GUYANA: Violencia policial agrava huelga de empleados públicos

Las 24 organizaciones sindicales del Congreso de Sindicatos de Guyana (CSG) se sumaron hoy a miles de funcionarios públicos en huelga desde hace tres semanas por demandas salariales para protestar por los 17 heridos de bala que dejó la policía el martes.

Numerosos comercios de la capital permanecían cerrados este jueves y las calles son patrulladas por camionetas de la policía.

El CSG se sumó a la huelga pocas horas después de que el gobierno de Janet Jagan anunciara que no se negociarán los aumentos salariales porque sería peligroso para el interés nacional.

Cerca de 10.000 funcionarios marchaban pacíficamente por las calles de Georgetown para exigir 40 por ciento de aumento salarial, cuando el CSG se adhirió a la huelga en este país de 750.000 habitantes.

El gobierno anunció que, de todos modos, está dispuesto a seguir las conversaciones con los sindicatos, pero el CSG declaró que los disparos de la policía del martes de noche cambiaron por completo la situación.

Los huelguistas, dirigidos por líderes sindicales, se reúnen cada mañana frente a la oficina del Sindicato de Empleados Públicos para recibir instrucciones, y luego inician su marcha pacífica por la ciudad, a veces cantando.

Ningún comerciante se vio obligado a cerrar su local por miedo al vandalismo, y nadie se quejó de violencia por parte de los cientos de administrativos, funcionarios de aduanas, de seguros y del servicio postal, como sucedió el año pasado durante las marchas contra la supuesta discriminación racial.

Pero todo cambió el martes de noche cuando la policía antidisturbios arrojó gases lacrimógenos y disparó sobre la multitud de manifestantes, con un saldo de 17 heridos.

El tiroteo ocurrió en la costa oeste de la ciudad, donde algunos manifestantes intentaban impedir que un grupo de funcionarios de aduanas, que no se habían unido a la huelga, realizara los trámites correspondientes para ciertas mercaderías.

La policía alegó que los manifestantes utilizaron la fuerza para impedir que los funcionarios cumplieran con su tarea, y que actuó sólo cuando los empleados de un embarcadero privado pidieron ayuda.

Hasta el martes, la policía contribuía a mantener la paz escoltando a los manifestantes en su marcha diaria por la ciudad y ordenando el tránsito para que no se produjeran embotellamientos graves.

Pero después del tiroteo de la noche del martes, los manifestantes provocaron pequeños incendios que fueron apagados por los bomberos, bajo una lluvia de piedras lanzadas por jóvenes que no integraban las protestas al principio.

Lo que empezó como una simple manifestación podría convertirse en un fuerte movimiento político, en este país cuya población está dividida por cuestiones raciales.

El líder de la oposición, Desmond Hoyte, fue a la escena del tiroteo para advertir que la situación puede empeorar. "La lucha pasa a otra etapa. No se puede disparar sobre gente desarmada", sostuvo.

Los partidos opositores se mantuvieron distantes de la huelga hasta el martes, y sólo instaban al gobierno de Jagan a encontrar una vía de solución al conflicto, pero las autoridades respondieron que sólo pueden otorgar un aumento de 4,6 por ciento.

Sin embargo, después de los sucesos del martes, el Sindicato de Funcionarios Públicos abrió las puertas a la intervención de los partidos políticos e instó a que todas las personas se unieran a una marcha el miércoles "contra las acciones asesinas de la policía".

La situación adquirirá una gran carga racial si los partidos políticos, y sobre todo el opositor Congreso Nacional del Pueblo, se suman a las protestas, advirtieron los observadores.

El Congreso Nacional del Pueblo tiene el apoyo, sobre todo, de la población de origen africano, mientras el respaldo mayoritario del gobernante Partido Progresista del Pueblo procede de la comunidad de origen indio.

Las casillas de correo permanecen vacías ya que los funcionarios postales están en huelga, y los estudiantes no tienen clases porque los maestros y profesores adhirieron a la huelga, por primera vez en 15 años.

El Hospital de Georgetown, uno de los principales, también está cerrado, y los pacientes fueron trasladados a establecimientos privados. El gobierno se comprometió a pagar la cuenta.

"La situación es muy grave, estas son algunas de las medidas que nos vimos obligados a tomar", explicó Claude Marks, secretario permanente del Ministerio de Salud.

"El gobierno debería poner fin a la huelga negociando seriamente con los sindicatos y mostrando a los trabajadores el verdadero estado de las cosas", opinó Rakesh Seetaram, un joyero de Georgetown.

Hasta el martes parecía que Georgetown iba a ceder a la presión de los empleados públicos, que tenían el apoyo mayoritario de la opinión pública, y a la insistencia aun de organizaciones favorables al gobierno como la Comisión del Sector Privado.

Los miembros de la Comisión, preocupados porque contenedores de mercaderías permanecían en el muelle desde hace tres semanas, sostienen que el debilitado dólar (un dólar de Estados Unidos equivale a 180 de Guyana) corre peligro si ciertos productos claves de exportación quedan en la Aduana.

El dólar de Guyana bajó 40 puntos respecto del valor del año pasado, y la Comisión también teme que no se cobren los impuestos.

Pero el cobro de impuestos "es, sin embargo, menos importante que la acumulación de bienes de exportación, sobre todo arroz y productos manufacturados que no pueden salir del país sin que se cumplan los debidos trámites", declaró la Comisión. (FIN/IPS/tra- en/bw/cb/ceb/aq/lb-hd/99

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