La revelación en el parlamento de India de que hay ocho millones de infectados por VIH (virus de inmunodeficiencia humana) en este país dio nueva fuerza a los críticos del programa nacional contra el sida financiado por el Banco Mundial.
Una de cada cuatro personas infectadas con el virus del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) vive en India, según estimaciones del Comité Parlamentario Permanente sobre Enfermedades Infectocontagiosas.
El informe fue presentado en el parlamento coincidentemente con el lanzamiento de un nuevo proyecto del Banco Mundial contra el sida, a un costo de 250.000 dólares. Este programa se agrega al aplicado entre 1992 y 1997, que costó 84 millones de dólares.
Los legisladores no pudieron discutir las implicaciones del informe porque la cámara fue disuelta tras la negación de un voto de confianza al gobierno del primer ministro Atal Bihari Vajpayee, en abril.
Las nuevas cifras revelan que India, alguna vez considerada casi libre del virus, podría enfrentar una crisis de salud pública con catastróficas consecuencias socioeconómicas.
Organismos especializados de las Naciones Unidas estiman que la epidemia de VIH/sida costará a India 11.000 millones de dólares (equivalentes a cinco por ciento del ingreso total nacional) en cuidado de la salud y pérdida de producción económica antes del año 2000.
Sin embargo, los últimos cálculos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) se basan en la presunción de que sólo hay cuatro millones de infectados con el virus del sida en India.
Activistas de la salud y organizaciones no gubernamentales protestan desde hace años contra lo que consideran una mala administración de los fondos para la lucha contra el sida, y sostienen que los programas del Banco Mundial no ofrecieron ninguna ayuda real a las víctimas.
Los fondos del Banco son administrados por la Organización Nacional para el Control del Sida (ONCS), un organismo del gobierno federal.
Los críticos señalan que la ONCS invierte demasiado en actividades de información y comunicación e importa costosos equipos para bancos de sangre que permanecen en su mayor parte inutilizados por falta de infraestructura básica, como un suministro permanente de energía.
"India podría seguir el ejemplo de Tailandia, que integró exitosamente el control del VIH/sida a su sistema de cuidados primarios de la salud", sugirió el activista Purushottaman Mulloli.
Mulloli y muchos otros activistas consideran que el tipo de programas contra el sida promovido por instituciones donantes no puede funcionar en India en ausencia de un sistema eficaz de salud pública.
La segunda fase del programa del Banco Mundial contra el sida en India se enlazará con el Noveno Plan de Desarrollo (1997-2000) y tiene por meta proveer condiciones socioeconómicas favorables para las víctimas y sus familias.
Activistas de la salud entablaron demandas contra la ONCS para obligarla a cumplir con sus objetivos.
Una de las organizaciones demandantes es Sahara, que tiene el único hospicio para personas con VIH/sida de Nueva Delhi y recurrió a los tribunales en busca de apoyo para su iniciativa.
"Recibimos un nuevo paciente cada dos días, pero sólo tenemos 40 camas", se quejó Cedric Fernández, de Sahara.
La campaña del gobierno contra el sida también fue criticada por concentrarse en los llamados grupos de alto riesgo. Activistas señalaron en una demanda de interés público que el énfasis puesto en los camioneros provocó el aislamiento social del grupo.
Además, la campaña contra el sida no obtendrá buenos resultados a menos que los profesionales de la salud cambien su actitud, advirtieron los activistas.
"Muchos médicos se rehúsan a tratar infectados con VIH, mientras la sociedad reacciona con paranoia ante el agravamiento de la epidemia", lamentó Siddharth Vatsyayan, del Grupo de Conciencia sobre el Sida.
Según John Roegner, de la Fundación NAZ, hospitales y médicos de la capital rechazan regularmente pacientes con sida.
"Simplemente no los quieren, y argumentan que no tienen el entrenamiento, los equipos ni los fondos necesarios para tratarlos", agregó.
"Esperamos que el Banco Mundial y Onusida se concentren ahora en las necesidades reales y canalicen sus fondos hacia otras direcciones", expresó Roegner.
La pobreza, la desnutrición, el desempleo, el hacinamiento urbano, la falta de saneamiento y la baja condición de la mujer se combinaron en India y otros países pobres de Asia meridional para crear un ambiente favorable a la propagación del virus del sida, observó Peter Godwin, ex director del proyecto regional del PNUD sobre VIH/sida. (FIN/IPS/tra-en/rdr/mu/mlm/he/99