/BOLETIN-INTEGRACION/ COMUNIDAD ANDINA: Los desafíos de la pobreza

La integración andina estimula el crecimiento económico de los cinco países de la región, atenuó el impacto del fenómeno de El Niño, de la crisis asiática y de la caída de precios del petróleo y de varios minerales, pero sigue sin resolver el problema de la pobreza.

Los presidentes de los países miembros de la Comunidad Andina (CAN), Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, se reunirán los días 27 y 28 en la ciudad colombiana de Cartagena con motivo del 30 aniversario del proceso de integración, para pasar revista a los avances y establecer los lineamientos futuros.

Además de la revisión del estado de las negociaciones con el Mercosur y la Unión Europea, y de las cifras del comercio recíproco, deberán evaluar también los logros sociales alcanzados durante la vigencia del proceso integracionista.

La CAN es un bloque de 104 millones de habitantes, su producto interno bruto (PIB) conjunto es de casi 282.000 millones de dólares y ocupa una extensión que supera en una vez y media el territorio de la Unión Europea.

En 1998, como resultado del fenómeno de El Niño y la crisis internacional, el comercio entre los países andinos disminuyó 5,2 por ciento respecto del año anterior, pero el balance en perspectiva más amplia es favorable, pues pasó de 1.300 millones de dólares en 1990 a 5.334 millones en 1998.

El incremento del PIB y del comercio andino "no deben hacernos perder de vista que la extendida pobreza significa un problema estructural, cuya solución es el desafío más importante que tiene ante sí la Comunidad Andina", dijo Diego García Sayan, director ejecutivo de la Comisión Andina de Juristas.

"Mientras un alto porcentaje de su población vive con menos de un dólar diario por persona, una parte importante del presupuesto de sus gobiernos se destina a atender una deuda externa, que a pesar de los pagos no disminuye significativamente e inclusive en algunos casos aumenta", agregó.

Según un informe del Banco Mundial, 70 por ciento de la población de Bolivia, 54 por ciento de la de Perú, 39 por ciento de la de Venezuela, 35 por ciento de la de Ecuador y 17,7 por ciento de la de Colombia se encuadra en la calificación internacional de pobreza.

El comercio dentro de la CAN, que inició su proceso de integración en 1969, alcanza a 5.400 millones de dólares, incluyendo el petróleo. Pero el crecimiento continuo de su PIB y del comercio entre sus miembros y con las naciones extracomunitarias ha generado un avance desigual.

El índice de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destaca que el continuo crecimiento de los países andinos no se refleja aún en el incremento del empleo y en la mejora de la calidad de vida.

En base a los índices de esperanza de vida, educación y salud, el país andino de mejor nivel es Venezuela, clasificado en el lugar 46 entre 174 naciones del mundo en la lista elaborada por el PNUD en 1998.

Sin embargo, 39 por ciento de la población de Venezuela vive en situación de pobreza y 14 por ciento en condición de indigencia, y su economía está afectada por la caída de los precios del petróleo.

Colombia, que ocupó el puesto 53, tuvo entre 1985 y 1994 un crecimiento por habitante de 2,4 por ciento en promedio, pero la violencia política provoca migraciones internas masivas, hacinamiento urbano e incremento de la pobreza y el desempleo.

En Ecuador, que está situado en el puesto 73 en la lista del PNUD sobre Desarrollo Humano, a la inestabilidad política y la inflación se sumaron en los dos últimos años los devastadores efectos del fenómeno de El Niño y la caída de los precios del petróleo.

Perú, en el puesto 86 y también afectado por El Niño, logró revertir años atrás la hiperinflación, pero las medidas de ajuste que puso en práctica el gobierno para conseguir este resultado deprimieron la economía, que entró en fase recesiva, aumentaron la pobreza e incrementaron el desempleo.

Bolivia, situado en el lugar 116, figura como el país de más bajo índice de desarrollo humano en la subregión andina: 21 por ciento de su población vive en condiciones de extrema pobreza, 37 por ciento carece de agua potable y 42 por ciento no cuenta son servicios de saneamiento básico.

La misma fuente sitúa a Bolivia como el país cuya población tiene la más baja esperanza de vida, 60,5 años, y el más bajo ingreso anual por habitante: 2.617 dólares.

Luego siguen Perú, cuya esperanza de vida promedio es de 67,7 años y su ingreso por habitante anual de 3.940 dólares, Ecuador, con 69,7 años y un ingreso anual por persona de 4.602 dólares.

En Colombia, la esperanza de vida es de 70,3 años y el ingreso por habitante de 6.347 dólares, y en Venezuela, de 72,3 años y 8.090 dólares al año, respectivamente.

"Si bien el crecimiento económico alcanzado en los últimos años genera expectativas favorables en cuanto a las posibilidades de desarrollo de la subregión, la pobreza y la extrema pobreza subsisten y configuran objetivamente un factor potencial de desestabilización social", comentó García Sayan. (FIN/IPS/al/ag/dv/99

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