Cinco cóndores jóvenes fueron dejados en libertad el día 15 en la reserva natural Los Nevados, en el centro de Colombia, como parte de un programa de repoblamiento que dará sus primeros resultados en el 2000.
Las aves fueron liberadas el sábado para unirse a otras 40 del programa Cóndor Andino en Colombia, coordinado por la fundación RenaSer y orientado a preservar la supervivencia de especie que, según la leyenda indígena, dio origen a los humanos.
Cuentan los indígenas embera, habitantes de las selvas del Chocó (noroeste de Colombia), que Jiti, el primer hombre, se frotó los ojos con polvo de pupila de jaguar y pudo ver que algunos cóndores que bajaban hasta la orilla del mar para bañarse tenían cuerpo de mujer.
Los cóndores procedían de "la tierra de arriba", dejaban sus ropas en la playa para bañarse, se vestían y subían de nuevo a su mundo. Pero una vez Jiti escondió el vestido a una de las aves, que no pudo regresar con sus compañeras.
El ave se quedó en la tierra y tuvo con Jiti muchos hijos que poblaron el mundo.
El programa de RenaSer, apoyado por el Ministerio del Medio Ambiente, el instituto Von Humbold de investigaciones sobre biodiversidad y líderes de comunidades indígenas y campesinas de la región, se inició a comienzos de la década del 90 y procura repoblar las cumbres andinas con cóndores jóvenes.
"Waira"y "Dulima"(hembras), y "Escay", "Andino" y "Cacique Juan Manuel Pérez" (machos) fueron reproducidos en cautiverio. Todos tienen menos de cinco años de edad, dijo a IPS Ricardo Miranda, biólogo de RenaSer.
Cuatro de estas aves fueron traidas del zoológico de San Diego (California, Estados Unidos), que coopera con el programa, y el quinto nació también en cautiverio, en el zoológico de Cali (noroeste de Colombia).
Al traerlos de California "hay que someterlos durante unos cuatro meses a un proceso para que se adapten a la altura y las condiciones del medio", afirmó Miranda.
El biólogo explicó que los cinco cóndores liberados este fin de semana fueron llevados a alturas de hasta 4.200 metros, que son las máximas del nivel en el que habitarán.
Elizabeth de Rodado, coordinadora de RenaSer, indicó que el programa que desarrolla la fundación hace diez años es uno de los más importantes del país en materia de conservación de especies.
La intención de RenaSer es que el proyecto se extienda hacia toda la región andina, donde el cóndor, identificado por las culturas prehispánicas como "mensajero del sol", ha sufrido un dramático proceso de extinción.
El Ministerio del Medio Ambiente informó que en las cumbres andinas colombianas viven cerca de 100 cóndores, 60 de ellos silvestres y los cuarenta restantes liberados en el programa de repoblamiento de RenaSer.
Se prevé que la etapa inicial del programa, que tuvo un costo de unos siete millones de dólares, culmine en el 2000, cuando las primeras hembras liberadas en 1995 alcancen edad repoductiva y sus polluelos puedan nacer en su hábitat natural.
En este periodo se han liberado "mensajeros del sol" en las reservas naturales de Chingaza y Los Nevados (centro), Puracé (suroeste) y en los resguardos indígenas de Puracé y Chiles (centro).
El cóndor vive entre 55 y 60 años, alcanza su madurez sexual a los ocho, tiene cría cada dos años y acompaña a sus polluelos hasta los 18 meses, cuando éstos pueden alimentarse y volar por sí solos.
Algunos expertos atribuyen su casi extinción a la creencia errónea de que esta ave, que con sus alas extendidas alcanza una envergadura de 3,5 metros, mataba el ganado.
El cóndor, de lustroso plumaje negro y collar blando en el cuello, es monógamo, no posee garras para atrapar a su presa y por su gran peso (entre 12 y 15 kilogramos en edad adulta) no puede lanzarse en picada como las águilas y otras aves rapaces para capturar su presa.
En cambio, sí es hábil planeador y está clasificado como ave carroñera y no rapaz, lo que significa que sólo se alimenta de cuerpos en descomposición.
En la cadena biológica, su función es eliminar los microorganismos que se encuentran en la carne descompuesta y que son causantes de infecciones, lo que lo clasifica como un reciclador.
Además, su sistema de presión arterial es objeto de análisis clínicos, pues en un solo día puede volar desde la orilla del mar hasta las cumbres de la cordillera andina y sus períodos de vuelo oscilan entre dos y tres horas cubriendo unos 100 kilómetros. (FIN/IPS/yf/mj/en/99