Un adolescente tiene el doble de posibilidades de ser asesinado en Río de Janeiro que en Bogotá, considerada la ciudad más violenta de América Latina, según una investigación patrocinada por la Unesco.
El estudio, sobre violencia contra jóvenes de 14 a 19 años, muestra la cara trágica de una generación violenta llamada por la prensa brasileña "pit bull", nombre de una raza de perros considerados asesinos.
Las conclusiones de la investigación, que fue divulgada oficialmente el día 24, señalan también que un adolescente en Río de Janeiro y Sao Paulo, las dos principales ciudades brasileñas, corre 10 veces más riesgo de vida que en Nueva York, Los Angeles o Chicago (Estados Unidos).
La violencia contra y entre adolescentes en Brasil ingresó en la agenda de la opinión pública debido a que cada vez más los agresores y las victimas son jóvenes de clase media y alta en ciudades como Río y Sao Paulo.
Las agresiones, antes limitadas a las calles, llegaron a las escuelas, que hoy son escenário de uno de cada cinco incidentes violentos en que están involucrados adolescentes, según datos de la policía de Río.
Incluso en ciudades medianas, como Porto Alegre, una rica urbe de 1,5 millones de habitantes en el sur de Brasil, ya se vive el síndrome de la violencia. En abril, la policía recibió 20 denuncias de violencias fisicas y amenazas de muerte entre estudiantes de escuelas secundarias públicas y privadas.
Hasta hace muy ponto tiempo, la violencia entre jóvenes estaba limitada a las batallas semanales entre grupos rivales durante bailes en barrios pobres en los suburbios de Río de Janeiro.
Los bailes funk y rap, dos modalidades de musica joven muy populares en la periferia de grandes ciudades, se transformaron en un símbolo de la agresividad juvenil en Brasil.
Pero ahora el fenómeno de la violencia ha llegado hasta los colegios más tradicionales de la clase media alta en Brasil. En Río y Sao Paulo ya pasan de 50 las escuelas que poseen agentes de seguridad o solicitaron la presencia de la policía.
En el sureño estado de Paraná, considerado un modelo de seguridad pública en Brasil, varios colegios han eliminado el tiempo libre entre una clase y otra para evitar peleas entre alumnos.
La presencia de agentes armados en los paseos cercanos a una escuela se convirtió en rutinaria en muchos colegios de Sao Paulo, donde es más intensa la actividad de narcotraficantes dirigida a los adolescentes.
El informe de Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) llega a la conclusión de que la generación actual de adolescentes en las grandes ciudades latinoamericanas es la más violenta de este final de siglo.
En Río de Janeiro, en casi todos los barrios de clase media es visible la presencia de pandillas de adolescentes. La generación "pit bull" utiliza artes marciales para atacar a sus oponentes. Desde enero, cinco adolescentes perdieron la vida víctimas de golpes mortales de esa modalidad de lucha.
Un alumno de una escuela secundaria en Río Grande del Sur llevó una pistola calibre 22. Al ser descubierto explicó que necesitaba el arma para protegerse contra grupos rivales, después de cambiar dos veces de escuela en los últimos tres meses para escapar de amenzas de otros adolescentes.
En una escuela secundaria del estado de Minas Gerais, la dirección decidió promover una inspección sorpresiva entre los alumnos y descubrió 12 cuchillos y navajas en una clase de 50 alumnos.
La situación alcanzó tal gravedad en Río de Janeiro que el Poder Judicial decidió crear un sistema telefónico para recibir denuncias de agresiones contra jóvenes.
En su primer mes de actividad, el servicio recibió un promedio de 40 llamadas diarias de padres de familia angustiados por amenazas contra sus hijos. Todos los denunciantes anónimos residían en barrios de clase media alta y la mitad de las llamadas involucraban a narcotraficantes.
La investigación alarmó el representante de la Unesco en Brasil, Jorge Wertheim, quien decidió estimular a las organizaciones estudiantiles y a las escuelas secundarias brasileñas a promover una campaña nacional contra el aumento de la violencia entre y contra adolescentes. (FIN/IPS/cc/ag//99
