COLOMBIA: Abanico de propuestas ante crisis económica

Ante la crisis económica que vive Colombia, de diferentes sectores se plantean soluciones que van desde la flexibilización del régimen laboral hasta la fijación de topes máximos de salarios.

La gran señal de alarma es un desempleo del 20 por ciento, el más elevado de América Latina, sobre una población económicamente activa que oscila entre 13 y 15 millones de personas, y una población total de 38 millones.

Unos proponen que los ex presidentes, parlamentarios y miembros de la élite oficial y empresarial destinen la mitad de su sueldo a garantizar el ingreso mínimo mensual de 25 familias cada uno.

Otros reclaman que se elimine el salario mínimo, se reduzca la carga de prestaciones y se aumente la edad de jubilación.

En el medio están los trabajadores sindicalizados, que representan el 16 por ciento de la población económicamente activa y se oponen a la política oficial plasmada en el Plan de Desarrollo para la Paz, y una gran masa de trabajadores dispersos que sufren los efectos de la recesión.

El sistema de crédito para vivienda, con elevados intereses a los préstamos hipotecarios, amenza con colapsar. Dos personas se quitaron la vida este mes en Bogotá, ante la imposibilidad de pagar las cuotas.

Las alternativas de los expertos para superar la crisis van de un extremo ideológico al otro y contraponen modelos económicos. Pero en todos los casos apuntan a buscar una salida a la que concideran la crisis más importante del último medio siglo.

La fórmula de la redistribución del ingreso mediante tope de salario máximo mensual de 4.000 dólares, es del laboralista Edgar Ospina, catedrático y asesor de organizaciones sindicales.

El salario mensual de parlamentarios, magistrados de las Cortes y ex presidentes es de unos 8.000 dólares, mientras que el salario mínimo mesual, que es el único ingreso del 60 por ciento de la población económicamente activa, es de 157 dólares.

"Creo que no es mucho pedirle a los ricos que vivan con un ingreso 25 veces superior al de la mayoría de los trabajadores. Aquí todos dicen que quieren la paz pero no quieren bajarse ni un centavo de sus privilegios", comentó Ospina.

En la otra punta de las propuestas está la de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo), el más prestigioso centro nacional de análisis económicos.

Su presidente, Juan José Echavarría, dijo a IPS que la crisis colombiana hay que verla en el contexto internacional y que el elemento más preocupante es el desempleo, por lo que hay que flexibilizar los salarios.

Hay estudios que indican que el mayor desempleo se concentra en los jóvenes con mayor nivel educatvo y más en la población femenina.

"Aquí la recesión empezó en 1996, cuando el crecimiento de la economía bajó de cinco a dos por ciento y siguió descendiendo hasta el actual nivel de cero. Mientras, en otros países de la región aumentaba y en Asia llegó a ocho por ciento", afirmó Echavarría.

Una reciente misión del Banco Mundial estiminó que este año la economía colombiana podría crecer 0,8 por ciento, cifra similar a la de 1998, aunque el ministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, más optimista, piensa que superá ese nivel.

"Hoy el déficit fiscal de Colombia es el segundo peor de América Latina, después del de Brasil. Tal vez se pelea ese segundo puesto con Venezuela", comentó Echavarría.

El presidente de Fedesarrollo dijo que el déficit fiscal equivale a tres por ciento del producto interno bruto (PIB), que es de 120.000 millones de dólares, y que la mitad del ingreso por exportaciones (12.000 millones de dólares), "se lo come la guerra".

Para sustentar su tesis de flexibilización laboral y la contracción del sector central, Echavarría afirmó que durante los años 90 el salario real del sector industrial creció en 50 por ciento y el del sector público aumentó en 40 por ciento.

De esa ola creciente del ingreso, se excluye el salario mínimo, aclaró.

A su juicio, en la última década, hubo un mal manejo de la economía que se combinó con la nueva Constitución (1991), que determinó la descentralización del Estado y aumentó el aparato burocrático, sin que hoy se sepa "si hay mayor eficiencia y menor corrupción".

Ospina, autor de varias obras sobre la reforma laboral, dijo que la tesis de Fedesarrollo "según la cual hay que recortar más conquistas para reactivar el empleo, no es válida".

"Ese era el discurso hace 10 años, cuando se empezó a desmontar el régimen de seguridad social y el desempleo era del 10 por ciento. Hoy es del 20 por ciento y vuelven a hablar de salario integral para los ingresos de hasta dos salarios mínimos", afirmó.

Según el laboralista, a la política oficial de "hacer recaer la crisis en los sectores de menores ingresos", se suman los efectos de la nueva situación del narcotráfico.

"Creo que sigue habiendo ingresos por narcotráfico pero ya no están en el circuito legal productivo de los bancos, el comercio y la construcción (…) me parece que están invirtiendo en el exterior y tal vez acumulando dólares en efectivo", indicó.

Echavarría considera que la ofensiva judicial contra los grandes carteles de la droga dispersó su control, pero en conjunto el negocio se mantiene. La coca equivale a la producción de café, que representa el 30 por ciento de las exportaciones, indicó.

En lo que hay coincidencia es en la perversión que generó el fenómeno del narcotráfico.

"El trabajo no parece ser el que genera la riqueza. Los políticos ganan más que los ingenieros y los narcotraficantes más que los industriales y banqueros", resumió Salomón Kalmanovitz, director del Banco de la República (central), en un foro convocado por el diario El Tiempo, de Bogotá.

En esa línea está la receta de Carlos Caballero, ex presidente de la Asociación Bancaria y de la Bolsa de Bogotá. "No somos ricos como creímos hace algún tiempo, ni tan pobres como ahora nos sentimos. Es el momento de volver al trabajo duro, seriedad, ahorro e inversión", expresó.

En el encuentro de expertos sobre un nuevo modelo económico para Colombia, intervino el economista estadounidense Jefrey Sachs.

"Ustedes están mal pero no en pésimo estado (…) deben mirar más hacia el horizonte y no quedarse estancados en la retórica", dijo Sachs. Colombia "sufre el guayabo (resaca) que le dejó la fiesta de créditos a manos llenas con la apertura del sector financiero, a principios de los 90". (FIN/IPS/mig/ag/if/99

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