigue siendo causa de preocupación. Tokio anunció la semana pasada que el índice de desempleo aumentó a un récord de 4,8 por ciento, el doble de lo habitual.
La industria automotriz, que representa las exportaciones más importantes de Japón, experimentó una caída en la producción de 7,5 por ciento en 1998.
A esto se agrega un informe de la Asociación de Supermercados de Japón según el cual los ingresos del sector disminuyeron ocho por ciento en el mismo período, en una clara señal de que la confianza de los consumidores no revivió pese a las medidas adoptadas para promover el gasto. (FIN/IPS/tra-en/sk/js/mlm/ip-if/99