ISRAEL: Primer ministro electo no hará concesiones a palestinos

El primer ministro electo de Israel, el laborista Ehud Barak, no está dispuesto a hacer concesiones a los palestinos, pese a ser más moderado que el actual primer ministro Binyamin Netanyahu, coinciden analistas.

El plan de paz de Barak, que venció a Netanyahu y otros dos candidatos en las elecciones del lunes, se basa en tres "no" y un "sí": no al retorno de los refugiados palestinos, no a las negociaciones sobre Jerusalén, no al retorno a las fronteras de 1967 y sí a los asentamientos judíos.

Este es el panorama presentado este martes por analistas israelíes y libaneses.

En su discurso de celebración de su victoria, el lunes por la noche, Barak ofreció el repliegue israelí de Cisjordania y la franja de Gaza, y también prometió retirar las tropas del sur de Líbano "en el plazo de un año".

Sin embargo, aunque se manifestó dispuesto a "revisar" el estatuto de los territorios palestinos, nunca apoyó la creación de un estado palestino, y señaló que aquéllos y los israelíes deben vivir en "entidades separadas".

El gobierno de Barak se basará en lo que sus asesores describieron este martes como "una amplia coalición" que podría incluir partidos de izquierda y de derecha.

"Rabin ganó, Rabin ganó", festejaban miles de sus partidarios en el centro de Tel Aviv recordando a Yitzhak Rabin, el primer ministro asesinado que abrió el proceso de paz al establecer negociaciones con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Pero las perspectivas de una reanudación de las negociaciones de paz no están claras, ya que en los comicios también ganó fuerza el ultraortodoxo partido de los Shas (Guardianes de la Torah), que apoyaba a Netanyahu.

Los Shas obtuvieron 17 escaños en la Knesset (parlamento), transformándose en la tercera fuerza política luego de Un Israel, la coalición de centro-izquierda encabezada por el Partido Laborista, que ganó 27 asientos, y el Likud, la alianza de derecha encabezada por Netanyahu, que obtuvo 19.

Posibles socios de coalición situados a la izquierda política del laborismo (los partidos Meretz y Shinui) condicionaron su participación en el gobierno a la exclusión de los Shas.

"Los Shas no estarán en el gobierno. Los conduce un delincuente convicto. Estoy seguro de que Barak entiende esto, y si no, se lo explicaremos. Meretz será el segundo mayor partido en el gobierno", declaró el líder de Meretz, Yossi Sarid.

El líder de los Shas y ex ministro de Interior Aryeh Deri cumple actualmente una pena de prisión por corrupción y Barak prometió durante su campaña electoral que no negociará con él, aunque dialogó con el líder espiritual del partido, el rabino Ovadia Yosef, sobre la posibilidad de una asociación.

Los Shas crecieron de 10 a 17 escaños parlamentarios contra sólo nueve de Meretz, transformándose en una fuerza peligrosa para Barak si permanece en la oposición.

Según analistas locales, Barak podría elegir una coalición de centro-izquierda que incluiría Un Israel, Meretz, Shinui y otros pequeños partidos, con el apoyo tácito de 10 representantes árabes elegidos el lunes, para reunir unos 70 votos en la Knesset, que tiene 120 miembros.

Si incluyera a los Shas y los partidos religiosos (12 escaños), esa mayoría sería abrumadora, pero al menos uno de los líderes de Un Israel, Haim Ramón, rechazó esa posibilidad.

El Likud también podría integrarse al gabinete si Netanyahu mantuviera su intención de abandonar la conducción del partido como anunció el lunes, opinaron observadores.

Otro grupo que espera una compensación política es el Partido del Centro del ex ministro de Defensa Yitzhak Mordechai, quien retiró su candidatura el domingo asegurando así la victoria de Barak en la primera vuelta.

Tras agradecer a sus partidarios, Barak insistió en que el camino a la paz no arriesgará la "seguridad" de su pueblo, la palabra mágica en la política israelí.

Y seguridad significa la conservación de las tierras tomadas a los árabes en la guerra de 1967, que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ordenó devolver.

Mientras, el presidente palestino Yasser Arafat acogió con alivio el resultado electoral y expresó su esperanza en la reanudación de las negociaciones de paz.

El Consejo Nacional Palestino pospuso la declaración unilateral de independencia que estaba prevista para el 4 de mayo, coincidentemente con el vencimiento de los acuerdos preliminares de paz entre Israel y la OLP, bajo intensa presión de Estados Unidos y la Unión Europea.

Arafat fue advertido de que la medida favorecería a Netanyahu, quien la habría utilizado para reforzar su mensaje de seguridad a expensas del proceso de paz.

Tanto Washington como el bloque europeo apoyan formalmente el derecho de los palestinos a un estado propio, pero ninguno de los candidatos de Israel se comprometió alguna vez en ese sentido, y la comunidad internacional nunca pudo obligar a Israel a cumplir con las resoluciones de las Naciones Unidas.

En Beirut, analistas locales creen que el repliegue de los soldados Israelíes del sur de Líbano no será una prioridad en la agenda de Barak.

El primer ministro electo "comenzará por reanudar las negociaciones con Siria", opinó Paul Salem, director del Centro Libanés de Estudios Políticos, y recordó que Barak fue el canciller israelí que negoció con Siria en 1995-96.

Mientras, periódicos y analistas de Siria expresaron este martes su esperanza de que Barak retome las negociaciones sobre las alturas del Golán, ocupadas por Israel en 1967. (FIN/IPS/tra- en/kg/hl/ak/mlm/ip/99

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