La devaluación del 13 de enero en Brasil permitió a 24 bancos ganar en sólo tres semanas el equivalente a 6.000 millones de dólares, cerca de uno por ciento del producto interno bruto (PIB).
Esta fue la mayor transferencia de recursos públicos a un grupo tan reducido de entidades privadas en período tan curto, afirmó el diputado Aloizio Mercadante, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
Las cifras que presentó ante la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) en la noche del miércoles indican que 62 bancos ganaron 10.600 millones de reales (6.300 millones de dólares a la cotización actual) en la Bolsa de Mercancías y Futuros de Sao Paulo, del 12 de enero al 2 de febrero.
Pero 24 bancos concentraron 95 por ciento de estas ganancias. Tres extranjeros acapararon un tercio del total: el estadounidense Citibank, que obtuvo 1.638 millones de reales (975 millones de dólares), seguido del Morgan, también de Estados Unidos, y el holandés ABN Amro.
Los perdedores de los 6.300 millones de dólares fueron el Banco Central, es decir la población brasileña, y 49 entidades que vendieron dólares a futuro antes de la devaluación. El 70 por ciento de esas pérdidas le tocó a la autoridades monetarias, que intentaron inútilmente sostener el real.
El testimonio de Mercadante a la CPI del Senado que investiga irregularidades en el sistema financiero provocó ansiedad en el mercado el miércoles, por temor a revelaciones negativas para el gobierno y los bancos.
El presidente Fernando Henrique Cardoso movilizó a los líderes del oficialismo en el Senado para reducir la repercusión de la ponencia de Mercadante y limitar las acciones de la CPI.
La sesión con el diputado del PT fue postergada para la noche y senadores oficialistas restaron importancia a sus informaciones, por reiterativas.
En realidad el diputado detall con datos obtenidos en la Bolsa de Futuros y fuentes el mercado, las denuncias que hace desde febrero, sobre indicios de favorecimiento de algunos bancos con informaciones de dentro del Banco Central.
"Pero no presentó hechos concretos" para comprobar el delito ni apuntar culpables, lamentó el relator de la CPI, Joao Alberto de Souza, quien señaló como otros senadores su "frustración" ante el testimonio.
Además, Mercadante cometió una imprecisión, ya que no todas las ganancias de los bancos provinieron del cambio, según José Roberto Arruda, presidente en ejercicio de la CPI: 4.900 millones de reales (2.920 millones de dólares) se ganaron en el mercado futuro de intereses.
El diputado sostuvo que la repentina alteración de al menos ocho grandes bancos, que pasaron de vendedores a grandes compradores de dólares en el mercado futuro en vísperas de la devaluación, indica que obtuvieron información privilegiada.
Su objetivo, dijo, es que la CPI pase a investigar a los grandes bancos que ganaron mucho dinero, en lugar de concentrarse en dos pequeñas entidades que obtuvieron ayuda del Banco Central al día siguiente a la devaluación, para que su quiebra no provocara una "crisis sistémica".
Además, sus denuncias desnudan una falla en el control de las operaciones financieras, que permite a los bancos enviar sus ganancias al exterior, exentas de tributos. La maniobra consiste en crear fondos en que los inversionistas son la matriz extranjera o los propios dueños del banco.
Es así que el Banco Safra tuvo una rentabilidad de 1,7 por ciento en enero, pero su fondo de capital extranjero obtuvo 1.349 por ciento de ganancia, y otras instituciones presentan situación similar, denunció Mercadante.
Las autoridades fiscales y el Banco Central tratan de investigar y cohibir tales operaciones engañosas, que sin embargo no violan la ley, según senadores oficialistas.
La CPI del sistema financiero, de todas formas, deberá ampliar sus investigaciones en las próximas semanas, generando nuevas incertidumbres y nerviosismo en el mercado.
La cuestión de los dos bancos ayudados el 15 de enero se acerca al final, dejando en mala situación a los ex directivos del Banco Central, que los favorecieron con dólares más baratos que los del mercado.
El superintendente general de la Bolsa de Mercancías y Futuros (BMF), Edemir Pinto, dijo este jueves a la CPI que no había necesidad de tal ayuda a los bancos Marka y FonteCindam, que contaban con garantías suficientes para pagar sus compromisos, sin ningún riesgo para el sistema financiero nacional.
El ex presidente del Banco Central Francisco Lopes y directores que aprobaron la operación justificaron la decisión por un supuesto pedido de la Bolsa de Mercancías y Futuros, ante la posibilidad de "crisis sistémica".
Fue "un fraude con dinero de la población", sentenció el senador Jader Barbalho, líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, mayoritario en el Senado e integrante de la coalición gobernante. (FIN/IPS/mo/ag/if/99