La prohibición de que los militares en servicio activo voten en las elecciones primarias del oficialismo en Chile favorece al socialista Ricardo Lagos, ya que el sufragio castrense era propiciado por los seguidores de su adversario, el democristiano Andrés Zaldívar.
El pronunciamiento que emitió este martes el Contralor General de la República, Arturo Aylwin, zanjó una de las últimas polémicas previas a los comicios internos de la gobernante Concertación por la Democracia, que tendrán lugar el día 30.
Tanto Lagos como Zaldívar acogieron el dictamen y señalaron que jamás llamaron a los miembros de las Fuerzas Armadas a votar en las primarias, pero la Democracia Cristiana fue el partido que más reivindicó ese supuesto derecho para los militares.
Lagos, favorito hasta ahora en las encuestas, tiene el apoyo de los partidos Socialista, Por la Democracia y Radical Socialdemócrata (PRSD), en tanto Zaldívar es respaldado por su Partido Demócrata Cristiano (PDC) y disidentes del PRSD.
Los cuatro grupos mencionados son el núcleo de la coalición que gobierna Chile desde el restablecimiento de la democracia en 1990, primero con Patricio Aylwin, hasta marzo de 1994, y desde entonces y hasta marzo del 2000 con Eduardo Frei.
Aylwin y Frei pertenecen al PDC, partido que, de acuerdo con los sondeos de opinión, debería ceder tras las primarias el liderazgo de la Concertación a Lagos, un socialista moderado que fue ministro de Educación con Aylwin y de Obras Públicas con Frei.
Las elecciones presidenciales se celebrarán el 12 de diciembre con unos cinco candidatos, aunque las posibilidades de triunfo parecen reservadas a la coalición gobernante y al pacto Unión por Chile, de la oposición derechista.
El contralor Aylwin, hermano del ex mandatario, señaló que los efectivos de las llamadas Fuerzas Armadas y de Orden sólo pueden votar en elecciones previstas en la Constitución y que al hacerlo en otros comicios se involucrarían en política partidaria.
La prohibición de votar en las primarias del 30 de mayo incluye a los miembros del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, el Cuerpo de Carabineros (policía militarizada) y del Servicio de Investigaciones (policía civil).
Aylwin puntualizó que su dictamen no crea ninguna jurisprudencia, sino que sólo aplica la normativa vigente, con disposiciones que también prohiben participar en estas primarias a funcionarios judiciales y del Servicio Electoral.
En 1998, el Tribunal Constitucional vetó una ley que legalizaba las elecciones primarias presidenciales de conglomerados políticos, y por lo tanto, los comicios de la coalición oficialista tienen carácter interno y extraconstitucional, pese a que se espera un voto masivo en ellas.
Por tratarse de elecciones abiertas, pueden sufragar todos los inscriptos en el padrón electoral que no estén registrados como militantes de partidos ajenos a la coalición oficialista.
Por razones operativas, se excluyó también a los extranjeros residentes, que están facultados para votar en elecciones constitucionales, a los cuales se sumarán entonces los efectivos militares y policiales.
Si se considera a la gran masa de independientes no registrados como militantes de ningún partido, el potencial de votantes en las primarias de la Concertación por la Democracia está en torno de unos siete millones de chilenos mayores de 18 años.
Los dirigentes del oficialismo esperan que el 30 de mayo voten efectivamente entre 1,5 y dos millones de personas, universo en el cual los sufragios de los casi 140.000 militares y policías podían tener una influencia determinante.
El diputado Enrique Krauss, presidente del PDC, abogó antes del dictamen del contralor por el derecho de los uniformados a votar en las internas del oficialismo, y el grupo de Lagos sostuvo que su participación era inconveniente.
El voto castrense en las primarias fue también rechazado por Joaquín Lavín, alcalde del municipio santiaguino de Las Condes y candidato presidencial de la Unión Demócrata Independiente y de Renovación Nacional, los dos grandes partidos de derecha.
Antes del pronunciamiento de Aylwin, los jefes de la Armada, la Fuerza Aérea y e Investigaciones dieron libertad de acción a sus efectivos para votar en las primarias, pero el mando de Carabineros señaló que estaban inhabilitados para hacerlo.
El Ejército, la rama castrense más numerosa, se abstuvo de emitir una opinión oficial, aunque fuentes de la institución dijeron la semana pasada que sus miembros estaban impedidos de involucrarse en actividades políticas contingentes.
Los oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas chilenas fueron formados con una orientación marcadamente anticomunista y antisocialista bajo la prolongada dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90), actual senador vitalicio.
Este sentimiento prevalece y al parecer se intensificó con el arresto de Pinochet en Londres desde octubre de 1998, atribuído por sus partidarios a una "conjura socialista" para juzgar al ex dictador en España por crímenes contra la humanidad.
Con esos antecedentes, la participación militar en las primarias aparecía favorable para Zaldívar quien, de acuerdo con las últimas encuestas, no está en condiciones de derrotar a Lagos en las primarias del día 30.
El último sondeo, de la consultora Gemines, difundido el viernes, dio para Lagos en Santiago un respaldo de 37,1 por ciento y a Lavín de 33,9, y sólo 14,8 al precandidato democristiano.
Con respecto a las primarias, 43 por ciento de los encuestados dijo que participaría en esos comicios, con una intención de voto favorable igualmente a Lagos, que registró 25,4 por ciento de apoyo, frente a 15,4 de Zaldívar.
El comando del postulante democristiano reivindica igualmente la posibilidad de que los independientes de derecha voten en los comicios del oficialismo, lo cual se interpreta así mismo como un intento de acortar distancia con el abanderado socialista. (FIN/IPS/ggr/ff/ip/99
