El gobierno de Colombia afrontó hoy su primera crisis derivada del proceso de paz con la guerrilla, al renunciar el ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda.
Lloreda dimitió este miércoles a causa de discrepancias con el comisionado presidencial para la paz, Víctor Ricardo, por la desmilitarización indefinida en la zona de distensión que se creó para la negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La renuncia de Lloreda, que fue comunicada al presidente Andrés Pastrana durante la instalación este miércoles de la XI Consejo Presidencial Andino, en el puerto caribeño de Cartagena, desató el pedido de pase a retiro de al menos siete altos mandos militares, según informes de la radio RCN.
Pastrana, se apartó momentáneamente de los actos programados en el marco de la cumbre para entrevistarse con parte de la cúpula militar, que se trasladó especialmente a Cartagena para estudiar la situación.
El mandatario aceptó la renuncia de Lloreda y encargó la cartera al comandante de las Fuerzas Armadas, general Fernando Tapias, quien indicó que la institución a su cargo "no es enemiga del proceso de paz y, por el contrario, sus acciones han estado encaminadas a la reconciliación de los colombianos".
Tapias afirmó que el diálogo de paz iniciado por el gobierno ha presentado avances, en parte por el apoyo de las Fuerzas Armadas, que se rigen "por la Constitución y las leyes" .
El gobierno estudia varios nombres para reemplazar a Lloreda. Entre ellos está el empresario Nicanor Restrepo, quien integró la comisión gubernamental en los inicios de las negociaciones con las FARC, Luis Giraldo, actual embajador de Colombia en Venezuela, y el vicepresidente Gustavo Bell.
El canciller Guillermo Fernández dio a conocer la carta de respuesta de Pastrana a Lloreda, en la que señala que su política de paz se ha venido cumpliendo en el "marco de la Constitución y la ley y esta inspirada en la voluntad de reconciliación que los colombianos han expresado de manera constante y esperanzadora".
Pastrana reiteró en la misiva que mantendrá "hasta el final" de su mandato la voluntad de continuar" en busca de la paz "con estricto cumplimiento a esas normas legales y con el apoyo de las Fuerzas Armadas".
Lloreda dijo, por su parte, que tomó la decisión de renunciar a causa de las discrepancias con Ricardo. No obstante, algunos analistas atribuyeron el hecho a la falta de respaldo al funcionario por parte del presidente Pastrana.
Entre los altos mandos militares se consideraba este martes inconveniente mantener por término indefinido la desmilitarización de los cinco municipios al sudeste del país, que forman parte de la zona de distensión en la que se lleva a cabo la negociación con las FARC.
Congresistas estadounidenses de derecha y sectores del Departamento de Estado de Washington apoyaron la postura de Lloreda, de que la desmilitarización no debe ser indefinida.
Según estos sectores, la prolongación por tiempo indefinido de la desmilitaricación fortalece a la subversión y favorece las actividades del narcotráfico.
El ex canciller colombiano Augusto Ramírez, miembro de la no gubernamental Comisión Nacional de Conciliación (CNC), dijo que Ricardo tiene razón al señalar que es necesario mantener un espacio geográfico con garantías para desarrollar las negociaciones.
No obstante, para Ramírez, quien presidió la comisión de la Organización de las Naciones Unidas para la paz en Salvador, Lloreda también tiene razón al advertir que la decisión del despeje militar debe someterse a resultados.
Ramírez opinó que "un proceso de paz sin calendario y sin agenda no es conveniente porque no permite ver cuanto se avanza.
La guerrilla y el gobierno acordaron en abril una agenda común de 12 puntos para la negociación, pero ésta no se ha comenzado a estudiar oficialmente.
La prórroga indefinida de la zona de distensión también ha sido criticada por el jefe de las derechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que la consideraron "inconveniente y peligrosa" para la preservación de la unidad nacional
Según los paramilitares, la prolongación del período de la zona de distensión permitirá a las FARC seguir "cometiendo abusos en el área", en la que mantienen el dominio total desde el 7 de noviembre, cuando Pastrana ordenó el retiro total del Ejército.
Para Carlos Franco, ex guerrillero del legalizado M-19, la crisis de este miércoles es un indicador sobre la necesidad que hay de llevar a cabo ajustes al proceso de paz que se ha iniciado con la mayor fuerza guerrillera de Colombia y la más antigua de América.
En opinión de Franco, el momento exige un ajuste en las reglas de juego que se dan en la zona de distensión entre el gobierno, las FARC, las autoridades locales y la población civil.
Franco sugirió también el establecimiento de un cronograma para la negociación y el establecimiento de prioridades para la negociación de la agenda ya acordada. (FIN/IPS/yf/dm/ip/99