La capital cubana recibió hoy como héroes a los integrantes del equipo nacional de béisbol, que venció en Estados Unidos a los Orioles de Baltimore en "un encuentro entre dos concepciones" del deporte, según comentó el presidente Fidel Castro.
Castro acudió al aeropuerto internacional para saludar a los jugadores, que fueron homenajeados además en el trayecto de 17 kilómetros hasta la Universidad de La Habana, escenario del recibimiento oficial.
El juego, disputado el lunes, terminó con victoria para Cuba 12- 6, y pudo ser seguido paso a paso por la población de la isla, de 11 millones de habitantes, gracias a la trasmisión televisiva en directo desde la ciudad estadounidense de Baltimore.
"Brillante noche del deporte y la amistad" tituló el diario oficial Granma su información sobre el partido, que siguió al realizado el pasado 28 de marzo en La Habana y en el cual vencieron los Orioles por tres carreras a dos.
Para Castro, después del partido del lunes ya no se podrá despreciar ni subestimar a los atletas aficionados, pues se trató de una competencia entre el profesionalismo y el "concepto del deporte como derecho del pueblo" defendido por la isla.
Pasión compartida por millones de personas en Cuba y Estados Unidos, el béisbol llevó aire fresco al tenso clima que marca las relaciones entre los dos países, aunque Castro no dejó pasar la oportunidad de fustigar la política hostil de Washington hacia la isla.
Se refirió en ese sentido a fallos judiciales adversos a Cuba, uno de los cuales dio lugar a la interrupción parcial del servicio telefónico entre los dos países.
Otra sentencia de tribunales de Estados Unidos desconoció la propiedad de la sociedad cubano-francesa Habana Club International sobre la marca de ron Havana Club.
"Es inadmisible el conjunto de medidas que se han tomado contra nuestro país". El precedente que se va creando un día se podría volver contra ellos, comentó el presidente.
Al respecto, advirtió que Cuba también tiene abogados capaces y muchos recursos legales y morales para enfrentar la "ofensiva contra los intereses de nuestro país".
Castro fustigó también a Estados Unidos y otros países industrializados que "compran" en todo el mundo deportistas, científicos y artistas, ante lo cual es difícil competir.
"La primera competencia es contra los bandidos que se dedican a la tarea, más política que deportiva, de tratar de comprar atletas cubanos", dijo Castro, y exaltó gestos como el del tercera base Omar Linares, que rechazó un contrato por 40 millones de dólares para jugar béisbol profesional.
El presidente defendió la concepción cubana del deporte amateur y a los atletas de la isla que han aportado triunfos y satisfacciones al país.
"Sin discusión, Cuba es hoy el único rival deportivo que tiene Estados Unidos en este hemisferio", sentenció el mandatario, quien aseguró que la isla puede formar "no uno sino dos, tres y hasta cuatro equipos" de béisbol para competir con los protagonistas de las Grandes Ligas.
El equipo cubano viajó a Baltimore junto a una delegación de más de 300 personas, entre ellas figuras relevantes del deporte nacional, como el ex boxeador Teófilo Stevenson, los saltadores Javier Sotomayor e Iván Pedroso y el nadador Rodolfo Falcón.
La televisión repitió en varias ocasiones el momento en que un manifestante anticastrista invadió el terreno de juego y fue interceptado e inmovilizado por el árbitro cubano César Valdés, premiado con fuertes aplausos por la multitud presente en el estadio.
"Por ahí andaba (Joe) Cubas, pero se quedó con las manos vacías", comentó un estudiante universitario integrante de la delegación, que pidió el anonimato, para indicar que no ningún miembro del equipo nacional intentó permanecer en Estados Unidos.
Según la prensa de Miami, meca del exilio cubano en Estados Unidos, el promotor de béisbol Joe Cubas permaneció en los alrededores del estadio durante el partido y dijo haber conversado con algunos jugadores cubanos.
En el terreno estrictamente deportivo, especialistas consideraron los dos partidos de los cubanos contra los Orioles muy provechosos desde el punto de vista técnico, con vistas a los próximos juegos Panamericanos.
Legisladores estadounidenses entrevistados por la prensa cubana calificaron de "muy positivo" el encuentro en Baltimore.
Para el senador Christopher Dodd, "las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana" con la celebración de estos dos partidos. Pero Dodd aseguró haber comenzado a "observar alguna diferencia".
El intercambio deportivo "comienza a romper las barreras que han prevalecido por demasiado tiempo" entre los dos pueblos, dijo el senador. (FIN/IPS/pg/ff/cr ip/99