El edecán del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, admitió que el gobierno no tiene el control total sobre los agentes de inteligencia estadounidenses que actúan en este país sudamericano.
El edecán del mandatario, general Alberto Cardoso, dijo que el descontrol es transitorio, pero no explicó los motivos por los cuales los agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la agencia antidrogas (DEA) de Estados Unidos actúan libremente en Brasil.
El militar tampoco informó la forma como el gobierno brasileño pretende resolver este problema.
La acción de los agentes norteamericanos en Brasil llegó a los titulares de la prensa después que la revista Carta Capital publicara un reportaje en la primera semana de este mes, donde afirmaba que la CIA instaló hace dos años aparatos de escucha ilegal en los teléfonos privados del presidente Cardoso.
El semanario expresó que la escucha clandestina buscaba obtener información reservada sobre las negociaciones para la instalacion de un sofisticado sistema de vigilancia aérea de la Amazonia brasileña, con el que se pretendía detectar acciones de narcotraficantes en la región.
El proyecto, denominado SIVAM, generó una gran polémica porque hubo denuncias de corrupción de importantes jefes militares y funcionarios civiles, por parte de directivos de la empresa estadounidense Raytheon, interesada en quedarse con un negocio estimado en cerca de mil millones de dólares.
La conexión entre la CIA, la DEA, los militares el narcotráfico volvió a la agenda política brasileña luego de que en la última semana de abril se descubriera que oficiales de la fuerza aérea brasileña participaban en el transporte de cocaína a Europa en aviones militares.
Uno de los principales acusados es el teniente coronel Paulo Sergio Oliveira, uno de los encargados del sistema de vigilancia aérea de la Amazonia brasileña, precisamente el área de operación del proyecto SIVAM.
El militar y otros tres oficiales fueron identificados después de la captura el 19 de abril de una valija con 33 kilogramos de cocaína colombiana en un avión Hércules de la fuerza aérea, poco antes del despegar rumbo a Las Palmas, en las islas Canarias.
Toda la operación que culminó en la captura de la droga habría sido coordinada por agentes estadounidenses, lo que habria causado malestar en altos jefes militares brasileños y creado fricciones diplomáticos con la embajada de Washington, según versiones que circularon en Brasil.
El consejero Craig Peters Osth fue señalado por la revista Carta Capital como el jefe de la CIA en Brasil.
El incidente del avión Hércules aún está rodeado de gran misterio, no obstante la existencia de dos investigaciones paralelas, una militar y otra parlamentaria, sobre la incautación del cargamento de cocaína.
El edecán presidencial negó la posibilidad de que la DEA y la CIA hayan escuchado clandestinamente conversaciones telefónicas de Cardoso, pero admitió que los agentes norteamericanos tienen "demasiada libertad" para moverse en territorio brasileño.
El general afirmó que hay mayor control sobre los agentes de la CIA que sobre los de la DEA, que según el diputado opositor José Genoino, del izquierdista Partido de los Trabajadores, tiene al menos 12 personas trabajando en forma clandestina en Brasil.
Los ministros Luis Felipe Lampreia, de Relaciones Exteriores, y de Justicia, Renan Calheiros, serán llamados este mes a presentar explicaciones ante el parlamento brasileño sobre ese nuevo episodio de la confusa trama en la que se mezclan negocios, narcotráfico, espionaje y corrupción. (FIN/IPS/cc/ag/ip/99