Bolivia, hundida en el grupo de los países más pobres de América Latina, tendrá que trabajar duro durante las próximas dos generaciones para salir de la pobreza, que actualmente afecta a más de 70 por ciento de la población.
Así opinaron economistas y autoridades al comentar el último "Panorama Social" de la región difundido por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (Cepal).
Pese al ajuste estructural y a todo esfuerzo, Bolivia no ha podido abandonar el grupo de los más pobres, advirtió la Cepal en su informe, conocido este mes.
América Latina es tan pobre como hace 20 años, antes del comienzo de la "década perdida" de los 80, cuando la crisis de la deuda externa la llevó al retroceso económico. La pobreza alcanzaba en 1979 a 35 por ciento de la población de la región y en 1997, a 36 por ciento.
Los problemas de América Latina no serán superados sólo con soluciones financieras y estructurales, sino que es también necesario un profundo cambio cultural, advirtió el economista boliviano Juan Cariaga, consultor del Banco Mundial.
La pobreza "persistirá mientras no exista un cambio de actitud en los latinoamericanos respecto del aporte diario que hacen para mejorar la calidad de vida de sus semejantes", dijo Cariaga.
La participación del ciudadano a través del pago del impuestos es importante, porque la lucha contra la pobreza no es una tarea exclusiva del Estado, agregó.
El viceministro de Presupuesto de Bolivia, Ramiro Cavero, señaló que en este país es necesario el esfuerzo de dos o más generaciones para vencer la pobreza.
Más de 70 por ciento de la población boliviana es pobre, según Cepal, y ese "es un indicador elevado y preocupante respecto al promedio regional de América Latina", advirtió Cavero.
La pobreza afectaba en 1997 en promedio a 36 por ciento de la población latinoamericana, de acuerdo con el documento de Cepal.
Pero Cavero sostuvo que Bolivia es menos pobre que hace dos décadas. El indicador cayó de 85,5 por ciento en 1976 a 70,2 por ciento en 1992, cuando se realizó el último censo de población y vivienda.
La pobreza ha seguido en disminución, como podrá comprobarse en el próximo censo, en el 2000, afirmó el viceministro.
Los sindicalistas no comparten las previsiones de Cavero. Según Milton Gómez, líder de la Central Obrera Bolivia, que agrupa a la mayoría de los sindicatos del país, el modelo de economía neoliberal azota a los sectores mayoritarios de la población y los priva de empleo y de educación.
La estabilización económica lograda en 15 años de planes de ajuste estructural se pagó con "el hambre" de la población y favoreció "el enriquecimiento de los sectores minoritarios que hoy gozan del poder político", dijo Gómez.
La privatización de empresas públicas echó a la calle a más de 25.000 familias mineras y a igual cantidad de trabajadores de otros sectores de actividad, agregó.
Cavero admitió que el plan de estabilización y las reformas estructurales realizadas desde 1985 provocaron la pérdida de fuentes de trabajo y el crecimiento del comercio informal.
Pero no todos los colores del cuadro son oscuros. La distribución de la riqueza mejoró en Bolivia desde 1979, y el ingreso por habiatante pasó de 798 a 1.070 dólares, acuerdo con la Cepal.
La esperanza de vida al nacer mejoró de 59,3 a 61,4 años entre 1990 y 1997, la mortalidad infantil cayó entre 1976 y 1994 de 151 a 67 por cada mil nacidos vivos, y la mortalidad materna se redujo de 416 a 390 por cada mil nacidos vivos entre 1989 y 1994.
Las estadísticas oficiales señalan que el desempleo se redujo de 10,39 a 3,64 por ciento de la población económicamente activa entre 1989 y 1995. Sin embargo, organizaciones no gubernamentales y economistas independientes ponen en duda esa información.
Los indicadores oficiales son también positivos en materia de cobertura escolar, que subió de 73 a 81 por ciento de 1992 a 1996, y el analfabetismo se redujo de 36,8 a 20 por ciento entre 1976 y 1992. (FIN/IPS/ac/ff/dv/99
