Algunos expertos sostienen que la estructura económica de El Salvador está agotada y otros afirman que está en recesión. El gobierno, en cambio, muestra indicadores propios de un crecimiento saludable, afirmación que pierde credibilidad debido a la crisis de los sectores productivos más importantes.
Según el presidente del Banco Central, Gino Bettaglio, en el primer trimestre de 1999 la economía experimentó un crecimiento de 5,1 por ciento, al que contribuyó en mayor medida el sector industrial, con 12,1 por ciento.
Los industriales, aunque no niegan las cifras de crecimiento del sector que ofrece el Banco Central, prácticamente se declararon en quiebra día 19 y aseguraron que pedirán al próximo gobierno una política de estímulo y desarrollo.
El economista Mario Magaña, de la Cámara de Comercio e Industrias de El Salvador, dijo a IPS que si bien la mayoría del empresariado demanda mejores condiciones, el crecimiento es desigual y algunos subsectores crecen en forma acelerada mientras otros caen.
La industria química, por ejemplo, mostró en el primer trimestre del año un crecimiento de 36 por ciento, el de bebidas 20 por ciento, imprentas y editoriales 10 por ciento y alimentos nueve por ciento.
La maquila, en cambio, si bien creció en el primer trimestre, muestra una fuerte contracción respecto del año pasado. En el primer trimestre de 1998 creció en 39 por ciento, pero en 1999 lo hizo sólo en 17 por ciento.
Aunque las cifras del sector fueron positivas, otros indicadores revelan que un crecimiento general de la economía de 5,1 por ciento en el primer trimestre del año es poco probable, según Magaña.
El consumo de electricidad, recordó, creció en el mismo período en ocho por ciento, mientras en 1999 fue de sólo cuatro por ciento. La recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) se contrajo en 2,5 por ciento respecto del primer trimestre de 1998, cuando aumentó en 13 por ciento.
El presidente del Banco Central mostró también como indicadores positivos la inflación anual, que hasta abril fue de 0,15 por ciento, la más baja de los últimos 27 años, y las exportaciones.
En el primer trimestre del año, las exportaciones salvadoreñas crecieron en 4,7 por ciento, cuando en igual período de 1998 el aumento fue de 24 por ciento.
Bettaglio confía en que El Salvador terminará 1999 con una inflación no mayor al 4,5 por ciento y un crecimiento de 3,5 a cuantro por ciento, un poco mayor al dos por ciento previsto inicialmente.
Roberto Vilanova, presidente del Consejo Nacional de la Mediana y Pequeña Empresa (Conapes), dijo que su organización encuentra más cercano a la realidad un informe económico elaborado por la Fundación Salvadoreña Para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
Según esa institución privada, el crecimiento del Indice de Actividad Económica fue de 4,7 por ciento, y no de 5,1 como asegura el Banco Central.
El economista William Pleytez considera que las cifras del Banco Central son incoherentes con los resultados que reflejan sectores como la maquila y la construcción, responsables de 25 por ciento de empleos.
"Estos dos sectores están presentando dificultades para seguir creciendo al ritmo que lo hicieron en los años anteriores", dijo Pleytez.
Juan Héctor Vidal, director de la Cámara Salvadoreña de la Construcción (Casalco), opinó que el sector de bienes raíces no crece sensiblemente debido a las tasas de interés y las garantías que exigen los bancos para conceder un crédito.
El escaso poder adquisitivo de los salvadoreños se refleja en la situación del comercio, que ha mostrado un crecimiento cero en los últimos tres años, y en el sector agropecuario, que viene saliendo de dos años de contracción con un discreto crecimiento de 1,9 por ciento en el primer trimestre de este año.
La construcción tuvo en 1997 una contracción de 2,4 por ciento, creció en 1998 en cinco por ciento y en este año ha experimentado un aumento de seis por ciento.
La Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde) considera que la economía salvadoreña no puede crecer más de cuatro por ciento porque su estructura está agotada.
El director de Funde, Roberto Rubio, afirmó que en los últimos cinco años se observa una tendencia constante a la desaceleración.
"No me atrevo a decir que estamos en recesión, pero todo apunta que de continuar esta tendencia, y si no hay ningún cambio, habrá una recesión", señaló.
Rubio indicó que el crecimiento mostrado por El Salvador entre 1993 y 1995, que superó el seis por ciento, obedeció a inversiones acumuladas que no se habían realizado debido a la guerra civil (1980-1992).
El sector financiero, la maquila y el comercio fueron los sectores que mostraron mayor dinamismo en esos años, en contraste con la situación de la industria manufacturera, la construcción y la agricultura, los tres pilares del aparato productivo salvadoreño.
Rubio recomendó un viraje en la economía, ahora que hay estabilidad interna gracias a la holgura que da el ingreso anual de 1.200 millones de dólares provenientes de remesas familiares de ciudadanos radicados en el exterior y recursos originados en las privatizaciones de empresas públicas.
Entre las medidas recomendadas se encuentran el impulso de un sector financiero de desarrollo alternativo al actual, concebido para la gran empresa, y a la micro y pequeña empresa, un sector generador de empleo.
A la vez, considera importante reactivar la agricultura y desarrollar el área rural para combatir la pobreza y el desempleo, concentrado en el campo, y disminuir la migración hacia la capital. (FIN/IPS/mso/ag/if/99