El demorado ingreso de Camboya a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) es bueno para el gobierno camboyano, pero podría crear nuevos problemas a la agrupación regional fundada hace 33 años.
La incorporación camboyana es considerada por muchos como el punto final de décadas de inestabilidad provocada por la guerra fría en la región.
Sin embargo, debido a la crisis económica y a las diferencias en la ASEAN sobre cuestiones de democracia y derechos humanos, algunos analistas temen que Phnom Penh desestabilice a la agrupación regional al traer sus problemas internos al foro.
Camboya se convirtió en el décimo miembro de la ASEAN en una ceremonia realizada el 30 de abril en Hanoi, consolidando la meta del grupo de reunir a los 10 países del sudeste asiático.
La decisión de admitir a Camboya fue tomada en la cumbre de la ASEAN realizada en diciembre, pero fue aplazada debido a las preocupaciones de los miembros acerca de la estabilidad política y del historial de derechos humanos de Phnom Penh.
"La admisión de Camboya llegó en un momento en que la ASEAN es económicamente débil y está bastante desunida. Eso es muy desafortunado", dijo el Dr. Thanat Khoman, ex canciller de Tailandia y uno de los fundadores del grupo regional.
En un seminario sobre las consecuencias del ingreso de Camboya, Thanat dijo que aunque el sueño fundador de la ASEAN se hizo realidad, bajo las circunstancias actuales no puede ser considerado un momento triunfal para la agrupación.
Desde que comenzó la crisis asiática en julio de 1997, las relaciones entre algunos de los miembros se tensionaron por diversas razones, e Indonesia fue sacudida por la inestabilidad política en medio del temor de una posible disolución.
Singapur y Malasia tuvieron varias disputas por recursos compartidos, mientras Filipinas y Malasia discutieron por el abierto apoyo del presidente filipino Joseph Estrada al ex viceprimer ministro malasio Anwar Ibrahim, actualmente preso.
Los analistas también adviertieron que la agrupación regional podría tener problemas en el futuro si Camboya y Laos, junto con el mentor de ambos, Vietnam, formaran un grupo de presión dentro de la ASEAN para proteger sus intereses.
Debido a sus diferentes historias, formas de gobierno y prioridades, estos tres países, junto con Birmania, otro miembro con menor grado de industrialización, podrían afectar seriamente el funcionamiento y la toma de decisiones consensuales de la ASEAN.
"A partir de ahora, además de combatir la crisis económica, la ASEAN tendrá que manejar cuidadosamente el posible surgimiento de facciones en su interior", opinó Dhanasiri Satawedin, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Ramkamhaeng, de Bangkok.
Según Dhanasari, la existencia de facciones en la ASEAN reduciría su poder de negociación y neutralizaría los beneficios esperados por el mayor número de miembros.
Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Tailandia, Don Pramudwinai, declaró que el futuro de la ASEAN está en manos de sus miembros, que deben trabajar por la solidaridad.
"Al admitirse a Camboya en la ASEAN, los 10 países del sudeste asiático están ahora bajo el mismo techo y forman una misma familia. Su futuro depende ahora de cada miembro y de si quieren que la familia sea próspera o no", dijo.
"Camboya es una zona inestable de la política asiática, pero es mejor para todos admitirla en la ASEAN que dejarla fuera", señaló Vithaya Vejjajiva, ex secretario permanente de la cancillería tailandesa.
Juntas, las 10 naciones de la ASEAN tienen una población de 500 millones de habitantes, un producto interno bruto de 685.000 millones de dólares y un comercio total de 720.000 millones de dólares.
Aunque algunos miembros temen que Camboya, con su pobre imagen internacional, afecte a la asociación, otros afirman que esta ya se vio perjudicada por el ingreso de Birmania.
La admisión de Birmania, que tiene el peor historial de Asia en materia de derechos humanos, fue muy costosa para la ASEAN, especialmente en sus relaciones con la Unión Europea.
Muchos países de la Unión Europea se negaron a asistir a reuniones entre las dos agrupaciones si había representantes de Birmania presentes.
Pero la pertenencia a la asociación será beneficioso para Camboya, por lo menos a corto plazo.
En primer lugar, su imagen internacional mejorará, luego de decaer seriamente cuando el anterior gobierno de coalición colapsó en 1997 debido al violento conflicto entre el Partido del Pueblo Camboyano y el Frente Nacional Unido por una Camboya Independiente, Neutral, Pacífica y Cooperativa.
Después de la violencia, y de que Hun Sen, del Partido del Pueblo Camboyano, quedara en el poder, el ingreso de Camboya a la ASEAN fue suspendido, su puesto en la Organización de las Naciones Unidas quedó vacante y cesó toda ayuda internacional.
El proceso de normalización interna y externa camboyana comenzó con la realización de elecciones en julio de 1998 y la reconciliación de los dos partidos, que desde entonces formaron nuevamente un gobierno de coalición.
"Es hora de que la comunidad mundial responda generosamente y ayude a Camboya a superar la pobreza y el subdesarrollo causados por décadas de luchas internas", dijo un diplomático asiático residente en Phnom Penh.
En febrero, donantes internacionales reunidos en Tokio prometieron 470 millones de dólares en asistencia a Camboya durante este año para darle la oportunidad de un nuevo comienzo.
Los fondos están sujetos a evaluación cada tres meses, una condición impuesta debido a la inquietud por el historial de derechos humanos de Camboya.
El paquete prometido en Tokio es un poco mayor que los 450 millones de dólares que actualmente recibe Camboya por año.
Algunos políticos camboyanos están preocupados porque ser miembro de la ASEAN podría resultar, a largo plazo, en que el país se convierta en una mera fuente de materias primas y mano de obra barata para otros miembros más ricos y poderosos.
El líder de la oposición, Sam Rainsy, crítico del primer ministro camboyano Hun Sen, manifestó su temor de que la ASEAN destruya la industria camboyana, que tendrá muchas dificultades para competir.
Rainsy también dijo que la ASEAN servirá de escudo a Hun Sen para defenderse de la presión por los derechos humanos.
"¿Qué gana Camboya al unirse a la ASEAN en las circunstancias actuales? Nada. ¿Beneficios económicos? Ninguno. ¿Beneficios en términos de derechos humanos? Ninguno.", sostuvo Rainsy.
No obstante esta retórica, para los camboyanos que recuerdan las últimas décadas de aislamiento debido a la guerra civil y a la guerra fría, ser miembros de la ASEAN será un cambio bienvenido. (FIN/IPS/tra-en/bs/js/at/aq/ip/99