El ejército de Congo liberó a más de 13.000 civiles utilizados como escudos humanos por los rebeldes ninjas para defender tres localidades que controlaban.
Las operaciones destinadas a rescatar a los rehenes comenzaron hace dos semanas, después de que el ejército recuperó la ciudad de Bandza-Dounga, el principal bastión de los ninjas, situada 80 kilómetros al sudoeste de Brazzaville.
Las fuerzas del gobierno utilizaron un helicóptero de combate M1-24 para bombardear las localidades de Kinkala, Mbanga-Ndounga y Mayama, de la región de Pool y también controladas por los insurgentes.
Más de 13.000 civiles, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, fueron evacuados ahora de esos centros urbanos y llevados a Brazzaville en camiones contratados por el gobierno, según la policía.
Los ninjas "ejecutaron a sangre fría" en las localidades que habían ocupado "a todo sospechoso de mantener contacto con el ejército o las autoridades de Brazzaville. Algunos sospechosos de brujería fueron enterrados vivos hasta el cuello", aseguró el periodista Grégoire Biyoko, de la Agencia Congoleña de Información.
Biyoko, que estuvo varios meses vagando por los bosques y las sabanas del Congo, informó que los ninjas obligaban a los jóvenes a sumarse a sus milicias y mataron a los que se negaban a seguirlos.
"Los ninjas detienen a la gente que se dirige hacia la capital o hacia la frontera de la República Democrátiva de Congo (RDC), para utilizarlos como escudos humanos. Amenazan con matar a todos los que van o vienen de Brazzaville", dijo Ma Mbemba, un mecánico de 35 años.
Ma Mbemba es uno de los 200.000 civiles que huyeron de Bacongo y Makelekele a causa de los combates que el ejército y los ninjas libraron en diciembre en Brazzaville, vecina de aquellas dos zonas del sur del país.
Algunos encontraron refugio en la región del Bajo Congo, en la RDC, y otros escaparon hacia el norte del país.
Los 13.000 rehenes liberados llegaron a Brazzaville debilitados por el hambre y las enfermedades.
"Durante cuatro meses no tuvimos atención médica ni agua potable y casi no nada de comer. La yuca era nuestra ración diaria", dijo uno de los civiles liberados.
Muchos niños, con los pies y el rostro hinchados, mostraban señales de desnutrición.
Ernest Stéphane Mouaitaya, director general del Centro de Acción Humanitaria del Ministerio de Salud, advirtió que los casos de desnutrición son "preocupantes". La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras contó más de 100 casos de desnutrición severa.
Los más afectados "reciben tratamiento en el Centro Hospitalario de la Universidad de Brazzaville", informó Mouaitaya. Los ex rehenes se alojan en sitios preparados por el gobierno.
El embajador de Francia en el Congo, Hervé Bolet, donó dos toneladas de medicamentos por valor de 35.309 dólares para atender a los enfermos. En el paquete de donación se incluyen antibióticos, jeringas, vendas y vitaminas.
La Unión Europea también hizo una donación por valor de 102.927 dólares para asistir a los enfermos y a los heridos. (FIN/IPS/tra-en/lm/ceb-ff/ip/pr/99