La firma italiana Olivetti compró por 63.300 millones de dólares la mayoría de las acciones de Telecom Italia, y con ellas el control del 51 por ciento de la ex estatal Empresa Nacional de Telecomunicaciones de Bolivia (Entel).
Los ejecutivos de Entel aseguran que aún es temprano para especular sobre el modo en que afectará a la empresa boliviana el cambio de su accionista principal.
"Personalmente creo que habrá continuidad en la expansión internacional de nuestro grupo. Entel tiene planes, resultados positivos y programas de expansión, y no creo que se produzcan cambios en una empresa que crece", comentó Franco Bertone, presidente de Entel.
La venta a Olivetti trajo, sin embargo, una sensación de incertidumbre, acentuada por informaciones que llegan de Europa acerca de la posible venta de las propiedades de Telecom Italia en América Latina, que incluyen, además de Entel, empresas en Argentina, Brasil, Chile y Cuba.
Entel dejó de ser estatal el 27 de noviembre de 1995, cuando la firma italiana Stet ganó el proceso de capitalización (una forma de privatización a plazos) que le permitió adquirir el 51 por ciento de acciones, con el compromiso de invertir 610 millones de dólares para modernizar y expandir la empresa.
Luego Stet vendió sus acciones de Entel a Telecom Italia, transfiriéndole el derecho de explotar en exclusividad el mercado de telecomunicaciones de larga distancia nacional e internacional hasta el 27 de noviembre del 2001, y también el compromiso de completar el monto previsto de inversiones.
La nueva transferencia, de Telecom Italia a Olivetti, implicó asimismo la transferencia de los derechos y obligaciones adquiridos inicialmente por Stet.
Ahora Roberto Colanino, consejero y delegado de Olivetti, anunció en Roma que ésta planea expandirse en el mercado europeo, entre otras cosas para competir con su rival alemana Deutsche Telekom, que daba por segura su victoria en la subasta de la firma Telecom Italia.
Esa declaración hizo dudar de que Olivetti se proponga completar las inversiones comprometidas en 1995, de las cuales siguen pendientes unos 200 millones de dólares, e hizo temer por el destino de los más de 2.000 trabajadores de Entel.
Los dividendos de Entel se reparten entre el socio extranjero y el conjunto de los ciudadanos de Bolivia que tenían más de 21 años el 31 de diciembre de 1995, a los cuales corresponde el 49 por ciento de las acciones.
En 1998, la empresa telefónica logró una utilidad neta superior a los 65 millones de dólares, 51 por ciento más de lo alcanzado en 1997. El rendimiento de las acciones aumentó 138 por ciento desde 1995.
HAsta el momento, Entel había manifestado su interés en asociarse con las cooperativas telefónicas de las principales ciudades bolivianas, que monopolizan la telefonía local.
"Seguimos interesados en asociarnos con las operadoras locales, pero nuestra meta es llegar al 2001 con una red propia, que estamos desarrollando. Más de 37 por ciento de nuestros ingresos corresponden a servicios que brindamos en régimen de competencia", aseguró Bertone.
Un impacto similar al del cambio de propietario de la mayoría accionaria de Entel se registró hace un mes, cuando el consorcio español Repsol compró la petrolera YPF de Argentina.
YPF es propietaria de la compañía petrolera Andina, que opera en Bolivia y había comprado a su vez, en otro proceso de capitalización, la mitad de las acciones de una parte de la ex estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.
Con la venta de YPF a Repsol, el consorcio español pasa a ser dueño de Andina, una de las más importantes firmas que explotan recursos naturales bolivianos. (FIN/IPS/ac/mp/if/99