Las exportaciones de Brasil cayeron 16,5 por ciento en los primeros cuatro meses de este año, frustrando hasta ahora las expectativas de un empuje por la devaluación del real dispuesta en enero.
El superávit comercial de este año quedará entre 3.400 y 5.300 millones de dólares, según la última estimación realizada por el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Celso Lafer.
En la revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, luego de la modificación del tipo de cambio, se fijó como referencia un superávit de 11.000 millones de dólares para 1999.
En cambio, algunos economistas, incluso del propio gobierno, consideran muy difícil obtener un saldo comercial favorable superior a los 2.000 millones de dólares. El años pasado, Brasil registró un déficit de 6.430 millones de dólares.
Hasta abril, este país aún mantenía un déficit de 779 millones de dólares acumulado desde enero, pese a una reducción de 20,2 por ciento en las importaciones respecto del mismo período de 1998.
Sólo una buena reforma tributaria, que reduzca la excesiva tributación de la producción destinada al mercado externo, podrá impulsar de hecho las exportaciones, explicó Marcus Pratini de Moraes, presidente de la asociación de los exportadores brasileños .
La mayor parte de la depreciación de 41 por ciento del real en lo que va del año fue anulada por la inflación y el aumento de impuestos y contribuciones. En términos netos, el precio en dólares del producto interno bruto brasileño se abarató sólo 18,7 por ciento, estimó Pratini de Moraes.
La caída de las exportaciones, de 16.473 millones de dólares en los cuatro primeros meses de 1998 a 13.747 en el mismo lapso de este año, se debió principalmente a la falta de financiación, según la Fundación de Estudios de Comercio Exterior (Funcex), centro financiado por empresas exportadoras.
Las líneas de crédito externo, que ya venían cayendo a fines de 1998, desaparecieron ante el impacto de la desordenada devaluación, iniciada con una ampliación de la banda cambiaria el 13 de enero y luego sustituída por la libre flotación, que en pocas semanas elevó la cotización del dólar en 70 por ciento.
La dificultad de financiar negocios, la incertidumbre y las elevadísimas tasas de interés, hicieron desplomar las exportaciones, acompañando las importaciones trabadas por el cambio y la caída de la demanda interna.
Un esfuerzo del gobierno y la sorprendente recuperación de la confianza en la economía brasileña lograron restablecer las líneas de crédito externo.
En estos momentos ya alcanzaron 90 por ciento del nivel anterior a la crisis, provocada por la moratoria de la deuda rusa de agosto de 1998, que equivale a casi 40.000 millones de dólares, aseguró Emilio Garófalo, asesor especial de la Cámara de Comercio Exterior, organismo interministerial del gobierno.
Pero un incremento exportador solo será efectivo ocho a 12 meses después de la devaluación de enero, según los expertos de la Funcex. Pero explicaron que siempre habrá riesgos en la libre flotación cambiaria, especialmente para quienes estaban acostumbrados a una cotización fija del dólar.
La relativa estabilidad del real, que se registra desde abril, redujo, aunque no eliminó, la incertidumbre de un tipo de cambio, que en los últimos dias varió hasta dos por ciento por día y cerca de cinco por ciento en una semana.
Además, las exportaciones sufren los efectos ineludibles de la caída de la demanda internacional, que desacelera el comercio mundial y abarata principalmente los productos primarios, de los cuales Brasil es gran exportador, advirtió la Funcex.
El desempeño de los distintos rubros en el primer trimestre de este año revela tendencias muy discrepantes. Las exportaciones de aviones y otros productos de la industria aeronáutica crecieron 54,25 por ciento, seguida de las frutas (45,2 por ciento) y la carne de vacuno (47,1 por ciento).
En la otra punta, la venta externa de cigarrillos cayó 87,2 por ciento, mientras que la de automóviles se retrajo 68,8 por ciento, tractores, 53 por ciento, y tabaco en hoja, 47 por ciento. (FIN/IPS/mo/dm/if/99