ECUADOR: Siete graves roturas en oleoducto clave en 15 meses

Dos roturas simultáneas en el oleoducto que transporta petróleo desde la Amazonia hasta la refinería en la zona de Esmeraldas, en Ecuador, provocaron derrames de 11.000 barriles de crudo con serias consecuencias para el ambiente.

Las dos se produjeron el domingo en la costa del Pacífico. La primera ocurrió cerca de la ciudad de Esmeraldas, al norte de este país, y la otra próxima a la ciudad de Santo Domingo, 100 kilómetros al oeste de Quito.

En los últimos quince meses se produjeron siete roturas de importancia en el oleoducto transecuatoriano que, con más de 500 kilómetros de extensión, transporta 345.000 barriles de crudo al día del este, donde se encuentra la zona petrolífera en la selva amazónica, a la zona costera donde está la refinería.

La empresa estatal Petroecuador, propietaria del oleoducto, informó que los accidentes se produjeron debido a un deslizamiento de tierra que provocó un desplazamiento de las tuberías y la ruptura de soldaduras en el ducto. El Ministerio de Energía calculó el vertido en 11.000 barriles de petróleo.

Las autoridades alertaron del peligro a la población de Esmeraldas y a los organismos de ayuda, mientras el gobernador, César García, dispuso la suspensión del servicio de electricidad en las áreas circundantes, para reducir riesgos.

Para mitigar el impacto ambiental se colocaron seis barreras de material absorbente y productos químicos a lo largo de un arroyo cercano al desastre.

También se construyó una piscina para acumular el hidrocarburo y evitar que corriera hasta el río Esmeraldas. Sin embargo, parte del crudo llegó hasta esa vía fluvial.

Para controlar el derrame trabajaron 20 personas en la recolección de crudo, al tiempo que se emplearon distintas maquinarias en la rehabilitación del terreno para reubicar y unir la tubería.

Hasta el domingo, un trabajador provisto de máscara y guantes recogía el petróleo en baldes, mientras otros tres lo depositaban en 17 tanques con una capacidad de 50 galones (190 litros) cada uno.

El gerente administrador del oleoducto, Pedro Freile, reconoció que ambos derrames causarán importantes daños ambientales, y afirmó que la reparación podría durar 24 horas más.

Freile explicó que el país no suspenderá la exportación de crudo porque existe una reserva de cerca de dos millones de barriles en los tanques de almacenamiento.

El domingo por la tarde se cargaron dos buques con 1.060.000 barriles de petróleo en total. También descartó que se produzca una escasez de combustible porque también "hay suficiente reserva de gasolina y diesel".

El sitio del derrame cercano a Santo Domingo es el mismo en el que, en febrero del año pasado, una rotura del oleoducto provocó un incendio de grandes proporciones.

En ese lugar se contaminaron piscinas de cultivo de peces cercanas a la tubería, y buena parte del crudo fue a parar a las aguas del río Toachi, según los vecinos del lugar.

Angel Lozano, uno de los campesinos que estuvo cerca del accidente del oleoducto, dice que en pocos segundos todo quedó negro.

"Caminaba para ordeñar las vacas cuando algo explotó y me tiré al piso. Menos mal que estaba a 100 metros del chorro gigante de petróleo", comentó Lozano.

"Estaba en mi casa cuando escuchamos una explosión y sentimos un movimiento parecido a un temblor. Luego vimos una gran nube negra que se expandía", recordó, por su parte, Segundo Villarreal, un vecino del lugar.

Según Lozano, el "chorro gigante" de combustible duró diez minutos. Luego se redujo la intensidad, pero el derrame se mantuvo cerca de dos horas y media.

En febrero de 1998, una rotura en las inmediaciones de la Refinería de Esmeraldas provocó el derrame de 16.000 barriles de crudo en un río cercano a la ciudad y un incendio en las barriadas aledañas, con un saldo de catorce personas muertas y 52 heridas.

En junio de 1998, 1.200 barriles de petróleo cubrieron de negro dos kilómetros de playa en Esmeraldas.

El 3 de julio de 1998, otra rotura en la tubería cerca de Esmeraldas provocó el derrame de alrededor de 12.000 barriles de crudo. Se contaminaron las aguas del río Esmeraldas y una parte del petróleo fue a parar a Colombia, provocando el reclamo de las autoridades de ese país.

Días después le tocó el turno a la región amazónica, donde una rotura provocó el vertido de 10.000 barriles de crudo en el río Quijos. En febrero de este año, otro accidente contaminó un río cercano a la ciudad de Santo Domingo.

Los trabajadores de la empresa estatal Petroecuador atribuyen estos accidentes a la falta de mantenimiento, lo que, a su vez, se debe "a la intención del gobierno de privatizar el sector petrolero".

Alvaro Guerrero, presidente del Consejo Nacional de Modernización, replicó que "Petroecuador no se privatiza".

"Lo que sí se hará es volverla más eficiente, dándole un mayor grado de autonomía para que compita en igualdad de condiciones con las compañías internacionales que quieran invertir", argumentó.

Los trabajadores del sector petrolero aseguran que será muy difícil competir con las transnacionales "si se sigue sin invertir en la empresa estatal". (FIN/IPS/kl/mj/en/99

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